Es curioso lo que uno se encuentra a veces por Hong Kong. Venía de clase de chino un sábado por la mañana y decidí meterme a callejear de vuelta a mi casa, por las callecitas paralelas a donde suelo pasar cada día. Aunque ya había pasado por la zona en su momento, no tuve tanto tiempo para detenerme y fijarme en esos pequeños detalles.
A la hora que pasé, prácticamente no había gente por la calle. Era un día de bastante calor y claro, hora de la comida, dígase las 12-12.30 del mediodía.
Aunque Hong Kong no sea conocido especialmente por sus templos, si cabe destacar algunos de ellos como: Man Mo Temple, del cual hablé en este post cuando tuve la visita de Alberto, y el templo de Tin Hau, situado en la zona de su mismo nombre al este de la isla de Hong Kong.
Seguro que quedarán más rinconcitos por conocer del «otro Hong Kong», y templitos como estos perdidos entre las calles de uno de sus barrios. Iré en su busca…