Macao (y III)

Y ya para terminar esta visita de finde a Macao, pues un último paseito por las calles de Macao, callejeando viendo tiendas, restaurantes… Siempre uno se encuentra cosas curiosas vaya por donde vaya, como la fachada de este edificio llena de farolitos rojos. Se encontraba en una de las calles principales de Macao, cerca del centro donde está: Senado Square, junto con la oficina de Correos y Telégrafos.

En general, la ciudad está bien aunque algunos sitios de interés están algo alejados, si se va caminando claro. Nos quedamos con ganas de ver alguno de los tempos que nos ponía en el mapa, pero ya había pocas ganas, jeje. Dentro de lo que cabe vimos bastante, no obstante, tendremos más tiempo para repetir la visita a Macao y ver algunos sitios con algo mas de calma.

Como último sitio así curioso, un jardín, el del Luis Camoes (un poeta y escritor). Parecía pequeño inicialmente, pero luego, descubrí un rinconcito donde había hasta una cascada y todo. Aquí una autofoto (en serio, nadie me la sacó) y pues la clavé, jaja..no se aprecia del todo la cascada, pero salió bonita.

Cerrando este post, una vista de la torre de Macao desde la zona de costa al sur de la zona centro, al fondo el puente que une Macao con Taipa. En Taipa es donde se encuentra el casino Venetian, para más señas 😉

Por Macao (I)

Pues para terminar la semana, o lo que se dice, empezar el fin de semana, hicimos un viajecito a Macao. Nos fuimos en ferry (como el Jetfoil que teníamos entre Tenerife y Gran Canaria) para ayá y no se tarda ni 1 hora y pues la verdad que no se hace nada pesado el trayecto.

Una vez allí, el panorama es totalmente distinto a lo que hemos visto en Hong Kong. En la zona centro también hay edificios altos dígase: hoteles, casinos… pero por la zona del casco antiguo hay más casas estilo portugués (coloridas algunas), iglesias y restos de cuando la colonización. La verdad que a la vista se agradece ver un paisaje que no sea sólo de rascacielos.


Viendo la foto anterior, la verdad que parece una casa tipo mansión, pero era la casa de un gobernador o algún dirigente. Siempre, como en todos lados, está luego la zona un poco menos vistosa de la ciudad donde nos encontramos un montón de pisos juntos y con rejas en los balcones que dan la apariencia de jaulas, muy curioso…

Y bueno, entre tanto paseo de aquí para ayá, a uno le entran ganas de comer, como no. Por lo visto, la cocina de Macao es única, en el sentido de que mezcla cocina portuguesa, con algo de africana y parte de china. No sé si me habrá salido bien la explicación, en general, algo poco habitual. Lo que sí, los restaurantes no son fáciles de encontrar, están algo escondidos. Te encuentras restaurantes de comida china por todos lados, pero algo más exótico, como no te lleves una guía…

Comimos finalmente en un restaurante brasileño, una carnita y pescadito, que no estaba nada mal, para cambiar un poco de los noodles o el arrocito 🙂 Y para terminar de postre, aprovechar las famosas tartas de huevo portuguesas, un postre muy típico en Macao. Vienen a ser como un estilo a crema catalana con masa de hojaldre finita, muy buena la verdad.

Y después de reponer fuerzas, seguimos de paseo por la ciudad viendo algo más de historia, como por ejemplo: las ruinas de St Paul y la fortaleza, desde donde se divisa toda la ciudad.