Por Macao (I)

Pues para terminar la semana, o lo que se dice, empezar el fin de semana, hicimos un viajecito a Macao. Nos fuimos en ferry (como el Jetfoil que teníamos entre Tenerife y Gran Canaria) para ayá y no se tarda ni 1 hora y pues la verdad que no se hace nada pesado el trayecto.

Una vez allí, el panorama es totalmente distinto a lo que hemos visto en Hong Kong. En la zona centro también hay edificios altos dígase: hoteles, casinos… pero por la zona del casco antiguo hay más casas estilo portugués (coloridas algunas), iglesias y restos de cuando la colonización. La verdad que a la vista se agradece ver un paisaje que no sea sólo de rascacielos.


Viendo la foto anterior, la verdad que parece una casa tipo mansión, pero era la casa de un gobernador o algún dirigente. Siempre, como en todos lados, está luego la zona un poco menos vistosa de la ciudad donde nos encontramos un montón de pisos juntos y con rejas en los balcones que dan la apariencia de jaulas, muy curioso…

Y bueno, entre tanto paseo de aquí para ayá, a uno le entran ganas de comer, como no. Por lo visto, la cocina de Macao es única, en el sentido de que mezcla cocina portuguesa, con algo de africana y parte de china. No sé si me habrá salido bien la explicación, en general, algo poco habitual. Lo que sí, los restaurantes no son fáciles de encontrar, están algo escondidos. Te encuentras restaurantes de comida china por todos lados, pero algo más exótico, como no te lleves una guía…

Comimos finalmente en un restaurante brasileño, una carnita y pescadito, que no estaba nada mal, para cambiar un poco de los noodles o el arrocito 🙂 Y para terminar de postre, aprovechar las famosas tartas de huevo portuguesas, un postre muy típico en Macao. Vienen a ser como un estilo a crema catalana con masa de hojaldre finita, muy buena la verdad.

Y después de reponer fuerzas, seguimos de paseo por la ciudad viendo algo más de historia, como por ejemplo: las ruinas de St Paul y la fortaleza, desde donde se divisa toda la ciudad.