Bajando el Li

 

Uno de los principales atractivos de la zona de Guilin-Yangshuo es poder navegar por las aguas del río Li mientras se disfruta del paisaje en una tranquila travesía. Sí o sí nos teníamos que desplazar hasta Yangshuo para continuar con el plan de viaje. Había dos opciones:

– Ir directamente en en barco en un trayecto de unas 4 horas desde Guilin.
– O bien desplazarnos hasta Yangshuo en guagua (1 hora y poco) y luego hacer un trozo del recorrido por el río.

Inicialmente la primera opción era la elegida, hasta que tuvimos la suerte de encontrarnos en el hostal de Guilin con un amable matrimonio español que nos sugirió una ruta alternativa (opción 2) y no vean lo bien que hicimos siguiendo su consejo. Nos evitamos la paliza de las 4 horas en barco que por lo visto se hacían bastante pesadas y no era precisamente barato el billete, unos 390 yuanes si no recuerdo mal (barco+guía+almuerzo). Mucho mejor fue coger la guagua tan tranquilamente, llegar a Yangshuo e ir hacia el hostal para luego comenzar la excursión de la travesía por el río.

La gente del hostal nos gestionó los billetes y nos indicó qué guagua debíamos coger para llegar hasta Yangdi, que sería donde nos embarcaríamos para disfrutar de 2 horas de recorrido por el río Li. Y allí llegamos al cabo de un rato donde nos esperaba una señora para mostrarnos nuestra barquita.
 

La barquita vendría a ser como la que maneja este buen hombre. Techadita para protegerse del sol picón e impulsada con un pequeño motorcito. Allá vamos…
 

Ante nosotros un impresionante paisaje de montañas de diversas alturas y formas que se pierden en el horizonte. La mayoría de ellas cubiertas de un manto de color verde intenso, se notaba que las lluvias habían hecho un buen trabajo en noches anteriores descargando buena agüita.
 

Mientras tanto la lanchita avanzaba de forma suave por el río, aunque de vez en cuando había algunas zonas con agua más brava que nos salpicaba pero que era bien recibido para refrescarse del intenso calor. A lo largo del río nos íbamos encontrando con más barcas a los lados o algunas que venían de regreso, sin llegar a ser un tráfico intenso.
 

Mi cabeza no paraba un segundo quieta para no perderme detalle alguno de los alrededores. Cámara en mano y clic clic clic. A la izquierda con tonos ligeramente amarillos y una gran pared vertical…
 

a la derecha… No había montaña que fuera igual pero cada una de ellas con su encanto especial y el contraste de color entre los tonos grises y ocres de la roca junto con la vegetación que las rodeaba y el azul del cielo.
 

 

Pero bueno, si yo sé no digo nada con lo de poco tráfico. De repente, una «avalancha» de barquitas en sentido opuesto. Creo que por aquel entonces serían cerca de las 3 de la tarde, igual muchos de ellos ya habían hecho el recorrido de rigor y se preparaban para volver de regreso.
 

Y algunos si que «aprovechaban» bien el paseo echándose una siestita ¡Hombre, que no te vas a enterar del paisaje! 🙂
 

Y no todo iba a ser barquita sin parar, si es que en China lo tienen todo ya estudiado de cara al turista, no? tocaba una paradita técnica durante el recorrido. Parece que este es un lugar de encuentro habitual para el resto de barquitas y la gente aprovecha para darse un chapuzón cerca de la orilla. Lástima que ese día no ibamos preparados para la ocasión. Eso sí, aprovechamos para estirar un poco las piernas y de paso estas señoras tan amables nos ofrecían: cerveza, refrescos o incluso esos artilugios alargados que son a modo de pistola de agua; no pierden la ocasión de hacer negocio.
 

 

Las vistas sin duda merecían la pena esta escala en la travesía. Nos daban una perspectiva más cercana de las montañas a los lados del curso del río, además de, ofrecernos una estampa tan bonita como la de una balsa de bambú y de fondo el marco incomparable de las montañas.
 

 

Después de habernos refrescado a base de cervecita, tocaba reanudar la marcha para llegar hasta el punto final del recorrido: Xing Ping. Las montañas parecían agrandarse a la sombra de los rayos del sol y el calor parecía que ya no apretaba tanto.
 

La llegada al embarcadero parecía marcar el final del día en este agradable paseo en barquita. ¿Sería un adiós o quizás un hasta luego? a este pedacito del mundo que merece ser visitado, de belleza similar a la bahía de Halong (Vietnam), que por cierto tengo pendiente de visitar y tendré que comprobarlo con mis propios ojos.

 

Con la sensación de sentirse satisfecho con la excursión pero siempre con el gusanillo de poder visitar más lugares, conocer gentes… algo le faltaba al día para que fuera del todo perfecto. Quizás esta montaña nos pueda dar pistas…
 

 

15 comentarios en «Bajando el Li»

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  2. Impresionante! El sitio y las fotos. Me encanta… Ya lo conocía desde hace tiempo y es uno de los sitios que me encantaría visitar cuando vaya a China (que iré… :D)
    Una cosa, el barco que hace el recorrido de 4 horas no será como el que cogisteis vosotros luego no? Porque madre mía… meterse esa paliza en esa lanchita tan pequeña… 🙂

    1. Desde luego que si tienes ocasión y metes en tu itinerario el pasar por Guilin y alrededores, esta travesía es fundamental.

      Me faltó puntualizar el detalle del barco en ese aspecto. Se trata de un barco más grande, tipo ferry, que vas sentado cómodamente y pudiendo ver a través de los cristales. Eso sí, creo que no dejan que te asomes mucho o salir fuera, y claro para estar así las 4 horas, como que no…

      La lanchita chica está bien para un par de horas y basta, que sino 😛

  3. Uno de los mejores recuerdos que tengo de China: la bajada desde Yangdi a Xinping. Espectacular es poco. Nosotros la hicimos a primera hora de la mañana, en total soledad, y menos mal, según llegábamos a Xingping venían hordas de barcas en dirección contraria…

    Un abrazo!

    1. Eso si que tuvo que ser un lujo, el río para ustedes solos y con los primeros rayos de sol. Lástima que no pudiéramos quedarnos más por la zona o trasnochar en Xing Ping. Seguro que más adelante hay ocasión de volver 🙂

      Un abrazo!

  4. Yo también soy de los que lo hizo sin apenas barcos en los alrededores. Subimos y bajamos desde Yangshuo, donde nos lo pasamos como enanos en las cuevas, bici, etc.
    ¿Llegaste a ver la cara? 😛
    Misma montaña desde otro ángulo.

    1. Cuando repita, tendré que dedicar un poco más a la bici que me supo a poco.

      Anda, no sabía lo de la cara, que curioso. Creo que en algunas de las fotos del post se puede intuir aunque no de forma tan clara como el enlace que me pasas.

      Un saludo.

  5. Que pasada de sitio¡¡¡¡
    Con razón despues del viaje te costo incorporarte al trabajo …aprovechadito , aprovechadito XD

    1. Ya te digo, los días aprovechaditos al máximo. De la mañana a la noche sin parar, pero es lo bonito de viajes así cuando echas la vista atrás y la cantidad de cosas que hizo uno. Como se diría, luego hacen falta unas vacaciones después de las vacaciones 😀

  6. Que sitio mas bonito y pintoresco y las barquitas de Bambú me han encantado, aunque no se si será muy cómodo viajar en ellas. Que sale aprox. Este tipo de excursiones?

    Un saludo

    1. No me acuerdo bien del precio, pero no diría que más de 30 euros, lo digo así un poco a boleo. Lo gestionamos con el hostal donde nos quedamos en Guilin. Fue lo mejor.

  7. Que chulas, el cielo mucho más azul que cuando fui yo.

    Además nosotros íbamos en una embarcación grande, de metal, nada tan auténtico como lo tuyo.

    1. El día tenía un poco de neblina por momentos pero por lo general si que se portó el tiempo con nosotros. Fuimos a finales del mes de julio-agosto, puede que eso haya influido.

      Seguro habrás notado un poco la manita del retoque (con Lightroom, eran mis primeros pinitos) y creo que algunas fotos las saturé demasiado, pero algunas quedaron curiosas.

      No me importaría volver. Es más, debiera darle un vistazo de nuevo a las fotos de ese viaje por si me quedase algo por contar.

      Un saludo.

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