Bambis…
Templo de Todai-ji
Sin duda, una visita muy recomendable cerca del parque de Nara, se encuentra este templo que es la estructura de madera más grande del mundo. Y la verdad es que impresiona su tamaño cuando está bajo sus pies.
La afluencia de gente al templo era notable, y como ya habrán observado en anteriores visitas de templos, los visitantes en su mayoría eran grupos de colegios de casi todas las edades, desde los más pequeños que te saludaban: Hello, hello! hasta los más grandes.
Y en el interior del templo, la estatua de este gran buda (Daibutsu) o Buda Vairocana que se eleva hasta los 56 metros de altura.
Una de las cosas curiosas que vi dentro del templo, es este hueco en una de las columnas de la parte trasera por donde los niños se disponían a pasar uno tras otro. Luego me he enterado, que quien logre pasar por el agujero (de tan sólo 50 cms.), será bendecido con la iluminación. Yo la verdad que no me atreví, creo que el hueco me venía algo justo, jeje 🙂
Templo de Kofuku-ji
Templo de Horyuji
Kyoto tower
A pesar de que Kyoto sea conocido por su cantidad de templos y edificios antiguos, también tiene su modernindad. Entre ellas la torre de Kyoto, al ladito de las estación de trenes. Cuenta con un hotel y algunas tiendas en su parte baja. He de decir que de día no luce tanto, hasta me parecía algo fea, pero de veras que de noche gana bastante.
Una de templos
El primer sitio que me quedaba más cerca de mi hostal era el templo de Kiyomizu-dera, muy conocido cuando la época de las flores de los cerezos. Construido sobre el año 768 pero los edicios actuales datan del 1633. El templo toma su nombre de las cascadas que existen en el complejo, las cuáles bajan de las colinas cercanas. Kiyomizu (清水) literalmente significa agua pura, agua clara o agua limpia.
Moviéndonos hacia la zona noroeste, muy juntitos uno del otro, apenas unos 10 minutos los separan, dos de los lugares más famosos de la ciudad.
Kinkaku-ji (Pabellón dorado)
Ryoan-ji
Y muy próximo, se encuentra el también muy conocido templo de Ryoan-ji (El templo del dragón tranquilo y pacífico), que cuenta con uno de los jardines secos más famosos del mundo. Según dicen, hasta han hecho estudios, bajo el jardín han encontrado el patrón de un árbol, y por eso resulta tan agradable admirarlo.
Existe una idea de movimiento, según miramos los grupos de derecha a izquierda, se van volviendo cada vez más dispersos, hasta llegar a las últimas dos piedras que no tienen musgo. No se puede ver todo de un sólo vistazo, hay que ir moviendo la vista.»
Y para terminar mi recorrido finalizando en el castillo de Nijo, compuesto por el Palacio de Ninomaru e Hinomaru junto con los jardines de los alrededores y las protecciones de los muros. Me lo recomendó Fernando, el chico que conocí en el hostal de Tokyo los primeros días. Y la verdad que mereció la pena, aunque llegué justo de tiempo, pero me dio para ver lo más importante. Esta la zona del Palacio de Ninomaru. El día algo gris y bueno, difícil a veces captar buenas fotos.
Y las vistas desde una de las zonas altas del castillo con el Palacio de Hinomaru, al fondo parte de la ciudad de Kyoto y sus montañas, que tranquilidad. Junto con los muros interiores que rodean la parte del Palacio de Ninomaru.
Bastante cultura por un día, además de, las casitas que uno se va encontrando mientras callejea por la ciudad. Sin duda, hacen falta más días para conocer la ciudad a fondo, pero le di un repaso importante, y bastante contento con todo lo que vi.