Hasta el momento no había repetido país en los destinos en los que me he movido, pero ha sido Malasia donde hemos ido a parar un grupo de gente, entre ellos informátic@s, que en un post anterior comenté. Nuestro destino: Kuala Lumpur (KL), lugar de residencia de nuestro gran Juan – Kuala.
El viaje era algo más que KL y por lo pronto, el mismo miércoles por la noche al par de horas de haber llegado, pusimos rumbo hacia la isla de Tioman. El resto de gente había ido llegando de forma goteada hasta el día del miércoles. Una vez reunidos todos, empezaba el gran viaje.
Por delante, supuestamente 4 horas de furgoneta, que se terminaron por convertir en casi 6 horas. Un poco largo, algo incómodo y sin apenas dormir, alcanzamos la ciudad de Mersing, punto intermedio en nuestro recorrido hasta la isla. Ya sólo nos quedaba coger un ferry que nos llevaría hasta nuestro alojamiento en la isla de Tioman. Llegamos a la parte de la isla donde nos ibamos a alojar, y esto fue lo que nos encontramos… creo que con sólo ver las fotos, uno se hace la idea.
El agua como verán, es una pasada, super azul, limpita, un gustazo. Más adelante, después de comer tuvimos la ocasión de darnos algunos chapuzones y algunos también optaron por hacer algo de snorkelling en la zona, y si que valió la pena.
Y lo mejor que pudimos hacer fue disfrutar del sol mientras durase y momento para sacar las primeras fotos del atardecer. Simplemente espectacular, como cuando estuve con el amigo Juan en Kota Kinabalu, éstas fotos creo que las superan y más aún teniendo la playita de por medio, no sólo el muelle.
Aunque no se nos vea mucho, más bien se intuye, en la foto de la izquierda salimos: Fausy, Carlos y yo, que sino, tanto paisajito, pero merecía la pena.
El día estaba siendo algo largo, pero el relax de la playita había ayudado para continuar con el cuerpo en marcha. Tiempo para ir a darse una duchita tras el largo viaje de la mañana e ir a cenar algo en uno de los restaurantes de la zona: arroz, fideos, calamares, pescadito… un variadito, y además tuvimos la suerte que estaban de barbacoa. Comimos super bien la verdad.
Lo que si, ya por la noche, es todo tranquilidad, así que, la marcha la pusimos nosotros, jeje. Uno de los chicos del grupo se había traido consigo un altavoz para Ipod muy apañado, con lo que la música estaba servida, y luego echarnos algunas copitas sentados cerca de la playa… no tiene precio.
Para ser la primera noche en Tioman, super bien, aunque con la paliza que llevabamos encima, la gente no tardó en ir recogiéndose no muy tarde, y es que también, al día siguiente habíamos reservado un barco para que nos llevase alrededor de la isla y ver algunos sitios interesante, y claro, teníamos que estar descansados.
Aún queda más viaje, y para que no sea largo de contar, en el próximo post seguiré con los detalles del mismo.