Algo tiene el otoño en Hong Kong que apetece salir más al monte y salir a caminar. La humedad del calor ya no está tan presente aunque extrañamente como había comentado unos días atrás, parece que el verano no quisiera irse del todo. No obstante, el fresquito por las tardes se agradece. Plan de un día para otro, me llama un amigo y me comenta que piensa ir de caminata con otro amigo que recién llegó a la ciudad, y nada mejor que descubrir la otra cara de la ciudad. Inicialmente había pensado hacer la subida al pico Lantau que curiosamente hicimos justo hace un año por estas fechas, pero finalmente variamos la ruta y hacemos otra un poco más suavecita.
Saliendo desde el centro de Tung Chung, nos vamos alejando hacias las afueras y en dirección a la carretera que conecta con el sur de Lantau. Nos sirve de eje hasta que llega el punto donde nos desviamos a la derecha y nos metemos más en naturaleza. Ciertamente el GPS no hizo mucha falta porque me acordaba bien de cabeza, y eso que la vez anterior yo simplemente seguía al grupo. Sólo un momento de duda tuve, pero una pareja local que pasaba cerca nos indico el camino a seguir. Íbamos en dirección hacia el Ngong Ping, famoso por ser la ubicación del Gran Buda sentado y un punto turístico destacado de la ciudad.
Durante el ascenso nos cruzamos alguna gente que hacía el recorrido a la inversa, pero por lo general todo muy tranquilo. Nuestro ritmo bastante rápido en comparación con la otra vez, pero eso no quitó para hacer algún descansito, tomar agua y coger el aliento, porque hay algunos tramos de pendiente que realmente son un poco rompepiernas, jeje. Parar a disfrutar y sacar alguna foto del paisaje, cubiertos por la sombra de los árboles. Un día especialmente nublado, con una capa de neblina flotando en el ambiente y la humedad un poco alta; buen ejercicio desde luego.
Llegado el punto que si queríamos desviarnos un poco, siempre podríamos volver hasta la carretera principal y retomar el ascenso via Pak Kung Au, pero creo que mejor hoy vamos con algo más ligerito para ir cogiendo el tono.
Una ruta sencilla, con algunos puentecitos y todo el camino muy bien pavimentado como suele ser habitual en las rutas que hay repartidas por el territorio, cosa que se agradece aunque a veces uno echa en falta tener el camino un poco más salvaje 🙂
Las lluvias poco se han hecho aparecer pero seguro que no tardará en caer algún buen chaparrón que hará que el agua fluya entre las rocas. Comentábamos durante la caminata, lo bien conservadas que están las zonas donde hay pendiente, sin obstáculos para que el agua corra sin problema y además de bien catalogadas.
De vez en cuando alguna casita en medio de la nada, algunas de ellas hasta con un huerto bastante completito. Seguro que con lo que produzcan les da para abastecerse sin problemas, a lo que surge una pregunta: ¿cada cuánto bajarán hasta el centro de la ciudad? porque es un buen paseito…
El color del otoño: los tonos marrones y algunos rojizos. Muchas hojitas caidas a lo largo del camino, es una época bonita y en la que apetece perderse por los montes, salir de la ciudad y sentir como la temperatura baja unos graditos conforme subimos en altura. Al cabo de un rato, junto con la humedad, el efecto del sudor y la presión en las rodillas, pero ya sólo nos quedaba el último trecho. Luego ya sólo quedaría llanear.
Total que entre que salimos desde Tung Chung y hasta llegar a las cercanías del Buda, invertimos algo menos de 2 horas, pero diría que la ruta en sí apenas 1 hora 20 minutos, un ritmo bastante bueno, paso ligero y constante, además de incluir dos paraditas técnicas, y claro, de vez en cuando sacar la foto de rigor y coger el ritmo de mis dos compañeros de ruta. Ya que estamos había que hacerle los honores al buda, no?
Una ruta recomendable para cualquier persona y que no tiene dificultad extrema sin ser unos tramitos algo empinados, pero también es bueno contar con escaloncitos en los laterales para facilitar la subida de la rampa.
Buena ruta de domingo para después terminar en la playita de Cheung Sha al sur de la isla. Bastante gente a eso de las 3 de la tarde cuando llegamos. Reponer fuerzas comiendo algo y luego una cabezadita en la arena, nos quedamos KO al poco, de lo más relajante.
Planazo!!
Apuntado para una próxima visita 🙂
Pues si, cuando vengan nos vamos por ahí de caminata.
Lo que se dice un día completo: montaña, playa y excursión cultural. 🙂
Sacando cuentas de las veces que he estado en el buda, que en realidad no tantas, era la 4ª vez en estos años y de las últimas veces coincidió siempre con algún hiking que hice por Lantau. Creo que mi amigo Gonzalo me superó y eso que lleva menos tiempo, pero es lo que tiene cuando te vienen visitas.
La playa al final nos sentó de maravilla. Nos quedamos KO los tres durante un ratito, súper tranquila la playa. Genial!
Pedazo día, así da gusto 😀
Aunque las vistas podrían haber estado mejores por la especie de bruma, pero disfrutamos del paseito y posterior recompensa jeje