Con buen gusto

Una cena improvisada mientras estábamos de recorrido por la zona industrial-cultural de Guangzhou, llamada «Redtory». Un par de horas en las que fuimos de un lado para otro mientra se hacía de noche y la hora de la cena se iba acercando. Como no teníamos nada en mente, decidimos volver sobre nuestros pasos en dirección a un sitio que nos había llamado la atención, a ver qué suerte teníamos.

Bonita presentación del mantelito y el juego de bols más taza para el té en cerámica. Me gustó el detalle del cçodigo QR, además de la dirección web del restaurante.

Pollo estilo sichuan, salsita con algo de chili y sésamo. Es una plato en frío y que resulta muy buen entrante.

Entrando ya en materia con los platos principales y por orden de llegada: pescadito con salsa agridulce, y ahí donde lo ven, toda una delicia para comer porque la carne estaba limpita, limpita. Sólo la parte central y el resto los pedacitos todos limpios, muy sabroso. Tampoco podía faltar una plato de verduras salteadas con ajito para ir acompañando.


 

Y cerrando la cena, unas costillitas y con el punto justo de sal, aunque si queríamos podemos darle un toquito más salado o bien remojar en el cuenquito de salsa que es parecida a la que ponen con algunos platos de barbacoa en Hong Kong.

Raciones bien servidas y más que suficiente en una cenita para dos personas. Trato amable y la comida con muy buena relación calidad / precio. Eso si, más vale ir tempranito porque apenas eran las nueve y media cuando empezamos a ver movimiento entre el personal que se disponía a recoger algunas mesas y algunos de ellos en ropa casual dispuestos a terminar su turno. Lo bueno es que pudimos comer sin prisas y los platos también salieron bastante rápido, y diría que apenas habían dos o tres mesas más a la vez que nosotros. Siendo navidades y un día entre semana, pues se entiende.

Espero que les haya gustado este menú para ir abriendo boca para el fin de semana. ¡Buen finde a todos!

Hora del té

A pesar de que la relación del té con los asiáticos viene de largo, parece que la influencia inglesa se quedó bien marcada porque porque una de la bebidas que muchos dirán de probar es el clásico té con leche estilo hongkonés, «Lai Cha». Bien para acompañar nuestro desayuno, almuerzo o merienda aunque yo me inclinaría un poco más por la última comida puesto que podemos combinarlo con algún dulcito o quizás una tostada francesa, «Sai do si» en cantonés. ¿A qué suena bien?

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En caso que no nos apetezca té con leche, podemos optar por un simple té con limón bien calentito o fresquito, a gusto de cada cual. Sino, echar un vistazo al menú o tirar de algún amigo local que nos eche una mano con la traducción. Este menú de la foto es el clásico que nos encontramos en un cha cang teng que es el clásico restaurante local que no debemos perdernos si se viene de visita a la ciudad.

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Después de disfrutar nuestra hora del té, espero que afronten con buena cara el fin de semana que se nos viene y sobre todo a mi gente de Canarias tras estos días de temporal que han tenido alborotado a todos, a pesar de los daños materiales pero sin lamentar los personales. Calmita y ánimo pa’lante.

Orgánico

Fin de semana a la vuelta de la esquina y terminando la semana de forma muy ligerita, y además sana. ¡Será por restaurantes! en la zona de Fanling, no sólo los ya conocidos que son unos poquitos sino también los que vayamos descubriendo con el tiempo. Evidentemente, la oferta es algo más reducida cuando nos salimos de la comida china-cantonesa en general, pero hay opciones interesantes. Hoy hablo de uno de ellos, el cual también cultiva sus propios ingredientes, en el caso de productos de la tierra.

El concepto detrás de IPC Food Lab es que trabajan con agricultores de la zona, usando productos orgánicos y que luego utilizan a la hora de cocinar en el restaurante, venderlos al público en una tiendita adjunta que tienes o también hacerlos llegar a otros establecimientos.

Situado en una zona eminentemente industrial donde abundan algunos talleres de coches y naves para almacenaje, quizás es un sitio en el que no pensaríamos encontrar un restaurante así. En parte está bien porque tienen de mayor espacio y ocupan un edificio completo; por lo visto en la parte alta donde está la azotea tienen un pequeño huertito y todo. Y como pueden ver, si el tiempo acompaña pueden disfrutar del almuerzo con los rayos del sol.

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En su interior unas cuantas mesas, abundancia de la madera como elemento principal decorativo y un ambiente bastante relajado. Optamos por pedir el menú de almuerzo que incluye bebida más plato principal (108 HK$) y de forma opcional por un poquito más de dinero (+30 HK$), ensalada o sopa. Para empezar con un juguito de la casa y una ensalada aderezada con un poco de una vinagreta balsámica muy buena. Total que el almuerzo nos sale por un equivalente a 14 euros todo incluido, que a la vista es un precio elevado comparado con otros restaurantes pero hay que tener en cuenta todo el proceso que hay por detrás. El sabor de la ensalada y el juguito marcan la diferencia, sin duda.

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Entre los platos principales, la cosa estaba entre algunas variantes de risotto bien con marisco o champiñones, pasta y unas verduras a la plancha. Yo me decanté por el risotto con champiñones; estaba bastante bueno, en su punto. No se dejen engañar por la foto, que aunque parezca una ración pequeña, me quedé satisfecho después de haberme comido la ensalada.

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Conclusión: se puede repetir en el futuro y quizás probar su menú de merienda o bien una cena. La pega es que los platos a la carta son un poco más costosos pero por lo que pudimos ver en una mesa cercana, las porciones están bastante bien servidas. De momento nos lo anotamos en la lista y sabemos que tenemos una opción no sólo para nosotros si nos apeteciese algo distinto sino también alguna visita que tengamos por la zona y querramos sorprender con algo de la tierra.

Maridaje

Nos sentamos a la mesa con unos amigos para disfrutar cenando. Un restaurante local en el que he estado unas cuantas veces ya, que por cierto me reservo por si viene alguien de visita, un sitio para sorprender por la calidad de su comida. Como decimos en mi tierra, es el típico guachinche familiar y donde se come estupendamente. Puedes llevar tus propias bebidas, así que esta vez era momento de llevar un par de botellitas de vino.

A pesar de que había platos de carne, el vino tinto no fue el elegido esta vez sino el blanco. Previamente enfriado un poquito y a la mesa esperar en lo que se hace la cazuelita que teníamos delante. También habrían verduras, arroz frito y algo de marisco; muy completita la cena.

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La comida lista y el vino en el vaso, momento de ponerse manos a la obra!

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Desde luego que no será el último de estos maridajes, y ahora que empieza época de algo más de fresquete viene bien para entrar en calor. También aprovecho para dar un poquito de promoción entre mis amigos locales y se aficionen más a nuestros vinos, que no sólo se vive de vinos franceses o italianos :P. Las dos botellas que llevé llegaron bien, pero creo que para la próxima llevaré una adicional porque parece que gustó y sino, pues rellenar con cerveza que tampoco es mal acompañamiento.