Si hay algo que uno no puede dejar de hacer cuando viaja, es probar la gastronomía del lugar propiamente dicho. Seguro que Pau está de acuerdo en eso, a que sí? 😀 En esta ocasión no hablaré de platos demasiado elaborados, sino más bien, de aperitivos para tomar sobre la marcha mientras paseamos por la calle.
En Taiwán, como en otros lugares de Asia, nos podemos encontrar con cantidad de puestecitos en ciertas zonas, especialmente cerca de mercadillos. El que visitamos fue el mercado nocturno de Shilin (士林夜市), bastante conocido. En la foto se puede apreciar el continuo ir y venir de la gente por una de las entradas a este mercado.
¿Y qué nos vamos a encontrar en él? no solo tiendas de ropa, complementos, zapatos… todo lo que nos ocurra, sino también, entre mezclados entre tienda y tienda, sitios para comer desde: pinchitos, noodles, helados, postres… hay donde elegir, eso seguro.
En el primero puesto que paramos, fue en el de este señor especializado en pinchitos varios. La verdad que era un artista de la parrilla, ver cómo se manejaba entre la comida y atendiendo a los clientes, un continuo no parar.
Desde pinchos con champiñones, de calamar, de pollo o cerdo… sólo de pensarlo se me hace la boca agua, será que la hora de la comida se va acercando por aquí 🙂 y luego acompañado con un adobito para darle gustito y un toquecito de limón a gusto del consumidor. Nosotros probamos uno de champiñones y otro de unos rollitos de cerdo con verduras, muy ricos, y lo mejor que super bien de precio.
Pero claro, no todo va a ser cosas sólidas, habrá que echarle algo de líquido pal cuerpo 🙂 A elegir entre varios sitios de zumos naturales bien fresquitos: de limón, grosellas o naranja. O eso creo recordar, porque aún no acierto a leer bien los caracteres.
Y como no, el recorrido gastronómico no se puede terminar sin comerse un postrito. El señor que aquí ven, se dedicaba a hacer una especie de pastelitos muy fofitos y rellenos de una crema a elegir: chocolate, fresa… entre otras. Muy ricos también. O sea, que nos pusimos las botas, jaja 😛
Y todo esto mientras paseabamos entre las tiendas, curioseando aquí y allá, pero sin perder el ojo a algún que otro puestito de comida por si caía algo más interesante para probar. Una forma diferente de comer e ir probando un poco de todo, interesante sin duda.
Mientras, vamos a dejar que la gente haga cola para contentar sus estómagos. ¡Buen provecho para ellos/as!