Tirando pal sur

Aunque el verano haya terminado hace apenas una semanita a veces uno se resiste a decir adiós a esta época del año. Para mi casi que ha pasado sin darme cuenta y sin ser un par de boat trips, la playa la he tocado poco, y está muy mal decirlo con lo que nos gusta a los canarios una playita 😀

Ya se habrán dado cuenta que este año los viajes van más espaciados. Atrás quedaron las «ansias» por conocer Asia, aunque las sigo conservando pero hay que ser comedidos. Siendo nuestro anterior viaje un finde largo a Singapur, pero ya han llovido unos cuantos meses y esta vez el destino es: Bali. Uno de los destinos pendientes y que voy con muchas ganas. Espero que el tiempo sea bueno y nos permita disfrutar de las playas, la comida… y todo lo que tiene que ofrecer el lugar.

Mientras tanto me despido por unos días. Parece que entre mudanzas y no mudanzas no cojo el ritmo como debe ser, pero espero volver con pilas cargadas y nuevas cosas para ofrecer desde este mi rincón para ustedes.

Hasta la vuelta! seguimos @twitter

Remedios chinos

No será que me estoy haciendo viejo y es ahora cuando me entran los dolores… que va, eso no puede ser. Y mira por donde que desde que llevo en Hong Kong, no me ha hecho falta tener que recurrir a ningún médico 🙂 pero este martes, igual de la forma más tonta (que ni me enteré) me dio un tirón en la parte baja de la espalda. La verdad que me pasé el día un poco fastidiado, sobre todo al caminar en llano porque cuando bajaba o subía escalones como que el dolor se aliviaba.

No quise dejarlo pasar de ese día, por lo que pudiera pasar y así quedarme algo más aliviado. Dicho y hecho, cuando salí de la oficina fui a un centro de fisioterapia cerca de casa por el que siempre paso de camino al gym. Les comenté mis molestias y al poco me atendieron para ver que de se trataba.

Manos a la obra a una sesión de masaje (la primera que me he dado) y luego el paso a una sesión de «scrubbing» (creo que se dice así) la cual consiste en ir como «raspando» la zona dolorida e intentar aliviar el dolor, y vaya si que me dejo mejor, una gran diferencia. La única pega es que puede que te deje la piel un poco amoratada pero en un par de días vuelve todo a la normalidad (yo sin nada) aunque esto es más light que el uso de una esferas de cristal a modo de succión. Me lo reservo para profundizar en más remedios, muchos de ellos milenarios.

A ver que tal en la sesión de hoy, espero que me deje 100 x 100 bien 😀 ya les contaré

Un básico

Que curioso que tenía en mente escribir un post sobre este aparato en cuestión y el otro día veo en uno de los blogs que sigo, el de Alain Kun, escribía un post sobre la famosa máquina de hacer arroz. No sé como podía haber dejado pasar por alto este aparato tan útil.

Yo que más o menos me apaño en la cocina, aunque no soy de grandes platos pero si me gusta improvisar con lo que haya, no me había puesto a hacer arroz nunca, y muchos dirán: alaaaaa!, pues si, quizás con el miedo a hacer un estropicio o no por pereza. La cuestión es que ahora no tengo excusa 😀

Mi novia me enseñó a usarla, aunque luego de saberlo no tiene mucha ciencia. Basta con echar con un vasito de plástico la medida de arroz según las personas y luego rellenar con agua hasta una cierta altura, eso si, habiendo lavado el arroz un poquito, por si las moscas.

El modelo que tengo en casa (aunque los hay más complejos) cuenta con un botón en el medio que tiene dos posiciones: Cocinar y Calentar, de lo más sencillo. Una vez tengamos el arroz en el recipiento gris que se muestra en la siguiente foto y puesta la tapa, poner en la posición Cocinar…. esperar y el arroz listo en 10 minutos, además de mantenerlo calentito 🙂

Si se fijaron en la primera foto, también cuenta con un recipiento de plástico blanco en el que podemos colocar comida, de forma que, cuando se está cocinando el arroz se puede ir calentando, así ahorramos tiempo y nos evitamos el microondas.

No puedo estar más de acuerdo en lo que dice Alain, que no debe faltar en cualquier hogar que se precie. Ya sabemos lo fundamental que es el arroz en la cocina asiática y una buena fuente de energía.

Ojo de dragón

Como sé que tanto gustan los posts con frutas, ya era hora de que fuera hablando de una nueva. Se trata del longan (龙眼) o también conocido como ojo de dragón. Originario del sur de China aunque también lo podemos encontrar por el sueste asiático y en Indonesia.

Y se preguntarán, por qué ojo de dragón? igual muchos ávidos lectores se habrán dado cuenta que cuando se pela esta fruta, de lo transparente que es se ve la semilla, dando la sensación de ojo.

También lo podemos encontrar en su variante seca como podemos ver en los paquetitos de a continuación. De esta forma se puede usar para añadir a sopas u otros platos. Yo lo he probado en sopas y le da un toque interesante, muy bueno 🙂

Una fruta que tiene un sabor dulcito y estando fresquita mejor aún, sobre todo en el verano. Y no nos podemos olvidar de su uso dentro de la medicina tradicional china, desde la semilla hasta las raices de este fruto. Según he leido puede aliviar la ansiedad, o bien haciendo uso de las flores beneficia a nuestros riñones o con las raices poder tratar la diabetes. Increible lo que uno aprende no?

Es un buen punto de partida para futuros posts hablar de los remedios medicinales chinos, no les parece? es parte de la inmersión cultural estando aquí, y lo interesante que es.

Lo dicho, de vez en cuando un ojo de dragón pal cuerpo 😀