Aunque en la foto tenga la pinta de ser un animal tranquilo, no nos podemos fiar. A mi hasta me dio la impresión de que fuera de plástico, apenas se movía.
Lo mejor de todo, el toque de humor que le dan para evitar que la gente le de por alongarse demasiado desde la parte alta del recinto donde se encuentra nuestro amigo. Por si alguno/a le quiere dar el salto… 😀
Y cuando abre la boca, madre mía, eso si que son dientes. Tenerlo de cerca pero que uno esté bien a salvo 🙂
El encuentro con el cocodrilo fue de lo primero que vi en este recinto, pero uno no puede dejar pasar por alto el canguro y el koala, otras de las especies más representativas de este continente, me los reservo para más adelante. Sin duda, una visita recomendada para los amantes de los animales y los que quieran conocer algo más lo que se mueve por tierras australes.