Ayyy, el mar

No es que me ponga un poco melancólico, o si? De las entradas que tenía pendiente sobre el viaje a Australia, ésta es una de ellas. Quien visite Sydney, se dará cuenta que tiene mucha vida de cara al mar. Cantidad de zonas de ocio cerca de la Ópera, Darling Harbour… y sin faltar sus playas.

Hay un bonito paseo para hacer desde la playa de Bondi, que va recorriendo a lo largo de la costa hasta llegar a la playa de Manly.

Es muy relajante ir recorriendo el caminito cercano a la línea de costa, escuchar el sonido del romper de las olas. En todo momento veremos pasar de un lado a otro, el día que fui yo, estaba bastante transitado, también porque sería fin de semana. La gente se la veía muy deportista, tanto en bici como corriendo.

Y que luego no se diga que no salgo en las fotos, jeje. La verdad, llevando la reflex y sin trípode, lo de sacarme fotos a mi mismo aunque pida a alguien que me ayude (algunos se hacen un lío con la cámara :P) pero al final me apaño para conseguir alguna superficie estable e inmortalizarme 🙂 Menudo tupé que llevaba ese día, se nota que hacía brisita cerca del mar?

Y pensar que el recorrido parecía pequeño en el mapa, siempre uno se engaña. Lo menos una horita de camino de una playa a otra, poco a poco la gente recogía los bártulos y poner rumbo a casa. Alguna que otra tabla de surf solitaria en las últimas horas de luz de día, tendrá que esperar al próximo finde para cabalgar las olas.

Esta última foto me recordó mucho a las casetas del estilo de los Vigilantes de la Playa, aunque esta mola más, no? Daba gusto ver lo bien cuidado que estaba todo en los alrededores de la playas.

Cuando tengan la ocasión de dejarse caer por Sydney, aprovechen para descubrir la costa de la ciudad. Vale la pena, ayyy si estuviera por allá de nuevo…

Me traslado

… por poco tiempo. Estos días estaré escribiendo desde la parte más cercana de China a Hong Kong, se trata de la ciudad de Shenzhen.

Una ciudad, que nada tiene que ver con Hong Kong y es donde uno empieza a notar las diferencias tanto a nivel de gente como de sus calles, edificios… es un cambio radical.

El viaje se hace bastante corto dentro de lo que cabe. Haciendo uso del KCR hasta la frontera en Lo Wu y luego desplazándose bien en taxi o metro, uno se puede llegar con facilidad por la ciudad. Aprovecharé estos días para ver si puedo practicar el mandarín, otra cosa es que los entienda yo a ellos que con la velocidad que hablan… tendría que hablar de eso un día, jeje.

Lo dicho, saludos desde Shenzhen!

En lo alto

¿Qué es una de las cosas que se puede hacer en Taipei? No dejar pasar la ocasión de visitar el rascacielos más alto del planeta: el Taipei 101, aunque seguro que muchos habrán sabido en que Dubai están terminando uno que lo superará, no obstante, me hacía ilusión entrar en este edificio y lo que ello representa, sobre todo en ingeniería.

Tuvimos suerte siendo de los primeritos en la cola, y eso que no sabíamos a ciencia cierta a qué hora abría y eso que se trataba de un domingo. Mejor sin prisas y con tiempo para recorrer el mirador que se encuentra entre la planta 89 y 88. Ya en el hall de recepción, se nos da la bienvenida con este colorido cartel y las curiosas mascotas en honor a este gigante de cemento.

Sólo decir que cuenta con el ascensor más rápido del mundo, capaz de elevarse hasta casi una planta 90 en nada más y nada menos que 37 segundos, ya verán como se quedan los oidos una vez arriba, eso si es velocidad, fiuuuu!!

Ni que decir las vistas que uno puede divisar desde ahí arriba a más de 480 metros sobre el suelo. La pena que el día estaba algo nublado y no dejaba ver en toda su extensión la distintas zonas de la ciudad de Taipei. Edificios de casi todos los tamaños, grandes explanadas… había de todo en los alrededores de la torre.

¿Y esta gran inmensa bola dorada? es lo que mantiene al edificio estable cuando se produce algún tipo de seísmo, la cual puede soportar temblores de hasta 7 grados en la escala Richter, ahí es nada, y su peso no es para menos: 730 toneladas; o contrarrestar los efectos del viento para un edificio de tanta altura, . En honor a este «damper» es de donde provienen las mascotas que se puede ver decorando distintas partes del recorrido por las dos plantas del mirador. Realmente impresionante!

Pero no todo es ciencia y tecnología en el 101, también hay un espacio dedicado a otro de los tesoros de Taiwán, el que se esconde bajo sus mares en forma de coral. Podemos observar una bonita colección de ejemplares de estos corales, finamente tallados con una gran cantidad de detalles, una pasada de veras. Entre ellos había un ejemplar de águila, había que verlo de cerca… lástima que mi cámara estuviera a punto de fallecer mi batería.

Y como no, de todo esto siempre se tiene que sacar partido en la parte comercial. No podían faltar las correspondientes tiendas de souvenirs de todo tipo relativos al edificio en cuestión, además de, vender collares y otras piezas de joyería hechas con coral y jade taiwanés. Con algunas piezas de precio prohibitivo pero gran belleza.

Más compras para los que quieran dejarse los dineros. Una vez después de bajar de las alturas, en la base de este rascacielos nos encontramos con un amplio y moderno centro comercial con tiendas de todo tipo, en su mayoría de lujo, además de, restaurantes. Un paraíso para las compras 🙂

Todo un ejemplo de superación y un orgullo para la gente de Taiwán, además de ser uno de los símbolos en Asia y en el mundo, hay que verlo 😉

C.K.S

La verdad que hacía un tiempo que no metía alguna entrada sobre alguno de los viajes del pasado año 2008, en concreto, los de Australia y Taiwán. Aún tengo entradas pendientes para contar algunos detalles más sobre mi paso por ambos destinos. En esta ocasión, caeré del lado taiwanés…

Uno de los sitios de visita obligada si pasas por Taipei situado en el distrito de Zhongzheng y con parada en una de las líneas de metro, muy fácil llegar 🙂 Este monumento en honor a una de las figuras más representativas de Taiwán. Se decidió tras su muerte levantar este monumento, el cual abrió sus puertas por allá en el año 1980 en la fecha que se conmemoraban los 5 años de su muerte.

Como se aprecia en las fotos, ese día el tiempo no acompañaba mucho la climatología. El día anterior por la noche había estado lloviendo un poquito, aunque con suerte ese día se mantuvo seco a pesar de lo nublado del cielo. El lugar es realmente grande, no llega al punto de Tiananmen, pero impresiona, como cualquier memorial.

El Teatro Nacional junto con el Auditorio Nacional, lugar de celebración de numerosos actos y eventos musicales durante buen parte del año, se puede referir a ambos como NTCH, que lo que viene a ser, el centro cultural de este memorial.

Completa simetría es lo que se puede observar desde lo alto de las escalinatas de acceso al edificio principal. Al fondo la puerta principal que da acceso al conjunto con los edificios del Teatro y Auditorio Nacional, y unos coloridos jardines. Al fondo podemos ver la puerta que da acceso a la Plaza de la Libertad, también integrado dentro del grupo.

Y en su interior, no podía faltar una estatua en su honor. Bien sentado en su trono y presidiendo desde las alturas y acompañados de las banderas de Taiwán.

A ver quién sabe decirme a qué personaje corresponden las siglas del título del post… más que tirado no? Y pensar que quisieron cambiar el nombre, ayyy, pero finalmente lo han respetado. Se ve que no habría gente contenta con lo que representaba la figura de este personaje, en la historia de China y Taiwán.