El gran buda

 

Cuando la gente me pregunta sobre qué ver en Hong Kong, es inevitable que uno de los primeros sitios que les comente es el gran buda Tian Tan. Al poco de llegar yo, fue uno de las primeras visitas que hicimos durante el fin de semana, buenos recuerdos de aquella primera visita. Y siguiendo un poco esto de los guiness récords, es el buda sentado más grande que hay. Ubicado en el medio de la isla de Lantau, en Ngong Ping, se alza contemplando los alrededores de monte que le rodean. No obstante, la isla es de los territorios más vírgenes que podemos encontrar en Hong Kong, apenas algunos pueblos costeros y la zona del interior donde se encuentra el buda junto con el monasterio de Po Lin.

Está fabricado en bronce y tiene unos 34 metros de alto. Como dato curioso añadir que está formado por un total de 202 piezas que conforman la estructura de la estatua. Uno no se da cuenta del tamaño hasta que poco a poco se va acercando, pero algo se puede intuir en la distancia.
 

Si queremos llegar hasta su base nos toca subir este pedacito de escaleras. Un muy buen ejercicio, y no hay peros que valgan, que hasta las personas de más edad poquito a poco suben hasta arriba del todo, es todo un ejemplo para que no nos pueda la vagancia.
 

Quieras que no, después de la caminata que nos habíamos pegado hace unos instantes, empezamos a notar un poco los efectos, pero nada, pa´rriba que casi estamos chicos!
 

 

En un día soleadito, de domingo, que es cuando los turistas gustan más de salir a visitar cosas, con el buda no podía ser una excepción. Y turistas de todo tipo, aunque justo en esta foto como pueden observar me salieron más occidentales 🙂
 

Podemos dar una vuelta por los alrededores del buda o si queremos entrar al interior por un módico precio para ascender sus tres plantas y curiosear un poco.
 

Ya sólo nos queda iniciar el camino de vuelta, que siendo cuesta abajo se hace mucho más llevadero. Además, con las ganas que nos estaban entrando de comer, creo que bajaremos hasta más rápido y todo.
 

Siempre nos queda volver en otra ocasión si tenemos alguna visita en la ciudad, o darnos un paseito si acaso. Yo la verdad que lo tengo bastante sencillo, ya que, vivo justo al lado de donde está el teleférico que te lleva directo hasta Ngong Ping. Sino otra opción es ir en ferry desde Central a Mui Wo, y de ahí coger una guagua que nos lleva hasta el buda.
 

 

 

Ngong Ping 360

 

Ayer que fue fiesta, también para mi por aquí que tenemos el calendario de festivos compartido entre los de España y los de Hong Kong, lo mejor hubiera sido quedarse en casa a descansar, no? En cambio, con el día tan fantástico que amaneció, era una pena no aprovecharlo.

Si aún hay cosas que me quedan por visitar en la ciudad, el sitio del que hablaré a continuación era uno de ellos. Situado en Tung Chung, isla de Lantau, y al que se llega de forma muy cómoda y rápida cogiendo la línea naranja de metro. Una vez allí seguir las indicaciones hasta el edificio donde cogeremos el teleférico: Ngong Ping 360. Uno de los sitios que no se puede dejar de visitar si estamos de visita.
 

Lo bueno de haber ido en un día entre semana: tener menos gente y no tener que sufrir los agobios que se produzcan el fin de semana cuando un mayor número de turistas y no turistas hacen cola para cogerlo. El horario de apertura es a las 10 de la mañana y hasta las 6 de la tarde.

Poco a poco nos vamos alejando de Tung Chung y por delante un recorrido de casi 6 kilómetros con una duración de unos 25 minutos.
 

Relajarse y disfrutar de las vistas pasando por encima de la bahía de Tung Chung y en dirección a la parte más norte de la isla de Lantau.
 

¿Qué les parecen las vistas? bonitas verdad? pues apenas llevamos un rato del recorrido. Me pregunto a qué altura nos encontramos sobre el nivel del mar. Un dato a añadir, la cabina era de suelo de cristal, más emoción al viaje, aunque algo difícil de sacar en las fotos. Merece la pena. Ojo chicas con las faldas, nunca se sabe 🙂
 

Y a la izquierda de la foto empieza a asomar algo, ¿qué será?…
 

Como no, el aeropuerto internacional de Hong Kong (Chep Lap Kok). Una construcción impresionante y eso que ya hace sus 13 añitos desde que empezó a funcionar, pero está como recién salido del horno.
 

Si se fijan por debajo de la torre a la derecha de la foto, hay un caminito que asciende hasta el mismo sitio donde nos dejará el teleférico. La próxima vez creo que optaré por esta ruta para estirar un poco las piernas. Y es que Hong Kong es el sitio perfecto para hacer rutas por la montaña.
 

A medida que fuimos subiendo, parecía que la bruma iba en aumento. El cielo tan espléndido del que gozábamos en Tung Chung había desaparecido, pero al menos seguro que hace algo de fresquito y nos quitamos de encima la humedad que parece estar de vuelta en estos días.
 

A lo lejos ya se podía divisar el buda de Tian Tan. Con ello nuestro recorrido tocaría a su fin, una vez en los alrededores de Ngong Ping y a los pies del buda. Qué recuerdos desde la primera vez que iba de visita y hasta entonces no había vuelto.
 

Muy lejos de que aquí acabase el día, aún tenía en mente llevar a cabo una buena rutita que me llevaría de nuevo hasta el punto de inicio casi cuando el sol empezaba a decir adiós. Otra historia que merece ser contada con todo detalle en un post que no tardará en llegar, espero que puedan esperar pacientes 🙂
 

Aquí tienen la página oficial si quieren curiosear un poco más.