Nocturno

No valen las excusas aunque el tiempo esté más fresco y no apetezca tanto salir a correr, a pesar de tener la opción del gimnasio, nada como estar al aire libre. Tung Chung es un sitio genial con cantidad de espacio y eso se agradece. De momento parece que el madrugar me está costando con lo que sólo queda ir por la noche después del trabajo, bien sea antes de cenar o luego un pelín más tarde. Coger el hábito de ir varias veces por semana e ir probando varios recorridos, y tirar pa’lante.

Ayer fue una noche con ligeras gotitas de lluvia pero agradable, pues así refrescaba una vez había arrancado a sudar. Con poca sensación de humedad en el ambiente. En comparación con días anteriores parecía que había menos gente de lo habitual, bien sea corriendo o en bicicleta también.

El recorrido que suelo hacer es partiendo desde casa y en dirección al final de la calle donde vivo pasando el siguiente bloque de edificios, media vuelta y hacia la zona donde está el teleférico y con vistas al aeropuerto, zona muy tranquila y donde te puedes encontrar alguna gente pescando. De ahí se puede coger unos subterráneos que llevan hasta la zona alta y así no tener que pisar la calle, está genial.

En modo preparación de cara a la medía maratón de la ciudad el próximo 24 de febrero. ¡Vamos a por ello!

Colores

Estupendo día de domingo que hacía el fin de semana. Empezaba un día con algo de madrugón para ir a un entrenamiento de dragonboat, además, también tendríamos una jornada de puertas abiertas para ver si reclutabamos más gente para la temporada. Una buena ocasión para que conociesen el deporte e iniciarse, esperando que algunos de ellos se enganchen y nos acompañen en próximas sesiones.

En esta época del año uno espera que haga algo de brisa por la mañana y más estando en el agua, pero la verdad que se estaba la mar de bien y sin necesidad de manga larga.

El buen tiempo nos acompañó todo el día y de vuelta a casa después de disfrutar un almuerzo de dim sum con mi novia, le propuse dar una vuelta a la manzana.

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Recorriendo la carretera paralela a nuestro bloque, llegar hasta el final y regreso, un poco más de media horita. La época otoñal se dejaba lucir muy bonita en Tung Chung, la mezcla de amarillos y verdes dando colorido.

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Incluso algunas flores, hasta me daba la impresión de estar en primavera. Esta flor en concreto es la que está simbolizada en la bandera de Hong Kong, de la cual podemos encontrar un monumento en Wan Chai cerca del centro de convenciones. Su nombre es Bahuhinia.

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Interesante el descubrimiento durante el paseo. Mira que he pasado veces por ahí cuando he salido a correr un poco, normalmente ya entrada la tarde-noche y claro, no es tan fácil como de día. No podemos quejarnos por zonas verdes, es uno de los puntos a favor de vivir allí y la verdad que se agradece en épocas como esta.

Nuevo parquito

 

Estos pasados días de Semana Santa han sido muy calmados, nada de viajes, ya que hacía apenas unas semanas que había vuelto de Indonesia, crónica que relataré dentro de poquito. Lo mejor de todo aprovechar los días para descansar y tomarse las cosas con mucha calmita, todo en en plan muy casero y porque no, dar un paseito por los alrededores de Tung Chung. A veces no hay nada mejor como unas vacaciones en casa. A pesar de que en los primeros días el tiempo parecía no acompañar mucho, uno de ellos el sol se dejaba ver un poquito y con un poco de brisa era perfecto para ir a pasear.
 


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El día en cuestión fue el domingo, y bastante bien aprovechado puesto que madrugué para ir al entrenamiento de dragon boat para más tarde ir a comer algo de dim sum 🙂 Y claro, después de un buen almuerzo decidimos ir a estirar las piernas y hacer un poco la digestión. Nos dirigimos hacia el final de la carretera principal que va paralela al mar y dar la vuelta en dirección hacia el centro comercial Citygate. Mira que había pasado unas cuantas veces corriendo de noche, y no había caído en el parquito que hay a mano izquierda justo en frente del bloque de edificios «Caribbean Coast». Seguro que el sitio ya lleva su tiempo abierto, pero al menos para mi es una novedad. Vamos para dentro…
 

Un espacio bastante acogedor con banquitos, zonas de césped, algunos columpios y toboganes; además, con un pequeño skatepark, muy completo. A aquella hora, que serían poco más de las 2 de la tarde estaba tranquilo, con alguna gente paseando o descansando a la sombra. Y para nuestra sorpresa, había un caminito que subía hacia una pequeña colina en medio del parque, pudiendo ir por la vía de las escaleras o sino por el sistema de rampa que muy bien pensado para facilitar el acceso a personas con menos movilidad y que la subida sea más leve.
 

Y a cada poco que íbamos ascendiendo, en cada esquina, había unas ilustraciones hablando sobre distintas prácticas para ejercitarse y/o meditación. Haciendo zig-zag hasta que llegamos a lo alto de la colinita y con la vista de las montañas de Lantau de fondo junto con el sonido del paso del metro, no se escuchaba nada más salvo el leve zumbido de los coches en la autopista cercana.
 

En lo alto una valla nos indicaba la existencia de un jardín de hierbas medicinales chinas. Habrá que seguir el camino para comprobarlo pero para eso debíamos atravesar el pabellón (octogonal) y seguir nuestro camino descendiendo hasta el otro lado del parque mientras disfrutamos de la vegetación y la calma del lugar.
 

 

 

¿Como es que no había entrado antes a este parque? seguro que si viviera justo encima, lo vería desde mi ventana cada día 😀 seguro que en algún momento alguien desde las alturas nos iba siguiendo la pista, jeje.
 

Hasta que llegamos al final del camino y dimos con algunas de la plantas medicinales, cada una con su propio rinconcito, bien catalogada y con una tablita explicativa sobre sus propiedades. Ésta fue una de las que más me gustó pero no me pregunten para que servía, qué cabeza la mía!
 

Hasta un pequeño estanquito rodeado de macetas con plantas. ¿Ranitas? pues no vi ninguna, pero apuesto que de noche será el lugar preferido para algunas y saltar por los nenúfares, como si lo estuviera viendo ahora mismo. En general todo súper bien cuidado, da gusto tener un espacio así para disfrutar de un agradable paseo de domingo, observando flores y aprendiendo cosas sobre meditación y plantas medicinales.
 

 

Despidiéndonos del parque, por esta vez, con una visita a una de las flores por excelencia: la rosa; esta una variedad originaria de China, aunque no es que yo sea un entendido de flores, si que en los pétalos se aprecian diferencias con las rosas más tradicionales. Interesante.
 

Espero que les haya gustado este paseito por el parque de Tung Chung. Ya sé que para la próxima iré preparado con la cámara y espero captar más cositas para compartirlas.

 

Pesca

 

Hay cosas que no cambian y en un paseo de domingo por Tung Chung, uno se da cuenta que hay gente que no renuncia a sus rutinas o digamos, a sus placeres. Personalmente, nunca me he puesto a pescar pero sí tiene que ser una actividad muy satisfactoria cuando se le da bien el día. Lo mejor sería tener un compañero de faena pero tampoco tiene nada de malo el ir solo, seguro que terminamos encontrándonos con alguien para charlar mientras esperamos a que piquen en el anzuelo.

A pocos pasos de donde vivo, podemos dar un agradable paseo y con vistas al aeropuerto. Es también un sitio ideal para salir a correr o dar un paseo en bicicleta.
 

Soy de los que prefiero observar como hace este señor y ver cómo otros se manejan con las cañas de pescar. Y ahí donde lo ven, el señor del fondo de la foto, estaba con tres cañas el solito. Eso si que es ser multitarea 🙂
 

Al ratito de pasar lo pillaría sentado preparando una de ellas mientras espera su suerte con las otras y llevarse algún pescadito a casa. Aunque no sé si lo que pesque será para su consumo propio o más bien será por el mero hecho de distraer la mente y pasar un rato entretenido. Cuando domine más cantonés, no estaría de más poder preguntarle.
 

El muellito donde de vez en cuando llega algún ferry que conecta con la zona de Tuen Mun o Tai O, es un buen lugar para sentarse y sentir el romper de las olas. Por momentos la corriente del estrecho que separa el aeropuerto de la costa de Tung Chung pega con intensidad.
 

Hasta que poco a poco se va haciendo de noche y con el brillo de las farolas siguen haciendo afanados con lo suyo. Creo que como mucho algunas horas más y para casa, a no ser que cuando se hace de noche salgan más pececitos y sea el mejor momento del día para hacer capturas. Desde luego que es una práctica habitual y más aún cuando es fin de semana y el tiempo sea estable sin mucho viento, frío o lluvia.
 

Una vez terminan, toca recoger los bártulos e iniciar el camino de vuelta a casa. Seguro que muchos de ellos son gente de la zona, pero seguro que otros vienen desde un poco más lejos. Nada como el mar para desconectar un rato y mejor aún si uno practica uno de sus hobbies favoritos.