¿Qué tiene bueno el hacer una escala larga? pues entre otras cosas, el poder darse un saltito hasta el centro de la ciudad y aprovechar esas horas muertas hasta coger la siguiente conexión. Sin duda, el Dubai Mall es un lugar en el que perderse unas cuantas horas o por no decir que hasta incluso un día entero. ¿Nuestra primera vez en él? la verdad es que no, pero casi que no tuve tiempo la vez anterior de ver cositas con más calma.
El transporte desde el aeropuerto hasta el mall, vía metro y de una forma muy cómoda aunque luego si que hay que caminar un trecho por una pasarela hasta dar con una de las salidas del centro comercial. En lo que uno se va entreteniendo con las vistas de todos los edificios que nos rodean, y es que no paran de construir y parece que todavía quedan muchos a medio hacer.
La actividad de las tiendas apenas estaba empezando cuando llegamos al mall, y es que apenas pasaban unos minutos de las 9 de la mañana. Algunas tiendas estaban empezando a abrir preparando las cosas pero en cambio otras aún no había señales del personal. Por suerte, en el aspecto de comida si que podía elegir uno entre varias cafeterías que nos íbamos encontrando a nuestro paso.
Algunos de los rincones más curiosos del mall incluían una cascada con figuras cayendo del cielo e incluso un acuario. Como ven, sitios bastante concurridos y en los que evadirse un poco del paisaje de las tiendas. No obstante, este mall para la gente que vive en Dubai es uno de los ejes principales durante el día puesto que pueden satisfacer la mayoría de necesidades que puedan tener como: supermercado, peluquería, compras y también el ocio.
Una de las zonas que más me gustó fue la tipo-zoco con los pasillos decorados y los puestecitos como si se tratase de un mercado más tradicional. Inspiración del mundo árabe pero en un entorno más fresquito con el aire acondicionado. Por suerte, siendo el mes de Diciembre se puede estar en la calle mucho mejor que en la época de verano sin ninguna duda.
Momento del desayuno, porque a pesar de haber tenido ya algo de comer en el avión teníamos un día largo por delante y más haciendo buenos kilómetros dentro del mall. Si les digo la verdad, no recuerdo cuántos pasos habré registrado ese día con mi pulserita pero por seguro que superé mi reto diario.
No podían faltar tampoco los super deportivos aparcados por fuera y ante la admiración de todo el mundo para sacar las correspondientes fotos. Yo tampoco pude evitar la tentación y más tratándose de un bello ejemplar de Ferrari como este.