De nuevo en verano

Como quien no quiere la cosa no he puesto de nuevo en verano, y puede que suene demasiado típico pero también marca el comienzo de la segunda mitad del año, las cosas se van acelerando y casi que nos volvemos a planta con las Navidades pero eso ya sería mucho correr. También significa que hay un bajón de actividad con la llegada de las ansiadas vacaciones para muchos, aunque hay gente que prefiera cogerlas una vez pasa la locura inicial de la época de veraneo.

Las temperaturas suben pero los días despejados hace que salir a la montaña para disfrutar de la naturaleza se vuelva muy apetecible y más cuando se tienen varias rutas disponibles como quien dice desde la puerta de casa. Es todo un lujo poder vivir en Fanling y disfrutar de vistas hacia el valle de Tai Po, Lam Tsuen o a la vecina ciudad de Shenzhen. Ya tengo mis rutas mentalmente preparadas y es bueno ir cambiando a la hora de entrenar para mantener la motivación, y con las vistas uno se motiva más aún.

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Justamente el otro día había previsión de lluvias pero cuando salí de casa aún seguía soleado, no sería hasta más tarde cuando estaba en lo alto de la montaña cuando pude ver claramente cómo se iban moviendo las nubes más abajo en el valle de Lam Tsuen y empezaban a caer algunas gotas; por suerte desde donde yo estaba apenas cayó pero luego cuando andaba por la parte baja si que vi algunos charcos tras el breve chaparrón. Al rato ya volvía a lucir el sol con toda su intensidad.

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Sudando de lo lindo y a ver agua fresquita corriendo, dan ganas de poder darse un remojón para refrescarse ¿verdad? pero sino, siempre nos queda el refugiarnos a la sombrita para hacer una pausa, alimentarnos y reponer líquidos.

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Y los atardeceres que se goza uno aprovechando las últimas luces del día, bien merecen la pena.

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Sea como sea, y a pesar del calor es bueno mantenerse en activo siempre y cuando no nos falte hidratación. No hace falta decir que hay que ser previsor y mirar la previsión del tiempo antes de salir de casa si es que tenemos pensado pasar unas cuantas horas fuera y más si es en la montaña.

Hong Kong sigue siendo un sitio fascinante para seguir descubriendo sus rincones naturales y en verano luce en todo su esplendor.

Del campo a la ciudad

En otra época había una mayor actividad, trabajar la tierra para poder sacar la familia adelante y tener sustento para todos. Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones que dan el salto: el movimiento del campo a la ciudad, al igual que en otros muchos lugares también en Hong Kong, quedan lugares un poco olvidados en la memoria.

Muchas de estas edificaciones de estilo Hakka, quizás de algún clan que se estableció hace muchos años en la zona. Por suerte son apenas unas diez casitas, aunque sólo las del núcleo central parece que sigan teniendo algo de movimiento. Algunos coches aparcados por fuera pero sin rastro de gente cuando pasaba por allí. Creo que incluso en algunas se estas aldeas se puede degustar comida durante el fin de semana u organizan algunas visitas, pero mejor será que no se llegue a masificar para que pierda su magia.

Del campo a la ciudad

En la aldea de Sha Lo Tung en los Nuevos Territorios, todo es paz en medio del verde que ha brotado con algunas lluvias ocasionales y también la llegada de la recién estrenada primavera.

Casas en el campo

Para los que aún tengan nostalgia, siempre les queda el poder regresar el fin de semana y hacer de ello una costumbre para mantener vivos los recuerdos de sus antepasados. Seguro que muchos se criaron allí, correteaban por el campo y el camino hasta el colegio era de todo menos fácil.

No obstante, el mayor peligro que tienen estas tierras es que caigan en manos de constructores golosos que quieran urbanizar y hacer un residencial con precios exorbitantes. Es ahora cuando el campo llama; buscar la paz y evadirse de la ciudad retornando a los orígenes.

Pasando el parque

Cada mañana cuando voy de camino a la estación de metro voy pasando el parque que tengo cercano a casa y la verdad que marca la diferencia el poder elegir este camino mientras uno se distrae atravesándolo. No sólo es por las plantas, el sonido de los pájaros o esa gente que de buena mañana está haciendo algo de tai chi o ejercicios en grupo. El paso de las estaciones se nota en el parque, cuando hace sol o cuando está lloviendo.

Uno de los pequeños pulmones que hay en los alrededores de Fanling y mucho menos es el único del lugar. Hay algo de lo que estoy agradecido en la zona donde vivimos, la variedad de espacios verdes que hay entre las zonas residenciales y también a pocos pasos algunas rutas para disfrutar de la montaña.

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Si bien es cierto que durante los días entre semana uno va con el chip puesto, durante el fin de semana poder pasear con más calma por el parque y observar los pequeños detalles de todo lo que gira alrededor. Los mayores que echan su partida de ajedrez formando su grupillo, los niños disfrutando de los columpios al sol o simplemente disfrutar del solecito sentado en un banco.

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Algunas de las florecitas habitantes del parque que empiezan a florecer, la temporada de primavera está a la vuelta de la esquina aunque tampoco quiere decir que ya estemos con temperaturas tan cálidas. Justamente en estos próximos días el Observatorio de Hong Kong ha anunciado que las temperaturas volverán a bajar unos cuantos graditos, pero esperamos que ya sea el último momento frío de estos primeros meses del año y después de la helada sufrida a finales del mes de enero con mínimos históricos en la ciudad

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¿Qué me dicen ustedes, tienen su espacio verde favorito cerca de casa? Seguro que un lugar para evadirse un poco, llevar de paseo a los niños, hacer deporte o ponerse a leer un rato. Ya es hora del buen tiempo y toca disfrutarlo al aire libre todo lo posible.

Punta de Teno

Como si se tratase de un triángulo, la punta de Teno vendría a ser uno de los vértices más alejados desde la capital y que tiene un atractivo especial. Llegar hasta el final de la isla, hasta su faro y sentir la brisa del mar; la fuerza del oleaje y sentir ese spray de gotitas que las lleva el viento.

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Para nosotros los isleños que a veces las distancias nos parecen grandes, ir hasta la punta de Teno es como quien va a pasar el día y ya que estamos, uno aprovecha para darse una vueltita por la isla como quien no quiere la cosa. Es una excusa para poder disfrutar del paisaje, de la carretera y algunas paraditas a lo largo del camino para almorzar o echarse un cafecito.

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Los Gigantes fácilmente visibles y el terreno donde se mezcla roca con algo de vegetación. Un sitio que hasta hace poco estaba cerrado debido a las obras de mejora de la carretera, en parte para prevenir los desprendimientos porque lo que se dice respecto al asfalto había unos cuantos buenos agujeros y había que ir con cuidado.

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Una pequeña calita en la que los bañistas disfrutan o bien echarse un rato al si encontramos un hueco entre los callados de la playa. Un poco de viento si que hacía ese día pero un bañito en el mes de Diciembre es todo un lujo.

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Caminando en dirección al faro, el sol está pegando con intensidad pero ya la iba quedando poco gas porque en cuestión de una hora y poco el atardecer estaría por llegar. Como quien no quiere la cosa, nos pegamos casi una horita entre las fotos y el paseo. Nada mejor después de haber almorzado y evitar la clásica modorra, sobre todo para un servidor que se tenía que poner al volante.

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Con las pilas cargadas, emprendemos el camino de vuelta por la carretera y en dirección a las cumbres de Masca para terminar volviendo por la autopista del sur. Lástima no habernos quedado para ver el atardecer que seguro fue todo un espectáculo, aunque desde las alturas si que disfrutamos de un cielo con unas tonalidades increíbles.

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El viaje si que mereció mucho la pena, en parte porque hacía muchísimos años que no había podido estar y porque también fue especial el poder enseñarles a la familia de mi mujer ese rinconcito de la isla.