Un tema que se presta a bastante conversación y que no puedo evitar comentar de vez en cuando. En esta ocasión la publicidad ya tecnología van de la mano. Por otro lado, el diseño, los colores y los mensajes hacen el resto para atraparnos o no con los productos que podemos ver en los espacios publicitarios.
Desde las clásicas vallas en las tachadas de los edificios, un simple cartel pegado con luces que lo iluminan de noche o bien colocados dentro de los túneles de la línea de metro justo en frente de las puertas de acceso.
Como no sin olvidarnos de los anuncios móviles que también dan una mayor cobertura allá por donde van pasando, tales como: taxis, tranvías o guaguas. Éstas últimas por sus dimensiones no pasan nada desapercibidas.
La pregunta es, ¿cómo nos influencian de cara a una compra final todos estos anuncios? Sin dejar de lado la televisión y anuncios de prensa o revistas. Así están todos los campos cubiertos.
Antes las compras tecnológicas estaban influenciadas por lo que nos dijese el vendedor, ya que, las críticas de productos en webs especializadas no estaba tan extendido como hoy en día. Al alcance de nuestra mano tenemos ahora mucha información para procesar y tomar ina decisión antes de hacer la compra, y también la opinión de amigos y otros usuarios que se adelantan antes que nadie a comprar productos recién saliditos al mercado.
La ciudad es un paraíso de los gadgets y la tecnología en general, es fácil dejarse llevar por el entorno y que uno quiera estar a la última, pero no siempre es posible. Por ejemplo, el mercado de segunda mano también ayude a que la gente cambie de móviles con más frecuencia y depende de qué modelos se cotizan más que otros.
Mientras tanto la publicidad sigue a la carga y disputándose quien es el rey de las ventas. Como siempre, división de opiniones y preferencias. Mercado libre que recibe con los brazos abiertos cada vez que hay alguna novedad a la vista, y los creativos de publicidad se frotan las manos pensando en nuevas y mejores ideas para atraer las miradas.
Creo que todo influye un poco y en Hong Kong me di cuenta que el marketing y la publicidad son muy agresivos. Supongo que es importante tener visibilidad para que la gente sepa qué producto estás ofreciendo, aunque a mí tanto anuncio por doquier me causó el efecto contrario.
Creo que para los que llevamos un tiempo ya viviendo por aquí nos parezca normal pero no deja de ser a veces algo excesiva, entra a la fuerza digamos y con la gente alrededor que no deja de recordártelo de forma inconsciente.
Todo en sus dosis adecuadas sería mejor. Ya sabes cómo se mueve la tecnología y subirse al carro no todos puedes, y también no es viable porque en pocos meses nos quedamos algo desfasados. También me he tratado de mentalizarme para no dejarme atrapar, que sino, mal asunto.