Hoy yendo por la calle me llamó la atención algo. A veces uno se puede encontrar pequeños graffitis o pegatinas en lugares como muros, postes de la luz o bien en buzones de correo, este último fue donde me encontré la siguiente pegatina que podremos ver algo más de cerca en la segunda foto.
El mensaje de la misma es claro y contundente: «Hong Kong está muriendo»; algo que le hace a uno reflexionar el por qué de esta frase.
Hay varios aspectos a tener en cuenta para valorar la situación actual de la ciudad:
– Coste de vida.
Siempre que uno llega nuevo a una ciudad, uno de los aspectos que suele ser más propicio comentar es el coste de vida. En lo que respecta a transporte, no hay quejas puesto que la ciudad cuenta con una buena red de metro, líneas de guagua y buena flota de taxis. Los precios son económicos, es una ciudad bien conectada. Y la comida, ¿qué puedo decir? Estando en Asia y teniendo también influencia occidental, hay para todos los gustos y bolsillos. Desde un tazón de noodles hasta un buen filetako.
– Medio ambiente.
Los niveles de contaminación son tema de preocupación en ciertas épocas del año. Bien es conocida la actividad industrial del Delta del río Perla, pero a ello hay que sumar el tráfico rodado y las congestiones que se forman en puntos de la ciudad como Central, Mongkok, Tuen Mun o Kwun Tong. Mucha gente se piensa mucho el venir a la ciudad por el bienestar de su salud. Sin embargo, un punto a favor es la gran cantidad de parques naturales y el poder disfrutar de ellos, aunque a veces con la bruma reinante pueda desmejorarlo.
– Vivienda.
En cambio, la vivienda es algo que a veces se antoja difícil y aunque hay precios de mucnos rangos, por lo general se consideran altos. Además hay una alta demanda de vivienda pública y hay larga lista de espera. Parece que el gobierno está intentando mejorar la situación, y el mercado parece haberse estabilizado con cierta tendencia a bajar los precios.
– Política.
A pesar de ser una región administrativa especial, los lazos con el gobierno central no se pueden obviar. Este último jefe ejecutivo tiene una clara inclinación hacia el gobierno de Pekín, y como la elección del mismo no es del todo democrática ya que no parte del voto de los ciudadanos, hay bastantes quejas. Se espera que las cosas cambien para que la decisión caiga en manos del pueblo y no de los dirigentes en la capital, de hecho ahora están haciendo campaña para recabar información y saber la opinión general sobre sufragio universal y la futura elección de un nuevo jefe ejecutivo de cara al 2017.>
– Relaciones sociales.
Una ciudad que es multicultural y multiracial, donde se funde lo oriental con lo occidental. Lo bueno de ambas partes se combina, pero no todo es un camino de rosas y surgen tensiones. La relación entre los hongkoneses y sus vecinos del resto de China a vecssr hace que salten chispas. Un turismo que deja importantes ingresos en la ciudad pero que a la vez genera inconvenientes por su forma particular de comportarse en público, algo que no gusta.
También la relación que une a muchas familias dependientes del sector de empleadas del hogar, en su mayoría de Filipinas e Indonesia. De muy reciente actualidad por un caso que está sacudiendo los medios.
Puntos a favor que dan una imagen de ciudad apetecible para vivir y para visitar, pero a la vez otros puntos que enturbian esa imagen y haya dudas de cómo se desarrollarán las cosas si no se corrigen a tiempo. Lo suyo sería buscar un equilibrio para evitar caer en el pesimismo y devolver la ilusión. El mensaje habría que enfocarlo de otra forma:
«Hong Kong, más viva que nunca».
¿No les parece mejor? Seguro que también pueden aplicar este ejemplo a sus lugares de residencia. Cosas que no ven con buenos ojos pero en cambio otros aspectos positivos que compensan. Da que pensar desde luego.
Sin duda siempre hay gente negativa por motivos X.
Espero que HK viva por mucho tiempo, que aún tengo que visitarla 😉
Buen finde Javier
Yo también lo espero, y que hayan cambios que mejoren la calidad de vida para el contento y bienestar, no sólo de ciudadanos sino de todos aquellos que la visitan.
Gracias Ricard!
Como toda gran ciudad, hay que andarla hasta donde nos lleguen las fuerzas. En el distrito Central se centran el comercio y las finanzas, sus edificios se yerguen orgullosos, singulares, materializando su excelencia en un mar de cristal, todos ellos comunicados por una red de pasos elevados que albergan a las tiendas más elitistas. Los del Banco de Shanghai y Hong Kong (diseñado por Norman Foster) y el del Banco de China, son los que, debido a su situación, consiguen destacar mejor. Aunque el récord de altura lo ostenta el Central Plaza, en el cercano distrito de Wanchai. Todo el distrito Central es el templo sagrado del dinero. Bancos, oficinas y hoteles, se alternan en la conquista del espacio, mientras las mujeres más elegantes compiten en los comercios de las plantas inferiores. Las decisiones que se tomen en las oficinas de Hong Kong repercutirán por todo el mundo. Hay una lucha feroz por acercarse a ese cerebro de oro que habita en el Central, lo que provoca un aumento continuo de los precios de las oficinas. Cada hombre, cada metro, debe producir, debe ser rentable. El trabajo y el espacio están programados para su máxima rentabilidad. El aumento del precio de las oficinas hace más rentable derribar lujosos hoteles de 20 ó 30 pisos, para construir en su lugar oficinas, que mantenerlos abiertos, aún cuando el precio de una habitación en Hong Kong esté entre las más caras del mundo, y la demanda de habitaciones crezca a un ritmo constante.
La mezcla oriente-occidente es algo que la hace única, aunque con el paso de los años y el peso del gobierno central de Pekin puede que cambie el carácter de la ciudad pero no creo que los ciudadanos renuncien a sus derechos actuales y se luchará por mantenerlo como hasta ahora, sólo el tiempo lo dirá.
Gracias por tu comentario.
Hong Kong está de todo menos muerta, qué ciudad!
Sé que pesan algunos puntos negativos que ensombrece un poco la imagen de la ciudad, espero que aún estén a tiempo de enderezar ciertas decisiones y el futuro sea más brillante.
No sólo que sea un mero espectáculo para los turistas, sino que también dé gusto vivir.