En pleno centro, se encuentra el corazón de la ciudad: el lago Zúrich. Visible desde prácticamente cualquier lado y lugar de encuentro para todos.
Casi que uno puede llegar a tocar por momentos a las gaviotas que revolotean por el lugar.
La gente pasea por los alrededores atravesando uno de los puentes que conecta parte de la ciudad al otro lado del canal.
Merece la pena quedarse un rato contemplando cómo va cambiando el cielo a medida que avanza la tarde. Las nubes parece que quisieran tapar el azul del cielo, pero sólo por momentos. La brisa fresca de una tarde de invierno y la noche que no tardará en llegar.
El tiempo parece pasar más despacio mientras uno contempla el movimiento del agua junto con el ir y venir de la gente y los pájaros. Me imagino lo bueno que sería estar disfrutando un día de verano en el lago; seguro que ustedes tambien lo piensan.
Mucha tranquilidad trasmiten esas fotos Javi. Me han gustado.
un abrazo!
Gracias Chiqui. Era muy agradable pasear por los alrededores del lago y observar a la gente. Lo mejor que no hacía demasiado frío
En eso se asemeja un poquito a Ginebra, los lagos en Suiza son hermosos y tienen mucho protagonismo.
Cruzamos unos cuantos más viniendo de Italia. Nos hubiera gustado parar el Como, pero había una niebla tremenda, una pena. Qué ganas de poder descubrir más de Suiza, enamora.
Owwwo! que padres vistas. Muy relajante el sitio.
Es lo mejor para desconectar después de un día ajetreado aunque el ambiente que se respira en la ciudad de por si era de lo más tranquilo. Una gozada, y siendo navidades 🙂