Cafecito

 

No importa cómo ni dónde para disfrutar de él, solos o acompañados, un básico para muchos en el día a día; bien sea por la mañana para arrancar o comenzando la tarde para aguantar lo que queda de día. Por la noche desde luego no es tan aconsejable porque a algunos luego les costará conciliar el sueño y es mejor evitarlo. ¡Cómo no! estamos hablando del señor café.

Yo que antes no estaba tan «enganchado», ahora es parte de mi rutina diaria, bien sea en casa antes de salir para el trabajo o bien cuando llego a la oficina. Por norma uno al día o a veces incluso dos, pero sin llegar a abusar.
 
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Hicimos bien comprando una Nespresso unos meses atrás, de los mejores inventos que hay, y esta es mi tazita de casa, es de lo más moooona 🙂
 
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Y sin ser en casa o en la oficina, tenemos unos cuantos sitios donde ir a por café y a lo mejor acompañarlo con algun dulcito tipo magdalena o croissant, también con algo saladito tipo sandwich o enrolladito. Las cadenas que tienen más presencia en la ciudad son: Starbucks y Pacific Coffee Company. Luego nos podemos encontrar otros establecimientos más familiares y que intentar innovar para destacarse de las cadenas. Podemos nombrar a:

Fuel
Holly Brown
18 Grams
Simply Life

Así más o menos los que recuerdo y he visitado. Sé que por la zona de Sheung Wan hay algunos más que no he visitado. Precisamente la foto que muestro a continuación es de la visita que hicimos al Holly Brown de Central el fin de semana pasada. En primer plano un café moka y detrás un latte, café con leche de toda la vida.
 
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Para los que requieran de su dosis diaria, saben que podrán recurrir a varias alternativas en la ciudad. No obstante, a veces uno echa de menos el típico bar español de barrio donde tomar un cortadito o bien un buen barraquito, que es mi preferido. Igual algunos no saben a qué me refiero, ya que es típico de Canarias. Nada mejor que eso para arrancar motores 🙂

 

Sencilla

 

Buenos recuerdos me trae la zona de Ho Man Tin, muy cerquita de Mongkok, y aunque muchos puedan pensar que sea un poco ajetreada, está alejada del centro del bullicio habitual. A veces en vez de cocinar en casa, solíamos ir a uno de los restaurantes cercanos y entre nuestros favoritos estaba uno con especialidad en dumplings. Un sitio chiquito en el que apenas cabían diez personas repartidas en unas pocas mesitas, más luego el personal del establecimiento. El tamaño no importa porque era realmente acogedor y la comida, especialmente buena. Para aquel entonces creo que ni había empezado a utilizar foursquare, hace casi 3 años aproximadamente.

Al tiempo nos mudamos a Olympic y de ahí luego a Tung Chung, con lo que dejamos de frecuentar el lugar. Con el recuerdo de esos dumplings en la memoria, me acerqué el otro día para recordar aquellos días. Para mi sorpresa, habían cambiado de local pero a tan sólo unos metros de la ubicación donde lo recordaba originalmente. Lo bueno es que ahora es más amplio y cómodo. Me gusta el detalle cuando decoran las paredes con las fotos de los platos, eso hace mucho más fácil poder elegir aunque no entendamos los caracteres del menú, pero también tienen versión en inglés; preparados ante todo 🙂
 
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Como esa noche fui a cenar solo pedí dos platos: uno de noodles y otro de dumplings con diez unidades, rellenos de verdurita y carne.
 
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Ni qué decir lo mucho que lo disfruté. Me tomé mi tiempo para comer con calma los platos, una cena muy completa y muy sana también. Todo por 5 euros, más que contento.

Creo que la próxima vez iré con mi novia, así podremos pedir un par de platos más, y es que el menú tiene mucho donde elegir. Realmente bueno. El nombre del sitio: Hua Yuan Dumpling Restaurant – 華園餃子館 y la dirección para más señas la pueden encontrar en el mapita de a continuación.
 


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En Tosca

 

El pasado miércoles nos acercamos mi novia y yo hasta el ICC que queda justo encima de la estación de metro de Kowloon, a los pies del centro comercial Elements. Como hacía un tiempito que no salíamos a cenar algo especial, decidimos probar un sitio del que habíamos leído muy buenas críticas. Se trata del restaurante Tosca situado en la planta 102 dentro del hotel Ritz-Carlton. Ni que decir que a esas alturas, las vistas son de vértigo. Aunque no pudimos conseguir la mesa más pegadita a la ventana, se podía tener buena panorámica hacia la isla de Hong Kong.
 
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Como buen restaurante italiano que se precie, para empezar un plato de pan variado en el que no puede faltar fogaccia. Acompañado de aceite de oliva con un toque de vinagre balsámico. Todo un vicio para los amantes del pan, y uno que no acostumbra a comer tanto pan a diario como lo haría en España, éste es de lo momentos que hay que aprovechar. Creo que nos cambiarían el plato en dos ocasiones más. Acompañamiento perfecto entre plato y plato.
 
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Antes de ir que mi novia le estuvo echando un ojo al menú, ya tenía muy claro lo que iba a pedir. Añadir que la carta no es súper extensa pero todos los platos están muy cuidado y destancando algunos platos estrella como puede ser: el carpaccio de carne. Ni que decir que estaba espectacular. El corte de la carne y además el contraste con un toque de helado de vainilla. Súper fresquito el plato.
 
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Yo por mi parte opté por un plato de berenjenas gratinadas con mozarella. De textura muy suave, acompañado de tomatitos cherry y un poco de parmesano.
 
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Después de los entrantes y antes de pasar al plato principal, pedimos este ravioli relleno de queso y con trocitos de ternera con cierto toque agridulce. Una combinación interesante, además de, la forma poco tradicional del ravioli siendo tan alargado, en vez de los cuadraditos a los que uno está acostumbrado.
 
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Otra de las recomendaciones del sitio eran las chuletitas de cordero. Buena presencia en el plato y con unas papitas en forma de daditos. La carne poco hecha, con un poco de salsita para cerrar el conjunto. Muy tierno, perfecto para mi, pero creo que mi novia no le hubiera importado que estuviera algo más hecha la carne para su gusto. No obstante, muy bueno.
 
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Y mi segundo plato, tiras de solomillo. Insuperables, no digo más! Comer y disfrutar. El resto de detalles del plato se me han olvidado por completo, jeje. Mala costumbre la mía la de no anotarlo o sino una foto al menú la próxima vez.
 
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Para cerrar la noche no nos podíamos ir sin unos postritos, y con lo que a mi me gustan 🙂 El tiramisú es otro de los destacados, pero por desgracia la foto que saqué no quedo muy allá, así que, cojo prestada una de la gente de Open Rice. Antes de que el postre llegara, el camarero hizo una apuestao conmigo: «si no te convence el tiramisú, no te lo cobro». Así que, hecho. Sólo quedaba mi veredicto luego.
 

Ni que decir que finalmente tuvimos que incluirle el tiramisú en la cuenta, no nos escapamos. Más que justificada la recomendación y es que no se parece en nada o un poquito al convencional. Sobre todo por la galleta que tiene en parte superior, lo cremoso que estaba o el puntito exacto de café. Genial.

Y para mi novia un canoli. Crujiiente con trocitos de pistacho y crema en el interior. Muy peculiar su presentación y de sabor más que interesante.
 
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Cafecito y petit-four cerrando una cena más que magnífica. Ah! se me olvidaba, una botella de vinito tinto de Valpolicella. No es que sea un gran experto de vinos, y más en los italianos, pero tengo buenos recuerdos yendo a comer con mis padres en un italiano de Tenerife en el que probé varios vinos, y eso siempre ayuda.
 
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Un sitio apto tanto para cenar o bien almorzar con unas vistas increíbles y comida a la altura. Una muy buena experiencia para nuestra primera vez. Puede que más adelante probemos el brunch que tiene fama; de momento, aún seguimos saboreando los platos que les mostré anteriormente.

Si se quedan con más ganas y quieren leer críticas de más gente puede echarle un vistazo a este enlace.

 

Fruta de Jack

 

Con este curioso nombre le doy la bienvenida a este post de hoy que más adelante explicaré. Si el viernes cerraba la semana hablando de algunos tipos de fideos, dar comienzo una nueva semana y hablando de fruta, además, que es una poco habitual.

Originaria de la India pero que luego se ha expandido su presencia por países del sudeste asiático como Vietnam, Malasia o Tailandia. Y su nombre: jackfruit, en honor a un botánico escocés llamado William Jack que trabajó en la compañía de la India del Este en Bengal y Sumatra. No obstante, en los distintos países donde se introdujo adoptó un nombre local. El exterior de la fruta tiene un parecido similar al durian pero no es de piel con picos. Alguna de sus frutas puede llegar a pesar hasta 36kgs y lo que se aprovecha de ella es el interior, la pulpa que es de aspecto fibroso y de sabor como a tarta de plátano.

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En el supermercado nos podemos encontrar las bandejas ya listas para llevar a casa, eso facilita mucho, porque me imagino que abrirlo debe costar lo suyo.

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¿Habían escuchado hablar de esta fruta? Bastante exótica desde luego. Y aunque no lo crean, aún no la he probado. Creo que un día de estos va siendo el momento de hacerse con una bandejita.