Acupuntura

 

Hoy he probado en mis carnes lo que se siente al pasar por una sesión de acupuntura, una técnica milenaria que se sigue practicando en nuestros días y como una alternativa a la medicina occidental que es a la que uno está acostumbrado. Recomendado por una compañera de trabajo, me acerqué a una consulta cerca de la oficina y tuve suerte porque no tardó mucho en atenderme, aunque luego sólo tuviera que esperar media horita porque ya había alguien con cita reservada.

Mientras tanto tiempo de volver a la oficina y esperar que me tocase el turno. Anteriormente le había contado los síntomas, principalmente una molestia en el pie izquierdo a la hora de apoyar. Y es que desde que regresé del viaje a Indonesia donde tuve un pequeño percance con un ligero esguince, parece que no se me terminó de curar del todo bien y la parte del talón me seguía molestando un poquito al caminar. No obstante, en este tiempo acudí también al médico que me recetó una crema y unos anti-inflamatorios, que si ayudaron, más luego una tobillera que compré, pero al estar con actividad constante de caminar cada día y también deporte con el dragonboat, igual no ha tenido suficiente descanso.
 

Me puse en manos de la doctora y empezó a hacer su magia con las agujas. Tumbado sobre la camilla, primero me puso a ambos lados del tobillo izquierdo, luego en el vientre con una lamparita encima emitiendo calor. Y en verdad si que ha sido una sensación de mejoría con apenas 1 hora de sesión. También localizó unos puntos en las orejas, a lo que me iba preguntando si tenía dolor o no, mientras iba notando una sensación un tanto extraña pero de comodidad. Iba sintiendo como quien desenreda una maraña de cables y los pone en su sitio, es como puedo resumirlo. Creo que los tendones andaban un poco revueltos y eso era lo que me provocaba la presión en la parte posterior de la planta.

Increíble la cantidad de cosas que se pueden curar mediante el uso de esta técnica. Sino, vean un ejemplo gráfico con los puntos del cuerpo, cada uno con su función específica.
 

Además la doctora muy amable conmigo en todo momento, y con eso de que su inglés era muy escasito, nos entendimos primeramente con el cantonés y luego me solté un poco más desenpolvando mi mandarín, cosa que estuvo muy bien. Una sesión de lo más distentida y sobre todo gratificante porque mi pie se siente mucho mejor. Ahora me queda una sesión más para el lunes próximo y unas hierbitas que me ha recetado. Espero que después de eso esté al cien por cien 🙂

 

Bienvenidos a Wong Tai Sin

 

Uno de esos sitios a los que llevaba tiempo queriendo ir pero por una circunstancia u otra, siempre se daba que lo iba posponiendo un fin de semana tras otro. Incluso, gente que venía de visita como Pau o Alberto tuvieron ocasión de ir antes que yo y consiguiendo una cosa: tener aún muchas más ganas de ir. El momento quería resistirse pero tarde o temprano llegaría.

Bien es cierto que uno lleve residiendo en una ciudad un tiempo, para que haya esos sitios que aunque son puntos turísticos importantes, sabiendo que lo tienes cerca uno se dice: «ya si eso un día…» pero hay que ponerse y buscar ese día propicio. Seguro que les habrá pasado a ustedes con algún rinconcito de lo más turístico que no conozcan todo lo bien que debieran, ¿a qué si? Y cuando uno se quita la espinita clavada, es toda una satisfacción. Además, conté con un compañero de excepción 🙂 Empezamos el recorrido…
 

Tras pasar el pórtico anterior empieza un pequeño tramo de escaleras que nos lleva a las dependencias principales del templo. Estamos en Wong Tai Sin, un sitio de obligada visita tanto para los locales como para los turistas. Hace un día perfecto de solecito y con bastante gente de un lado para otro. El lugar está lleno de muchos detalles y merece la pena pasar un buen rato recorriéndolo. Además que está en muy estado de conservación después de las últimas renovaciones llevadas a cabo.

Lo que les comentaba de la gente, turistas de China continental en este caso, que quieren posar al lado de la estatua que simboliza su signo del horóscopo chino. Eso me lleva a la clásica pregunta: «¿qué animal tienen el horóscopo chino?» En uno de los posts populares la gente se animó a compartirlo, pero siempre gusta saber la opinión de más lectores, anímense.
 

La gente que se movía en grupos y ellas sin dejar ni un segundo sus paraguas. Mientras tanto uno sudando la gota gorda para conseguir unas fotos medianamente decentes, entre que si pasaba gente y luego que no había para cobijarse a la sombrita, pero casi que lo prefiero antes que estuviese lloviendo, desde luego. De vez en cuando una paradita y echar un traguito de agua. No nos duraría mucho el agua y tendríamos que reponer más adelante, por suerte había una tienda 24horas no muy lejos del templo.
 

Poco a poco nos íbamos adentrando en la zona más interesante del templo, tan sólo subir unos escaloncitos más. Muy bonita puerta de entrada, decorada con dragoncitos en la parte superior y llena de inscripciones en caracteres. Colores predominantes: rojo, azul, verde y partes de dorado. El templo lucía con mucho esplendor bajo los rayos intensos del sol, pero a veces protegido por la sombra alargada de los edificios cercanos que nos recordaban su presencia.
 

Y es en este patio donde se desarrolla la mayor parte de la actividad del templo. La gente en el interior coge un banquito y se pone de rodillas de cara al templo y a la vez que agitan un cacharrito que está lleno de palitos, de modo que tan sólo un palito puede caer al suelo. A continuación, el vidente que les acompaña se encargará de interpretar las inscripciones y contarles sobre su porvenir.
 

Aquí lo puede ver un poquito más de cerca. La gente concentrada en sus cubiletes. ¿Qué les deparará el futuro?
 

¡Anda, mira a quien tenemos por aquí! lo reconocen verdad? sí, es el mismísimo Flapy, el compañero de andanzas de ese día y con el que disfruté muchísimo de la visita. Una forma insuperable después de la cenita que habíamos tenido el día anterior por su cumple y en compañía también de Guille y Nerea, lo pasamos de fábula!
 

Un ambiente cargado, y nunca mejor dicho, no sólo de tradición, rituales o símnolos sino también del humo que desprenden las cientos de varillas de incienso que porta la gente a la hora de hacer sus rezos.
 

Pero el templo está muy bien organizado y tienen personas que se encargan de controlar la quema del incienso y que el lugar indicado para colocarlas no se sature con demasiadas. Ahí es cuando entra nuestro señor de polo naranja en acción. En una esquinita, él espera paciente a que los fieles hagan sus oraciones mientras que agitan el incienso y luego lo clavan en unas terrinas mientras se van consumiendo durante un rato. Mientras tanto puede resguardarse y tomarse un descansito.
 

Hasta que llega el momento de ponerse en acción para limpiar un poco las terrinas. Bien ataviado con un par de guantes va recolectando un buen puñado de ellas y se encarga de dejar espacio para que más gente pueda colocar sus varillas más fácilmente. Creo que es la primera vez que veo tanta eficiencia en un sitio de oración, que me parece muy correcto y así no desbordarse en la quema de incienso ocupando espacio en exceso, además de, intentar generar no tanto humo y de forma más controlada.
 

Pero el templo aún no acaba aquí, nos esconde muchas más sorpresas. Sólo hay que tener paciencia e ir contemplando cada esquinita, los detalles nos sorprenden por momentos. Podemos comprobar cómo la tecnología no está reñida con las estructuras clásicas y se integran de forma más o menos discreta con el resto de elementos del templo. Hasta uno diría que la cámara de seguridad tiene un parecido similar al farolito de su derecha, camuflaje que lo llaman algunos 🙂
 

Pequeños pabellones ocultos y ambiente silencioso. La vida en el templo transcurre día a día ante la visita de la gente mientras que los sacerdotes rinden su tributo diario, reverencia que dura unos instantes y vuelta a la actividad. Yendo de un lado a otro, apenas uno nota su presencia, son sigilosos. Por lo que pude observar, los hay que están vestidos de blanco y otros con ropajes algo más oscuros; los encargados de velar el templo.
 

 

Pequeños dragones que adornan los pasamanos; son un símbolo muy recurrente y presente en la cultura china. De muchos tamaños y materiales, en este caso de piedra, aunque tampoco los podemos encontrar esculpidos en madera y pintados con llamativos colores. Nunca pasan desapercibidos, es un signo con fuerza y en concreto este año 2012, es Año del Dragón
 

Un nuevo recoveco del templo, ¿a dónde nos llevará esta puerta? creo que promete, pero vamos a esperar a Flapy.
 

No dejen de pasarse para continuar con el resto de la visita, aún quedan más sorpresas. Y es que en Hong Kong nunca se sabe.

 

Ingredientes

 

Ordenando un poco las fotos del móvil, vine a dar con algunas fotos interesantes para compartirlas y aunque en su momento conté sobre cómo se suelen preparar algunos remedios medicinales, esta es una visión más cercana de una de esas tiendas donde comprar todos esos ingredientes. La tienda en cuestión es una situada por Mongkok, la cual hemos visitado un par de veces cuando mi novia no se sentía del todo bien y necesitaba consultarle algo al experto en estas artes.

El lugar está repleto de frascos enormes con productos de todo tipo, muchos de ellos no sabría decirles el nombre pero en su mayoría son productos del mar y otras hierbas varias. A un lado y a otro, hay pocos huecos libres y si se fijan en el mueble de la segunda foto, en las gavetas también hay guardados más ingredientes.
 

 

Aunque cuando nosotros fuimos estaba bastante tranquila la tienda, puedo asegurar que a veces se pone de lo más concurrido. Por ello los taburetes para que la gente espere su turno.
 

Y no es que espere a comprar los ingredientes, sino que esperar a que les atienda el experto. Cada uno le cuenta su problema, él empieza a anotar cosas en un papel y finalmente es cuando empieza a seleccionar cada uno de los ingredientes de la receta que elabora en base a sus notas.

No sólo se trata de ingredientes para elaborar remedios medicinales, sino que también para hacer sopas con productos como abalone o vieiras, que pueden llegar a alcanzar unos precios muy altos, son muy apreciados.
 

Aquí vemos al maestro en acción pesando algunos ingredientes, a la vieja usanza. Cogiendo un poquito de allí y otro poco de allá, formando una montañita sobre una hoja de papel de periódico que le sirve para meter los ingredientes en bolsas individuales.
 

 

Es muy interesante ver cómo perdura el uso de estos remedios y que aunque uno pueda ser algo escéptico, parece que funcionan bastante bien por lo que he visto. Yo de momento no he probado ninguna de estas recetas pero no descarto probar un día, quien sabe.

 

El yo-yo

 

¿Quién no conoce este popular juguete? Cualquiera de nosotros ha jugado con uno de ellos siendo bien niños o incluso de no tan niños. Un sencillo juguete pero que al principio para cogerle el truco, hay que dedicarle un poco de tiempo y en especial si siendo niños tenemos manos más chiquitas y no tan hábiles.

Recuerdo que los solían regalar en las promociones de verano con algunas marcas. De colores: rojo, azul, blanco o también transparentes y con distintos logos. Por casa seguro que tendría unos cuantos, y ha sido no hace mucho que me encontrase uno al estar con mi novia en casa de sus padres y con su sobrina, que tenía uno por ahí entre sus juguetes. Una versión mucho más moderna y con el look como de llanta de coche.
 

Y si nos remontamos a sus orígenes, seguro que muchos coincidimos en decir que proviene de China aunque parece que algunos dudan y puede que también en la antigua Grecia jugasen con él. Sin embargo, lo más probable es que se iniciase en el continente asiático hace muchos años y ha ido evolucionando con el paso del tiempo, introduciendo modificaciones en su diseño pero fiel a su principio: entretener tanto a peques como adultos y pasar un rato divertido.

El yo-yo incluso ha dado para hacer competiciones donde demostrar lo habilidoso que puede llegar a ser uno con este juguete entre sus manos.
 

Sino vean el siguiente vídeo. increíble!

Lástima que el uso del mismo no es el de años atrás. Los tiempos cambian y las formas de ocio evolucionan, díganse: Nintendo DS, PSP… pero creo que es bonito disfrutar de un juguete más puro para sacar el lado más creativo.

¡Qué tiempos aquellos del trompo o los boliches! Esos recreos en el patio del colegio, memorias imborrables.