Oasis

Ya tenemos aquí el veranito de forma oficial, finalmente, tan ansiado por muchos aunque también indeseado para otros. Con sus cosas buenas como que los días son más largos y por tanto las horas de luz se han estirado un poco, pero por otro lado, y lo que desagrada o cuesta acostumbrarse: el calor.

A la sombra de los rascacielos más imponentes, se puede buscar un rinconcito al que escaparnos de la oficina para cambiar un poco de aires. No es el primer sitio, ni será el último, que les comento al que uno puede ir tranquilamente para disfrutar de un rato de relax mientras se almuerza.

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No es que sea una piscina pero este charquito hasta invita a que nos demos un remojón en los días que el calor aprieta más. De momento se está comportando el clima, pero como quien dice, apenas acaba de empezar. Veremos para el próximo mes de julio o sino agosto que es cuando se suele intensificar y también aderezado con alguna que otra tormenta tropical que descargue un poquito de agua a su paso.

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Bien podemos sentarnos en los banquitos allí dispuestos o quizás en el bordito más cerca de las fuentes.

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¿Y dónde se habrá metido todo el mundo? Y es a veces la gente huye y prefiere quedarse en el interior, bien sea con un almuerzo para llevar y delante de su mesa o bien en un restaurante. Yo creo que si no llegar a ser sofocante y podemos buscar un poquito de sombrita, no está tan mal del todo. Además, podemos disfrutar de una bonita vista de exteriores como esta de uno de los laterales del edificio del Banco de China.

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Puestos a elegir, ¿cuál sería su elección? Yo no renunciaría a disfrutar de un bonito jardín para romper la monotonía de la oficina aunque me cueste un poquito de sudor, ya luego tenemos el aire acondicionada para refrescarnos por unas cuantas horitas mientras trabajamos.

Descubre Lantau

 

La gente no sabe por lo general el lugar privilegiado que es esta ciudad para descubrir sus montes y sus rutas. No todo es jungla de asfalto y hormigón, y la isla de Lantau es una buena prueba de ello. Es la segunda más grande del territorio y es un su totalidad un espacio de parque natural y con poca población que se concentra en ciertos puntos como pueden ser Mui Wo, Discovery Bay, Tai O o Tung Chung. Lugar que es propicio para la organización de carreras de trail-running.

Aprovechando los entrenamientos que estoy haciendo para la carrera de finales de mes, un fin de semana quise descubrir una ruta que tenía ganas de coger desde hace tiempo. Y es que hay un camino que transcurre en paralelo a la ruta de metro de la línea HK-Tung Chung. Camino de cemento hasta que llegas a una desviación y es cuando se pone interesante, primero con un pequeño estanque y el camino que se adentra entre los árboles poco a poco, y con algunos elementos que son muestra del pasado como este horno incineradora de los años 50 (según indicaba un cartelito).

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Esa parte del camino tiene una ligera pendiente hasta que después de unos 200 metros, empieza a llanear de nuevo. Para mi sorpresa me encuentro con algunas casitas que van salpicando el paisaje y este puente que cruza el riachuelo con el lecho de rocas. En la época de lluvias me imagino la cantidad de agua que puede transportar, y seguro que emboca directamente al estanque por el que pasamos antes.

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Otro de los descubrimientos durante el camino es esta escuela abandonada. El nombre indica que es la escuela de Pak Mong, de las tres aldeas. Me pregunto cuántos años habrán pasado desde que esté abandonada. En su interior algunos pupitres, todo muy polvoriento y con los cristales de las ventanas rotos. No me gustaría pasar de noche por ahí, se imaginan…
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En esto que el camino empezaba a descender y en esta especie de valle, un pequeño conjunto de casas y con algunos campos de cultivo. Lo curioso es que por el camino por donde bajaba, tenía el ancho exacto como para que pudieran pasar vehículos, y así fue como me encontré algunos coches y motos por los alrededores. Un sitio algo aislado del que desconocía su existencia, pero bastante bien organizado con su red de cañerías y hasta con un servicio de baños públicos como pude comprobar.

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Casas en medio de una tranquilidad absoluta y tan sólo rodeadas por tierra y otro pequeño riachuelo que transcurre por un lateral. Como casa de fin de semana para evadirse del centro no está nada mal, la cosa es llegar hasta allí, lleva su tiempo.

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El camino se bifurcaba por momentos dando acceso a otros pequeños grupos de casa, pero el camino principal iba en dirección hacia la zona sur-este de la isla y más en concreto hacia Mui Wo. Si hubiera dispuesto de más tiempo aquel día, no hubiera dudado en seguir el camino hasta el final pero tenía que regresar. No dudo que regresaré para terminar la ruta y recorrerlo con más calma.

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Dato que se me olvidó comentar, y tal y como dice en la indicación, una de las rutas cercanas fue de cuando las Olimpiadas de Pekín. Apuntado para otro día queda.

El parque de Kowloon

Creo que es un pequeño gran desconocido este parque en la zona de Tsim Sha Tsui. De hecho una de las salidas de metro (A1) va a dar a una de las entradas al recinto, justo al lado de la mezquita. Un espacio verde en el que poder pasear y disfrutar de los árboles, sus fuentes y mucho más.

El sol se asomaba tímidamente entre las nubes y a la sombra de los árboles hasta un poquito de fresco se notaba, y eso que sólo eran las 2-3 de la tarde. Nos vamos adentrando hasta que los edificios de los alrededores miran a lo lejos, el verde nos rodea casi por completo.


 

También cuenta con un estanque con muchos tipos de aves donde destaca una en especial: el flamenco. A mi mente vinieron los recuerdos de la clásica serie de televisión, Corrupción en Miami, jaja, el rubiales de Don Johnson y su compañero, menuda pareja 😀


 

A la izquierda de la foto tenemos el edificio «The Masterpiece». Nos sirve como referencia saber que por allí cerca transcurre la calle Nathan Road.

Pero aún quedan más cosas por ver, y no nos podemos perder el aviario. Subimos la escaleras y accedemos al recinto. Una gran jaula en el medio y con un paseo circular para que la gente pueda ir contemplando la variedad de pájaros.


 

Aves tropicales como los loros no podía faltar. Si se fijan en la foto anterior también sale uno de color rojo un poco alejado.

¿Consiguen encontrar un pájaro en la foto? este tenía un pico súper curioso. Resultó ser el pájaro que más se movía dentro de la jaula, revoloteando de una rama a otra y haciendo ruido, captando la atención de la gente. Presumido, jeje!

Zonas ajardinadas, con florecitas; todo muy bien cuidado para el disfrute de los ciudadanos. En domingo que es cuando se reúnen las empleadas del hogar para disfrutar de su día libre, el parque está más lleno que nunca, es su manera de pasar el día como en otro muchos puntos de la ciudad.


 

Hasta un tótem hay en el parque. Lo que decía yo, no falta de nada.

El sitio perfecto para desconectar de las compras, pasear y sentarse un rato a disfrutar del sol antes de que el tiempo se vuelva algo más fresco y también las lluvias se dejen ver. Crucemos los dedos para que el tiempo se siga manteniendo así de bien, cualquiera diría que estamos a finales de Noviembre casi. El tiempo vuela amigos!

El jardín escondido

Haberme quitado la espinita de ir a Wong Tai Sin hizo que la visita fuera muy pausada, disfrutando cada rincón del recinto. Nos esperaba alguna sorpresa agradable, y es que tras cruzar el arco de la última foto de esa entrada, es como si nos hubiésemos trasladado de lugar, aunque no podemos obviar la presencia de algunos sitios de los alrededores. Giramos a la izquierda, recto y subimos por este puentecito. Nos encontramos en medio de un estanque en el que se alternan los tramos de escaleras y con tramos de puente serpenteantes, muy del estilo tradicional en zig-zag.

La vista desde un poco más arriba nos da una idea mejor del paisaje. Estatuas de piedra en forma de dragones adornan el estanque y muchas plantitas dan su nota de color con distintas tonalidades de verde.

También llaman la atención algunos símbolos como son este del ying-yang y otro con las iniciales del templo: SSK – Sik Sik Yuen.


 

Muchos rinconcitos en los que uno se puede refugiar del sol mientras se rodea de plantitas muy diversas. Es justo allí donde tienen como un pequeño invernadero y las cuidan.

Mientras tanto la gente aprovecha los banquitos para descansar. Por suerte, creo que poca gente conoce la existencia de esta zona del templo y en parte se agradece el poder disfrutar de esa tranquilidad.

Pero no todo acaba aquí, sino que este jardín aún tiene más cosas que ofrecernos. Un pequeño riachuelo que conecta con el estanque. Sigamos escalones arriba para ver hasta donde nos llevan..

Y para nuestra sorpresa, descubrir que hay un nuevo estanque pero éste con cascada incluida. El lugar no tiene desperdicio desde luego.


 

Poco a poco el recorrido empieza a descender ligeramente, pasando a través de una formación rocosa que nos llevaría hasta el «Muro de los Nueve Dragones». Situado justo en la parte trasera de la zona principal del templo donde la gente hacía sus ofrendas. Habíamos dado la vuelta al templo y el olor a incienso se podía percibir ligeramente.


 

Antes de abandonar la paz del jardín y volver a fluir con el resto de turistas, una última parada. Otro sitio perfecto bajo la sombra, echar alguna monedita al agua y divertirse con algunas de las tortuguitas que habitan en el estanquito.

Algunos no dudaron en meter la mano ante la atenta mirada del resto 🙂

Tan sólo nos queda echar una monedita y pensar que nos traiga buena suerte para el futuro cercano. Sino, también podemos recurrir a algunos de los adivinos que hay en los alrededores; igual por una módica cantidad, pero mientras tanto lo dejamos en el aire.

Muy completita la visita y con un poco de todo, en armonía. Buen lugar Wong Tai Sin para perderse unas horitas.