Después de una ausencia de algunos días, estamos de vuelta para contar nuevas cositas. He tenido la ocasión de viajar a Vietnam y quedar allí con mi amigo Alberto, compañero de la oficina de Ho Chi Minh. El viaje ha dado para mucho, con lo que lo dividiré en varios posts, que sino, me saldría uno demasiado largo y sino luego la gente se me aburre con tanto palique.
Como ya saben, Alberto estuvo a mediados del mes pasado de visita por Hong Kong y esta vez ha sido yo quien le devuelve la visita. Y pues encantado de visitar un nuevo país y de verlo a él también, además, coincidió que llegaban unos amigos suyos de España, Nuño y Luisa, y nos lo pasamos genial.
Llegúe a Saigón el martes por la noche y pues algo más tarde de lo esperado. El avión se retrasó por una conexión que tenían que hacer de un vuelo de Chicago, Total que al día siguiente teníamos el vuelo para Hué a las 7 de la mañana con lo que tocaba madrugar y no pude dormir mas que apenas 3 horitas. Nos encontramos allí con los amigos de Alberto que venían de estar unos días por Hanoi y Halong Bay. Y aprovechando que era tempranito después de llegar al hotel, mapa en mano y a conocernos la ciudad.
De camino a la ciudadela fuimos bordeando el Río del Perfume, donde se pueden encontrar numerosas embarcaciones que lo recorren para hacer distintos trayectos, entre ellos a la Pagoda Thien Mu, que más adelante visitaríamos.
Y si hay algo que predomine de forma general en Vietnam, son las motos. Mientras cruzábamos el puente pude observar una muestra de la cantidad de motos que se movía por la ciudad, y no sólo por la carretera, sino por la acera, así que, uno no se puede fiar, no se sabe por dónde puede venirte una. Y eso no es nada en comparación con Ho Chi Minh, ya lo verán… Increible tambien la de cosas que pueden llegar a transportar encima de una moto o bicicleta.
Ciudadela Imperial
Fue construida por el emperador Gia Long en 1804, contiene numerosos atractivos, como los nueve cañones sagrados, el recinto imperial, el palacio de la Armonía Suprema y las salas de los Mandarines. Pero durante la guerra de Vietnam fue destruida en su mayor parte. Es del estilo de la Ciudad Prohibida de Pekín pero tampoco tiene nada que envidiar, puede que no sea tan extensa pero tienes bonitos rincones para recorrer.
Vistas desde el exterior en la entrada a la ciudadela. Puede que parezca un poco descuidada, pero tiene su encanto. Como comentaba, había partes que estaban totalmente destruidas fruto del paso de la guerra y otras en pleno proceso de remodelación. Los edificios se mezclan entre los árboles y plantas del lugar, aportando un bonito contraste entre el negro de la piedra y el verde de la vegetación.
Una de las zonas centrales nada más entrar en la ciudadela donde se encontraba este curiosa estatua de un dragón dorado. Como se puede apreciar en las fotos, la presencia de más turistas como nosotros no era tan masiva como a otros lugares de interés que he ido en mis otros viajes. Había momentos en los que nos encontrábamos solos por completo. Y así da gusto, sin sentir el agobio de las masas y encima con el calor que hacía…
Algunas de las puertas en el interior, pintadas de llamativos colores en tonos: amarillo, rosa, azul… un poco desgastados pero igualmente vistosos. Y eso que se ve en la foto de la izquierda, bien podría parecer una cabina de teléfono inglesa no? pero con cierto toque asiático en su techado, jeje 🙂
Parte del recorrido lo hicimos en dos partes, primero por la mañana un poco de pasada y luego después del almuerzo una vez recuperadas fuerzas. Como el restaurante quedaba un poco alejado de donde estabamos, pues cogimos a un hombre en bici con su carrito para que nos llevase. En la foto, Alberto y Nuño aprovechando que nuestro chófer había ido a coger otro carrido para Luisa y yo. La verdad que se iba bastante cómodo y llegamos en nada al restaurante.
El restaurante no pintaba mal, salía en una de las guías de Vietnam que teníamos, incluso, estando por las afueras de la ciudadela que habíamos parado para tomarnos un típico café vietnamita (café, hielo y leche condensada) nos recomendaron de ir a dicho sitio.
El menú del restaurante incluía entre varios de sus platos:
La decoración de los platos estaba muy currada. En el plato de los rollitos, tenía forma de pavo real hecho con zanahoria y los rollitos pinchados a modo de plumas.
Todo estaba bastante bueno, lo que si el precio nos dejó un poco helados luego, sería como unos 12 USD, que bueno, comparado con otros sitios es algo caro, pero la cantidad de platos del menú y su abundancia, más que suficiente para 4 personas.
Pagoda Thien Mu
Por la tarde, después de terminar de ver lo que nos quedaba de la ciudadela, cogimos uno de los barquitos para que nos llevase por el río hacia la pagoda. Una tranquila travesía de una media horita hasta que llegamos al lugar indicado. La pagoda se alzaba imponente sobre lo alto de una colina. Igualmente que por la ciudadela, se respiraba tranquilidad recorriendo los alrededores, sólo un poco antes de irnos, un grupo más o menos numeroso de chic@s vietnamitas aparecieron de repente.
Como datos interesantes conocer que la pagoda está situada en la colina cerca del río del perfume. La pagoda de Thien Mu esta en la aldea de Ha Khe, se encuentra a unos 5 kilómetros de la ciudad de Hue. La pagada también es conocida como «Sed Divina».
Es la pagoda más vieja de la ciudad fue manda construir por el gobernador de la ciudad, Nguyen Hoang, en 1601. Él tenía una visión en la cual una vieja mujer que tenia energía sobre natural eligió el sitio donde construirla. El emperador Tri Thies, más adelante, mandó anexar una torre en 1844. La torre octagonal de unos 21 metros fue construida en honor de Nhu Lai, contiene un Buda de una tonelada. El complejo se divide en dos zonas. Las torres están en el frente y los templos están en la parte posterior.
Ya de regreso hacia el centro de Hué, era hora de volver al hotel, un bañito en la piscina del hotel y luego salir a cenar. El día lo aprovechamos bastante, contando que habíamos llegado bien tempranito a la ciudad, aunque ya había ganas de descansar y continuar para el día siguiente.
Como teníamos pensado pasar sólo 1 día en Hué, al día siguiente nos ibamos a desplazar a la ciudad de Hoi An, así que, aprovechamos por la mañana al día siguiente para visitar las tumbas a las afueras de la ciudad
Tumba de Dong Khanh -> El emperador Dong Khanh era el sobrino e hijo adoptivo de Tuc Duc. El mausoleo es la más pequeña de las tumbas reales, sencillo y muy bello. Reinó desde 1889 hasta su muerte, tres años después.
Tumba de Khai Dinh -> La tumba del emperador Khai Dinh, que reinó desde 1916 hasta 1925, quiza sea un signo de la decadencia de la cultura vietnamita durante la época colonial. La grandiosa estructura es completamente diferente de las otras tumbas de Hué, ya que es una síntesis de elementos vietnamitas y europeos.
Las vistas son realmente increíbles, además, la construcción no tiene nada que ver con la anterior tumba que visitamos. Esta tiene más detalles, aparte de que el marco en el que se encuentra situada hace que resalte más.
Los detalles de los dragones en las puntas de los tejados resultan muy vistosos. También la colección de hombrecitos (mandarines) con elefantes y caballos. Esta fue de las tumbas la que más me gustó sin duda. Nos quedó por ver una última tumba más, la de: Minh Mang, que según dicen es la más majestuosa de todas. Y como teníamos que coger la guagua para Hoi An que nos salía a eso de las 2 de la tarde, pues ya ibamos algo justos de tiempo.
Para empezar el viaje por el centro de Vietnam, pues ha estado muy bien el comienzo. Y lo que nos deparó en Hoi An también estaba muy bien y lo reservo para el siguiente post del viaje.