Una de arroz

Esta vez nos vamos a dar un salto hasta la isla de Formosa, o lo que es lo mismo, Taiwán. Parece mentira como pasan los meses que fue a mediados de diciembre cuando estuvimos por allí. Una visita de finde pero bastante intensa como he comentado en posts anteriores.

Caminando por una de las zonas de Taipei, nos metimos por la zona de Ximen, otro área con gran cantidad de tiendas, un paraiso para las compras. Pero no hablaremos de compras, sino de comida, y más concretamente de arroces. Encontramos este sitio de nombre Risotto, y cuya mascota es el perrito tan simpático que aparece en la foto de abajo.

Comentar que la decoración del local era de lo más curiosa, llena de muñequitos por cada uno de sus rincones. Estos son algunos de los que nos hicieron compañía a nosotros durante nuestro tiempo en el restaurante, muy simpáticos 🙂

Si, que me voy por las ramas y he venido a hablar de comida 🙂 Antes de que uno se sentara debía elegir en el mostrador de la entrada el menú con su correspondiente pago y una vez con el ticket ya podíamos sentarnos, sólo quedaba esperar. En el menú estaba incluido: sopa, risotto y también una bebida. Ahora no sabría decir el precio con exactitud, pero rondaría los 5 euros, aprox.

He aquí la muestra de mi menú. Yo me decidí por un risotto al pesto, hasta venía con un panito con ajo. OJO: El recipiente es de piedra y bien calentito que venía. Muy sabroso, hasta me quedé con ganas de comerme otro 😛

¿Y cómo llegar a este lugar en cuestión? nunca viene mal quedarse con una tarjetita, por si las moscas. En casa la tendré, seguro. Si alguna vez nos da por regresar a Taipei, no me importaría dejarme caer de nuevo por este sitio, agradable, con una decoración diferente y comida rica 😀

Pa´ refrescarse

A pesar de que en estos días el buen tiempo no está reinando por Hong Kong, no está mal para empezar la semana haciéndose a la idea de que tenemos el veranito cerca y apetece refrescarse, a que sí?

En el reciente viaje a Singapur, entre caminata y caminata, siempre hay tiempo para una paradita y descansar. Quien haya estado por aquellas tierras, sabrá que el calor a veces llega a ser un poco sofocante y el cuerpo pide algo fresquito. Que mejor que una cervecita, y eso que no me considero un gran fan de ellas, pero esta Tiger, entraba de lujo.

No era la primera vez que probaba esta cerveza, no obstante, fue ahí en Singapur donde la probé por primera vez y con un buen acompañamiento de comida 😀

Esta vez el envase cambia un poco como se puede ver en la foto, una edición especial con unos colores de lo más llamativos, me dieron ganas hasta de llevármela de recuerdo. Post con dedicatoria incluida para Pau, que sabemos todos bien lo amante de las cervezas que es y que nos muestra sus cervezas del mundo cada viernes. Salud!

En el rainforest

Aprovechando que Capitán Urías comentaba una entrada de cuando estuve por Cairns (Australia), aún quedan cositas por contar de ese viaje, que dio para mucho, pero mejor ir espaciándolo 🙂 Una de las actividades que me recomendaron no perderme, fue la de visitar el bosque tropical o rainforest.

Como se podrán imaginar, la oferta de actividades es bastante amplia y a uno le cuesta decidirse por la excursión. Finalmente preguntando en el hostal me recomendaron una que no debía perderme. Ibamos un grupito de unas 10 personas, en su mayoría parejas y algunos viajeros solitarios entre los que yo me encontraba.

Yéndonos hacia las afueras de Cairns, al norte, visitaríamos la zona de Daintree conocida por su bosque tropical y sus playas cercanas como Cape Tribulation o Mission Beach, esta última un lugar ideal para hacer sky diving (por lo que me contaron) lástima que me quedar sin probarlo :/

Al poco de bajarnos del coche, ya nos encontrabamos con una densa vegetación de un color verde intenso como vemos en la foto de a continuación. Siguiendo el camino marcado nos adentrábamos un poco más en el bosque…

… llegado un punto que los rayos de sol apenas pasan. Árboles muy altos, plantas de todo tipo y animalitos (que no vi, jeje) aunque te recomiendan ir protegido contra mosquitos, nunca se sabe y un poco de spray no viene mal.

Silencio absoluto, sólo el sonido de los pasos hasta llegar a… andaaa! unas mini cataratas. Y con el calor que hacía, más de uno se dio una buena duchita (yo incluido), muy relajante y como, refrescante. Tuvimos un rato para descansar y contemplar los alrededores del paisaje, dan ganas de volver a estar allí 🙂

Con el bosque tropical de Australia doy la bienvenida a un nuevo finde. Disfrútenlo allá donde estén 😉

P.D: Desear un feliz cumple a mi hermana Miriam y para todos los cumpleañeros de este día 22 de Mayo.

Al llegar

Una de las primeras cosas que nos damos cuenta nada más llegar al aeropuerto de Changi en Singapur, es lo limpio y organizado que es. A pesar de ser algo chiquito comparado con otros aeropuertos, es de lo más acogedor. Las plantas están presentes por muchos de los rincones, dándole un aire fresco y hasta a veces, diría que selvático, jeje 🙂

Ayy Dios, ¿y el mapa?… que no cunda el pánico. Que nada más aterrizar, una vez pasados los trámites de inmigración, podemos pararnos a recoger algunas de las guías gratuitas disponibles de la ciudad. La verdad que está muy bien documentada, donde podemos elegir: mapas, zonas de ocio, museos… entre otros. Para que luego no digan que no saben a donde ir en Singapur. Y a pesar de ser chiquitito, tiene mucha vida.

Y a la hora de recoger nuestras maletas, nos podemos encontrar entre medio de las cintas transportadores, uno de los símbolos del país como lo es: la cabeza de león (de color morado). Nos la podremos encontrar en cantidad de lugares como elemento de decoración y también presente en los distintos souvenirs.

Es un buen comienzo de lo que nos espera por delante en Singapur. De sobra conocido como un lugar de lo más organizado, limpio, verde y conservado. Quizás algo estrictos con algunas de sus normas, pero un sitio más que interesante para darse una escapadita de finde y disfrutar con lo que nos puede ofrecer: fiesta, relax, compras, comida… No ha hecho más que empezar.