Preciado color

Si hay un elemento que esté bien presente en la cultura china, ese es el jade. Si alguna vez viajaron a China, se habrán dado cuenta de lo abundante que puede llegar a ser. No obstante, ya comentaba Confucio de las bondades de este preciado elemento, entre ellas:

  • Su color representa lealtad.
  • La transparencia inspira sinceridad.
  • El brillo representa el cielo…

Quizás viéndolo en su estado puro no pensemos que pueda albergar estas propiedades, pero una vez debidamente tratado, podemos encontrar piezas de gran belleza como brazaletes o colgantes. La historia se remonta nada más y nada menos que a la época del Neolítico (5000 a.c) donde en algunas provincias chinas se encontraron restos de este material.

Si gusta de comprar souvenirs, no sería mal recuerdo llevar algunos colgantes o figuritas de jade. En las callecitas traseras a Hollywood Road en la isla de Hong Kong podremos encontrar de todo tipo, o sino, darse una vuelta por el mercado de Jade entre Jordan y Yau Ma Tei (Kowloon) del que aún tengo pendiente hablar.

Considerado también el mejor regalo para celebrar un compromiso matrimonial y el nacimiento de un hijo. Y sobre todo, a pesar de su caracter de piedra preciosa, aleja las desgracias y llama a la buena suerte.

¿Creen del poder de piedras preciosas como estas o simplemente a modo decorativo? Una piedra con tradición y ligada a la cultura china que no pasa desapercibida.

Pastelitos

Como cada año por estas fechas, se empiezan a ver los famosos Moon Cake (月饼, yuebing) esto quiere decir que el festival de Medio Otoño se va acercando. Fue el año pasado cuando los probé por primera vez y este año no va a ser menos. Curiosa la historia que encierra a estos pastelitos, en los que tiempo atrás portaban mensajes para poder despistar al enemigo y levantarse victoriosos.

Es tradición que se encarguen estos pastelitos para regalar entre familiares y amigos, hasta he recibido cartas a la oficina con el catálogo de los tipos de pastelitos 🙂 Este de la foto es el pastelito tradicional, doradito al horno y relleno de yema de huevo, o también con semilla de loto. Luego con el tiempo han ido saliendo más y más variantes, innovando con los rellenos.

Los empaquetados son de los más diverso como podemos ver en un par de fotos a continuación:

Donde el color rojo no puede faltar y acompañado de adornos dorados. Una bonita presentación para este dulce tan típicos de estas fechas que se nos acercan.

Si quieren curiosear un poco incluso hay una web: www.mooncake.com que permite hacer los pedidos on-line. Más fácil imposible, qué cosas esto de las nuevas tecnologías y lo bien que vienen para mantener la tradición a golpe de clic.

Yo no me quedo sin pastelito lunero, y ustedes?…

A la mesa

Aunque ya sé que a la gente le gusta cuando hablo de comida, por lo general, a no ser que traiga alguna fruta de no tan buen olor o de apariencia un tanto extraña, jeje 🙂 El post de hoy va dedicado a ilustrar un poco sobre cómo son los restaurantes de comida china aquí en Hong Kong, aunque este ejemplo sirve, como no, para China también.

En el restaurante de la foto en cuestión, que está cerca de la casa de los padres mi novia, la decoración era un poco festiva, y no puede faltar el color rojo. Desde primera línea hasta el fondo donde alcanza la vista, mesas redondas alineadas y con todos sus utensilios sobre la mesa ya preparados. A que os gusta el color de la moqueta 😛

Al ser la mesa de unas dimensiones considerables, a la hora de querer coger un plato del otro extremo de la mesa, se hace algo complicado. Para ello, contamos con este plato giratorio donde se van colocando los platos de comida según van llegando. Luego solo hace faltar «tirar» del borde hasta tener delante el plato elegido.

Otro elemento que no puede faltar: el té. Veremos que siempre nos traerán dos teteras, una que contiene las hojas de té y con el agua calentita, además de, otra tetera de agua caliente nada más, para ir rellenando según la otra se vaya vaciando.

Ah! y el bol metálico de la derecha, aunque también suele ser de cerámica, es donde limpiamos nuestra taza, bol, palillos y cuchara, antes de empezar a comer; por eso de tener algo más de higiene. Algo que sorprende la primera vez que lo ve uno.

Los palillos listos, la taza con té y un vaso con cervecita San Miguel (que no es la de España, o sí?) A disfrutar de la comida, a ver qué nos traen hoy 😀

Templitos

Es curioso lo que uno se encuentra a veces por Hong Kong. Venía de clase de chino un sábado por la mañana y decidí meterme a callejear de vuelta a mi casa, por las callecitas paralelas a donde suelo pasar cada día. Aunque ya había pasado por la zona en su momento, no tuve tanto tiempo para detenerme y fijarme en esos pequeños detalles.

Como se aprecia en el cartel, nos dice de la existencia de 3 templos. Una cosa sí, perderse en Hong Kong no es fácil, las calles están muy bien señalizadas y siempre nos podremos encontrar carteles como estos indicándonos calles y sitios de interés cultural y/o histórico.

Como se puede apreciar, el tamaño de los templos no es especialmente grande, no obstante, se encuentran entre medio de los portales a lo largo de una calle. Destacan por los colores de su fachada y los conos de incienso que se ven colgados de sus techos.

A la hora que pasé, prácticamente no había gente por la calle. Era un día de bastante calor y claro, hora de la comida, dígase las 12-12.30 del mediodía.

Aunque Hong Kong no sea conocido especialmente por sus templos, si cabe destacar algunos de ellos como: Man Mo Temple, del cual hablé en este post cuando tuve la visita de Alberto, y el templo de Tin Hau, situado en la zona de su mismo nombre al este de la isla de Hong Kong.

Seguro que quedarán más rinconcitos por conocer del «otro Hong Kong», y templitos como estos perdidos entre las calles de uno de sus barrios. Iré en su busca…