Café en Shatin

Hay un café en Shatin que no está nada mal para romper un poco la rutina de restaurantes habituales. No todo tiene porqué ser comida asiática, y de vez en cuando un sitio donde comer una pasta con algo dulcito pues viene bien. El sitio se llama Mellow Brown Cafe situado dentro del centro comercial New Town Plaza.

La especialidad son los cafés, aunque también podemos pedir té u otras bebidas frías. Respecto a los platos, cuenta con algunas variedades de pasta, algunas pizzas y también algo de aperitivos. Está bien para compartir o bien pedirnos una ración de pasta. Eso sí, siempre pueden aprovechar para ir por la tarde de un día entre semana que tiene algunas ofertas de merienda.

cafe en shatin

A pesar de que la carta no sea demasiado extensa, las opciones de pasta disponibles sí que tenían buena pinta. Optamos por pedirnos unos tallarines con marisco y uno clásico de carbonara.

Y como estamos en fin de semana, nos podemos permitirnos el caprichito de algo dulce. Dicho y hecho, un waffle con nata, plátano y frutos rojos. Una buena forma de terminar el almuerzo. Nada copioso pero con buen sabor de boca.

Para los que no sepan, tendrán que irse hasta la planta 7 y lo encontrarán en una esquinita después de pasar el vietnamiga Nha Trang. No es que esté escondido, pero seguro que hay más gente que no ha caido en la cuenta de su ubicación. Si quieren cambiar la comida china por un rato, este café en Shatin es un sitio agradabable para disfrutar con un plato de pasta con un café o un té; éste es un sitio muy válido.

Buscando algo nuevo

Un sitio desde el que poder contemplar cómo se extienden los Nuevos Territorios y llegando hasta Shenzhen. Siempre algo nuevo que descubrir a pesar de haber recorrido ya el camino. Nada como salirse un poco del trazado habitual para sorprendernos un poquito a nosotros mismos buscando algo nuevo.

Justo a mis espaldas viniendo por los escalones que subí previamente, la presa de Lau Shui Heung. Un lugar muy apacible en el que poder hacer barbacoa, ponerse a dibujar o bien coger un poquito el sol. Doy fe que este pasado fin de semana estaba bastante animado, y es que hacía un clima como de verano (la foto de más abajo es de otro día). Vegetación frondosa y en la que poder cobijarse cuando pega el sol. Y el color verde refrescante en los días de lluvia.

buscando algo nuevo

Para que luego digan que si llegar hasta la frontera es muy lejos, a mi no me lo parece. A veces puede más la pereza de estar cogiendo el tren o la guagua. Si salimos de la isla de Hong Kong o en Kowloon, podríamos estar disfrutando de estas vistas en cuestión de 1 hora y media. Para mi es una suerte el estar cerquita como quien dice; además también me obligo a intentar descubrir nuevos trazados y buscando algo nuevo.

La naturaleza y el monte dan mucho juego. No todo tiene por qué ser aburrido, y siempre podremos dar con algo que nos dé ese extra de motivación.

Mientras tanto uno intenta aprovechar los días en los que haya demasiado calor y/o humedad porque luego si que viene lo bueno en verano. Siempre y cuando contemos con una buena hidratación, sin olvidar la ruta elegida y las condiciones de la misma. Eso me recuerda que en las noticias hace no mucho lo recordaban para evitar luego percances que se podrían haber evitado con una buena prevención.

Cena de prueba

Uno de los restaurantes de la zona hace no mucho que estuvo de reformas y cambió de dueños. Así que aprovechando que ese día no se cocinaba en casa, fuimos a hacer una cena de prueba.

Anteriormente habíamos ido alguna que otra vez pero la verdad que no era de nuestros habituales. Mi suegro parece ser que había ido ya de dim sum y fue quien lo sugirió.

Bastante luminoso el sitio, hasta parece mas espacioso que antes.

cena de prueba

En lo daban un vistazo al menú y decidíamos, tomando algo de té mientras tanto. La espera no sería larga, aunque tampoco fueron muchos platos porque tan sólo éramos 5 para cenar esa noche.

Y en lo que a los platos se refiere: algo de verduritas, carne y pescado. Sin que falte el arroz, aunque yo me raciono por eso de ser la cena.

De aspecto y sobre todo sabor estaba bastante bueno. No demasiado fuerte, por eso que a veces se les va la mano con algunos condimentos o salsas. La cacharrita que aparece en primer plano de berenjena con ternera fue de mis preferidos junto con la oca barbacoa a la izquierda.

Lo más probable es que repitamos en otra ocasión, bien sea para alguna celebración o cuando la familia tenga alguna visita que se puede terciar.

¿Han probado últimamente algún restaurante nuevo en su zona? Aprovechen el fin de semana, siempre y cuando las esperas no sean largas 🙂

Budas en la montaña

En las salidas de montaña que suelo hacer el fin de semana, no hay tiempo para aburrirse y poder descubrir cositas nuevas. Como bien apunta el título de este blog, hay un rinconcito donde hay budas en la montaña. No es que sea la primera vez que paso por esa zona, pero fue un día que me dio por hacer un desvío tras ver un caminito entre los árboles. La última vez que pasé, como se aprecia en la siguiente foto había un poquito de bruma lo que le daba un ambiente algo más místico.

Tempranito por la mañana con apenas gente y disfrutando de la brisita, por suerte no hizo un día de calor pero si con algo de humedad.

siguiendo el camino

La sorpresa de los budas en la montaña se la encuentra uno en el sitio más inesperado porque desde el camino principal pavimentado no se aprecia. Coger un camino de tierra unos metros a la derecha y tras una gran roca entre los árboles: salta a la vista! me quedé contemplando la escena durantes un rato porque bien merecía la pena. Este pequeño santuario en medio de la montaña y que ha debido costar su trabajo para juntar tantas figuritas. No tiene desperdicio si nos podemos a apreciar los detalles.

budas en la montaña

Seguro que la gente del lugar, es un sitio que no entraña mucho misterio pero que seguro es frecuentado de vez en cuando por todos aquellos que gustan de ir de paseo a la montaña. Ejercicios matutinos en la naturaleza y también espiritual para velar por la familia y los antepasados. Lo más inquietante es que había una voz como de cántico de monje que salía de entre las rocas; un pequeño transistor colocado junto a una de las figuras. Igual alguien tiene como misión el ir a cambiar las pilas de vez en cuando.

La ubicación me la guardo para mi porque seguro que así lo querrían los demás. Un secreto de la montaña que comparto con ustedes y que estará a buen recaudo 🙂