Uno de los motivos principales del viaje de la semana pasada, era quitarnos una espinita que teníamos desde hace tiempo. A pesar de llevar un tiempo ya por Asia y habiendo realizado escapadas viajeras en las que bien hubiera podido bucear, lo corto de la estancia hacía que uno se quedase con ganas de llegar más lejos y adentrarse a fondo en el buceo.
Esta vez no había vuelta atrás y ajustamos las fechas para que nos cuadrasen los días que debíamos pasar entre la teoría y las prácticas. Fue bastante curioso ver el ambiente que había en el centro de buceo-alojamiento, con la gente de un lado para otro con libros, en clase o viendo algunos vídeos explicativos. Hubo poco tiempo para tostarnos en la playa, aunque las horitas que tuvimos libres las aprovechamos al máximo si es que el tiempo lo permitía (hubo un par de días lluviosos..)
Después de casi 4 días, terminábamos nuestro curso de PADI Open Water. Ya sólo quedaba hacer los papeleos oportunos y recibir nuestra tarjeta temporal. La oficial en cuestión de unas 6 semanas. Es un primer pasito para seguir descubriendo las maravillas que se esconden bajo el agua.
Agradecer a nuestros instructores Eva y Sebastián que se portaron genial con nosotros. Si alguna vez decidieran iniciarse en el mundo del buceo, no duden en visitarles en la isla de Koh Tao, en el Ban´s Diving Resort. Si quieren un poco más de información sobre los cursos, pueden visitar su web -> Viajar y Buceo
Ahora sólo queda disfrutar de las pequeñas oportunidades en futuros viajes y bucear todo lo que se pueda. No hace ni una semana desde la última inmersión y ya estoy con ganas de sumergirme nuevamente. ¡Engancha!