Cenita local

 

En la entrada de hoy regresamos a la zona de Sham Shui Po para degustar una cenita en uno de los restaurantes locales. No hay nada mejor que tener la oportunidad de ir con gente local que te lleva a sitios de lo más auténticos, y de los que te gustaría repetir para llevar a tus amigos cuando vengan de visita.

Eramos un total de 4 personas y elegimos unos cuantos platos variados. El tamaño de los mismos como verán a continuación es perfecto, con lo que uno no se queda con ganas o por el contrario demasiado lleno como para desaprovechar la comida. Empezamos con un platito de calamares frititos con un poco de salsita de soja.
 

Unas verduritas con…. ¿Qué dirían que es lo que parece como unos noodles planos?
 

Gambitas con ajitos . Tan crujientes que estaban, se podía comer sin tener que pelarlas. De sabor nada aceitoso y con el toque del ajito y algo jengibre.
 

Una vez habían llegado los primeros platos, esta era la vista que presentaba la mesa. Ya le habíamos hincado el diente, en plena faena estabamos. Se fijarán que hay dos platos que no he comentado en detalle anteriormente, uno era una bandeja de pollo, la carne se deshacía en la boca, súper sabroso, diría que uno de los platos estrella de la noche. Además de un plato de verduritas con espinacas y tofu, pero aún habría alguna sorpresa más para el final, sigan leyendo y lo sabrán 🙂
 

Y en toda comida china que se precie, un arrocito frito, complemento perfecto para intercalar entre los platos de carne, marisco o verduritas.
 

Cuando pensaba que ya habíamos terminado con todos los platos, aparecieron los protagonistas de la noche: estos cangrejitos. Corte preciso al medio y divididos en mitades. Súper fáciles de pelar y con un sabor de escándalo, aprovechando todo lo aprovechable.
 

Todo ello acompañado de cervecita o té a gusto de cada uno. Una muy buena cenita, si señor. No tengan duda que repetiría, y con un precio aceptable en función de lo que pedimos y la calidad/sabor de todos los platos en general.

Tengo que repasar mi Foursquare para ver el nombre exacto del lugar (sólo en caracteres chinos) y dejármelo apuntado. Se lo comentaré a mis amigos para organizar algo más adelante.

Actualización: El sitio en cuestión se llama 金和記海鮮菜館. En el enlace se puede ver la ubicación del mismo de la web Open Rice. Ya no hay pérdida.

 

Fresquísimo

 

Ya sé que el tiempo ahora está más fresquito y empiezan a apetece cosas más calentitas, no? sin embargo, parece que la climatología se empeña en llevarnos la contraria y en estos últimos días parece como si el verano hubiese querido retornar. Días soleaditos, de esos que apetece estar más fuera dando un paseo que delante del ordenador en la oficina, aunque luego a la tardecita si que sopla más fresquito y no hace falta tirar del aire acondicionado para dormir, que bueno. No vamos a hablar del tiempo sino de comidita, y con uno de los platos estrella que no hay que dejar de pasar por alto y más en un sitio como en Japón: sushi y sashimi.

La variedad de sitios, ya se imaginarán, es inmensa pero hay una zona en la ciudad donde los restaurantes tienen una fama aún mayor, sobre todo los ubicados en el interior del mercado de pescado de Tsukiji. En mi anterior y primera visita al país, no tuve ocasión de pasar por allí y no queríamos desperdiciar el estar bastante cerquita de allí, nos quedaba a tan solo un par de estaciones de metro. No se crean que me he olvidado de comentarles las sensaciones sobre el mercado, me lo tengo reservado.

Decidimos entrar en uno de los locales cercanos al mercado, los del interior estaban imposibles y preferimos buscar algo donde sentarnos más tranquilos y evitar la espera, cierto es que las ganitas de comer ya estaban apretando porque el desayuno había sido bastante ligerito.

Entramos al local y los chefs nos saludan muy cordialmente al unísono, todos muy bien uniformados y listos para entrar en acción, no obstante eramos los primeros clientes pero luego la cosa se animaría.
 

En las paredes del local, fotos de los menús con una pinta tremenda. Me llamó la atención que tenían en un rinconcito unos autógrafos, quien sabe si pasó alguna gente famosa por allí y se sentó donde estábamos nosotros 🙂
 

Vamos al lío, menú en mano y viendo las posibilidades para pedir. Bandejitas de sushi variado (salmón, atún, gamba…) o sino, un plato de estos pero en versión sashimi. Después de dar la vuelta al menú de un lado a otro, nos decidimos, tarea no fácil.
 

 

Y mientras tanto esperamos a que nos traigan la comida, vamos a hacer boca o refrescar el gaznate con una buena Asahi ¿te apuntas Pau? salud!
 

Un buen momento para captar con atención el mimo con el que el chef trata cada pieza de pescado, preciso en sus movimientos y realmente concentrado en su labor. Creo que no tardaron ni 10 minutos en traérnoslo, con una presentación tal cual en la foto, tremendo.
 

Era el momento de atacar y dar buen cuenta de nuestro almuerzo. Sabor incomparable del pescado fresquito acompañado con arroz en el fondo. Salsita de soja con ligero toque de wasabi, mojar y pa´dentro, un manjar, se los dice un servidor. Por un momento me olvidé de las fotos y ya era tarde cuando nos dimos cuenta que habíamos terminado, como se dice: «sin prisa pero con pausa» y alternando con la cervecita. Y desde luego que nos supo…
 

No sé para que me pongo a hablar de cosas ricas, que les desconsuelo a ustedes y yo también a mi mismo. Menos mal que ya iba dando por finiquitado esta entrada, espero que la disfruten y que tengan buen fin de semana en lo que a gastronomía se refiere, momento de bajar la guardia y premiarnos con algún que otro manjar que ya habrá tiempo de recuperarlo en forma de gimnasio o sesión de deporte que se precie.

 

Recomendable

 

Otro viernes gastronómico que llama a la puerta y no pueden faltar algunos platos para abrir el apetito del fin de semana.

Uno de nuestros restaurantes preferidos al cual solíamos ir a menudo cuando vivíamos en Olympic, lo visitamos hace poco para recordar los viejos tiempos. Sorprendentemente no tuve que esperar nada para que nos dieran la mesa, y eso que por lo general suele haber un poco de gente esperando su turno para entrar. A lo que iba, en lo que respecta al local, sin cambios pero si que el menú se había transformado ligeramente, pero para bien desde luego.

Nota: Ojo, las siguientes fotos pueden provocar unas ganas terribles de avalanzarse sobre el monitor 😀
 

Con nuestras visitas anteriores, había un plato que teníamos claro dumplings con salsa de chili y ajitos. Su sabor tal y como lo recordábamos: perfecto. Ligero toque picante y textura suave.
 

No fue una cena muy contundente. En total fueron tres platos, pero muy bien servidos. Seguimos con unas costillas de cerdo agridulces. Lo peculiar del plato es que tenía rosa, y si que le daba un gustito.
 

Finalizamos, con unos noodles estilo Shanghai, los cuales nos costó un poquito terminar pero con calma. Su aspecto un poco grasiento por la salsa con la que los saltean, ternera y verduritas, pero todo muy sano desde luego.
 

A pesar de mostrar unos pocos platos, el menú es bastante variado y también una buena opción para ir a comer dim sum durante el finde.

El nombre del sitio: Modern China y se encuentra en el centro comercial de Olympian City, la zona 2 y muy cerquita de la estación de metro, no tiene pérdida. Una apuesta segura.

 

Cenaka

 

Una de las cosas que más ilusión me hacía yendo a Tokio, era poder encontrarme con Alberto al que llevaba tiempo queriendo devolverle la visita. Parece mentira que lleve más de 1 año largo por aquellas tierras y en este tiempo hemos tenido ocasión de juntarnos por 2 veces: una cuando fuimos con sus amigos a Guilin y Yangshuo y la más reciente yendo a Tailadia y Singapur, y el viaje con un fin de semana largo cuadró bastante bien, aunque ya se sabe que siempre sabe a poco.

El sábado nuestro avión llegaba a Narita a eso de las 2 de la tarde pero entre pasar inmigración, coger la maleta y llegar hasta el centro de la ciudad junto con buscar nuestro hotel, pues se tarda un cachito. Finalmente, fuimos con el tiempo algo justos y la hora inicial a la que íbamos a quedar con Alberto, tuvimos que retrasarla un poco, pero llegamos que es lo importante. El lugar de encuentro fue cerca de Yodobashi Camera, el tan conocido centro de electrónica en Akiharaba. Desde allí nos fuimos a dar una vuelta por Shibuya y casualmente después de haber subido al Tocho, terminamos cenando no muy lejos de allí. Decidimos entrar en un izakaya después de haber dado una vueltita a la manzana por si veíamos algo más que nos convenciese. Vamos que hay ganas de comer.

El sitio tenía varias plantas y tras preguntar por una mesa para tres, nos indicaron que había que subir en el ascensor para llegar hasta nuestra mesa. Era bastante acogedor y con unas salitas como algo privadas que una vez la gente finalizaba, bajaban como una persianita. Justo esta mesa había quedado vacía y nosotros estábamos al lado opuesto.
 

Vamos a por los menú, un vistazo rápido. Guiarse por las fotos y con la ayuda de Alberto que se maneja mejor con el idioma. Momento de llamar para pedir: ¡Camarerooo!
 

Ahh! que no es así? y no es porque lo haya dicho en español, y es que hay que tocar un botoncito que si se fijan está a la izquierda en la foto anterior. Aquí pueden verlo un poco más en detalle. Y tal cual lo apretamos: ding dong, ding dong… y aparece nuestro buen camarero listo para tomarnos nota (toquetear en una especie de pda)
 

Y mientras esperamos con algo tendremos que entreternos. No recuerdo que miraría en ese momento, creo que alguna dirección o justo le había mandado un mensaje Chiqui con el que nos veríamos más tarde.
 

En lo que una de estas llega nuestro primer plato para ir calentando motores. Una racioncita de sushi variado para cada uno, salsita de soja y cervecita. ¡Buen comienzo!
 

Seguimos con unos pinchitos que tienen espárrago dentro. Muy ricos con el toquecito del limón.
 

Y casi de la mano, una bandejita con pollo con hierbitas y rematando con un takoyaki espectacular.
 

 

La pregunta: ¿nos quedamos con más ganas de comer? cierto que las raciones estaban bien servidas y después de los platos que les he comentado hace nadita, la sensación de satisfacción había ido en aumento, pero aún teníamos hueco para algo más. Aunque creo que si no recuerdo mal, hay un plato entremedias que pedimos, pero voló en segundos con lo que anduve algo lento para fotos 😀

Por supuesto que entre bocado y bocado tuvimos tiempo para charlar y ponernos al día. Fue una cena muy buena y lo mejor de todo, una gran compañía.

¡Buen finde a todos!