Crujiente

 

Viernes que cierra el mes de marzo y qué mejor forma para despedirlo con un nuevo post de comida, esos que tanto gustan a la gente. Uno de mis platos preferidos tanto a la hora del dim sum o sino también viene bien para acompañar a la hora de la cena. El plato en cuestión: «roast pork» o lo que viene siendo trocitos de cerdo con piel crujiente. Mejor una imagen para ilustrarles.
 

Y se estarán preguntando que es el otro platito con una salsa amarillita. Pues se trata de mostaza, que hace de buen acompañamiento con el cerdo. Coger un pedacito, mojarlo un poco y la combinación entre el sabor digamos áspero de la mostaza y algo picante, junto con el sabor suave de la carne del cerdo con la piel crujiente, es una combinación total.

El proceso para conseguir el acabado crujiente de la piel no es tarea fácil y se lleva a cabo, por lo general, de forma manual. Nada de hornos que van dando vueltas de forma automática, lo que se lleva es alguien que aguanta a pulso el cerdo mientras le va dando vueltas sobre el calor de las brasas y poco a poco va consiguiendo un dorado uniforme en toda la superficie. Luego en el sabor se nota, y hay que tomarlo en su punto porque luego si se enfría pierde parte de su gracia.

¿Conocían este plato? seguro que tenemos entre nuestros lectores a gente que lo haya probado ya. Veremos lo que comentan.

¡Buen finde a todos!

 

Un sitio nuevo

 

No será la primera vez que hemos estado pasando por delante de algún sitio y pasa bastante tiempo hasta que decidimos probarlo. Es el caso del restaurante del que voy a hablar a continuación. Su ubicación: en el corazón del distrito de Central y en una calle bastante transitada, con lo que es normal siempre ver bastante gente entrando y saliendo, además de, movimiento de coches en la puerta. No obstante, a la salida del mismo, la puerta se encontraba bastante tranquila, tuve suerte sacando la foto 🙂
 

Algo que nos llama bastante la atención y que viene ser habitual en los restaurantes de cocina cantonesa, es esta especie de escaparate donde podemos ver a los cocineros trabajando sin parar mientras disponen de algunos de los ingredientes para los platos que allí se preparan. Luego revelaré el plato estrella del sitio en cuestión, aunque igual con la foto pueden ir adivinando..
 

Por lo general, es mejor haber hecho una reserva pero eso no quita para que nos presentemos de imprevisto en el local y probar suerte. Igual nos toca esperar un poco, pero merece la pena. Nosotros habíamos reservado para 3 personas a eso de las 7 de la tarde, buena hora para los estándares de la ciudad. Se podrán imagina la cantidad de gente, pero nos acomodaron bien en una esquinita de la segunda planta del restaurante. Menú en mano, platos y a ver qué elegimos para comer.
 

Una vez elegidos los platos, la comida no tarda en aparecer. Me dejó asombrado la rapidez del servicio y muy correctos en todo momento. No tendrán problemas con el inglés aunque si va alguien que hable cantonés, seguro lo agradecen.

Primer plato de la noche: oca asada acompañada de una salsita de ciruela (al fondo de la foto). Mojar el pedacito de carne en la salsa y pa´dentro… sin palabras.
 

Un plato de tofu acompañado con trocitos de zanahoria y champiñones.
 

Un señor arroz frito con buenas gambitas y demás sustancias.
 

Y como cuarto plato: ternera salteada con verduritas y toque de jenjibre
 

¿Qué les parece el menú de la noche? Bastante completito y equilibrado con carnita, verduras y que no falte un poquito de arroz que siempre conjunta bien. La mesa estaba completa, apenas hueco para meter algún plato más. Tampoco puede faltar un poco de té oolong para suavizar entre bocado y bocado.
 

Con estos cuatro platitos íbamos más que servidos para nosotros tres. Las raciones en perfecta medida, pero ojo, que nos lo terminamos todito como debe ser. Sin embargo, casi cuando terminabamos hubo algo que me llamó poderosamente la atención en la mesa de al lado… ¿adivinan el qué? y es que es otros de los platos estrella del restaurante: huevo de 100 años. ¿Quién se anima? y advierto, no se dejen llevar por el nombre o por la apariencia, fiarse de un servidor.
 

Un poquito más de cerca donde se aprecia la textura de la yema. Sabor consistente e interesante a la vez.
 

Seguro ya lo habían adivinado… la estrella de la noche ha sido la señora oca, la cual es el reclamo principal de este sitio, además del plato anterior que acabo de comentar. La foto habla por si sola y una vez degustemos la carne, entenderán el por qué de su fama. Ya se me está haciendo la boca agua nuevamente…
 

Nuestras tazas de té ya vacías, la comida en nuestro estómagos. Ha sido una cena como Dios manda. Menos mal que aún es tempranito y podemos estirar las piernas de camino a casa. Así da gusto.
 

Y a todas estas, ni siquiera había mencionado el nombre del restaurante: Yung Kee. Si quieren conocer un poco más sobre la historia del mismo, no dejen de visitar su web.

Para más señas nuestro amigo Google Maps nos hará más fácil llegar hasta él. Espero que se animen a visitarlo si tienen ocasión, no se arrepentirán.
 


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Mi menú

 

Igual muchos se preguntan: ¿qué comerá Javier todos los días por aquellas tierras? Por lo general, y sabiendo que estoy en China, la gente tenderá a pensar que hay poco más a parte del arroz y/o los noodles (fideos). En verdad, es parte esencial de la dieta diaria y principalmente el arroz que como mínimo comen una vez al día o sino dos.

A continuación, un plato sencillo pero rico a la vez del que ya he hablado en otras ocasiones. Seguro se saben ya el nombre, no? lo podemos encontrar dentro del menú diario de una de las cadenas principales de restaurantes y en muchos más sitios.
 

Y quién dice que no a un buen tazón de noodles en sopa, acompañado de carnita y verduras. Ahora que el tiempo fresquito se va metiendo más, no vean que bien sienta. Tampoco me puedo olvidar del «inicio de la temporada» de hot pot. Tampoco hace falta que estemos en otoño, cualquier época del año es buena para comerlo, sino vean cómo disfrutó Alberto con sus amigos en pleno mes de agosto
 

Sin olvidarnos de las comidas más fresquitas como en el caso del sushi. Bandejitas de todo tipo para elegir: sólo de salmón, atún o un mix. Acompañado de un refresquito o juguito, cuando los calores del verano aprietan es lo mejor. Que levante la mano a quien no le gusta el sushi.. que los habrá y es respetado, desde luego.
 

¿Y qué pasa con la comida casera? también hay hueco para algún que otro día el llevarte un tupper con algo de pasta, un poquito de pollo con arroz o lo que a uno se le ocurra. Está claro que puede ser algo más «trabajoso» pero nos ayuda también en el tema económico, que tampoco se puede estar yendo siempre a comer fuera a pesar de que los precios sean bastante competitivos en algunos sitios.
 

Dieta variadita, mezcla entre oriental y occidental, ¿no está mal verdad? Por supuesto, muchas veces desearía mandarme un buen plato de potaje, un rancho canario o unas lentejitas. Sólo de pensarlo… y es que como la comida de las madres y las abuelas, no hay nada que las pueda igualar. Por lo menos saben que me alimento bien y me mantengo sanito 😀

 

El wok

Tanto que a veces hablo de comida, que si este plato por aquí, esta salsa por allá… y se me olvida lo más importante que es el elemento fundamental para la preparación de estos platos. La palabra de origen cantonés que da nombre a dicho elemento, ni más ni menos que el wok.

Sartén metálica cóncava que se usa en la cocina asiática principalmente para saltear los ingredientes (stir frying), en el que se usa poco aceite debido a la forma características del wok. Permite que se concentre gran cantidad de calor en la parte más baja y sin tener que gastar demasiado gas, e implica que se tiene que estar removiendo de forma constante la comida. Aunque no sólo para saltear sirve el wok, sino que también se le puede dar usos para guisar, hacer una sopa, ahumar… eso ya depende del tamaño.

Aunque es un elemento originiario de China, se ha ido introduciendo en los hogares de todo el mundo poco a poco, además que se puede disfrutar de una cocina saludable y probar nuevas recetas. Que levante la mano quien no haya visto un wok en Ikea 😛 Recuerdo que mi tío en su momento compró uno para probar y le resultó bastante práctico.

¿Y respecto al material con el que están hechos? nos podemos encontrar con varias combinaciones entre la parte de cocinar y el mango o mangos (madera o plástico), aunque principalmente está hecho de metal o a veces se puede encontrar en aluminio, pero sin duda resulta mejor el primero de todos, ya que reparte mejor el calor a la hora de hacer la comida. Eso sí, necesita de unos «cuidados» especiales como son:

– Antes de usarlo, se calienta aceite para hacer que una fina capa se adhiera al metal.
– Lavarlo con agua caliente (nada de jabón) después de usarlo y dejarlo algo engrasadito para evitar que se oxide.

Resulta muy espectacular ver como se manejan los cocineros entre fogones mientras dan vueltas y vueltas a los ingredientes y cuando de repente salen algunas llamaradas.

Ya por último dejar un video que he encontrado donde se puede ver un wok en plena acción. La verdad que hay que tener maña para menearlo tan bien 🙂