El canal Rambler

 

La zona de agua entre el islote que es Tsing Yi y la península de Kowloon suele ser un sitio bastante transitado por barcos en ambos sentidos, principalmente cargueros con containers hacia la terminal del puerto de Hong Kong que queda en dirección sur. De forma paralela a la costa, está el paseito que empieza en la estación de Tsing Yi de la cual hablé hace un tiempo. En aquellos tiempos, las visitas a la zona era poco habituales ya que vivía algo más alejado, pero desde que vivimos en Tung Chung, se ha convertido en un lugar de paso más que frecuente.
 


Ver mapa más grande

En alguna ocasión mientras hacía tiempo esperando a mi novia y antes que estar metido este tiempo dentro del centro comercial, mejor salir a dar una vuelta por fuera. Quizás el lado de la izquierda (en sentido norte) es el que más tengo explorados pero también había que darle una oportunidad e ir hacia el lado opuesto. Y a pesar de que conforme vayamos bajando, el entorno se vuelve algo más industrial es un buen trayecto que la gente aprovechada para correr o caminar, y porque no, pescar también.
 

La llegada de la noche da paso a las luces de la farolas. Vemos reflejos de algunos barcos que pasan o atracados en los muelles cercanos, mientras que pasamos por debajo de uno de los puentes de conexión entre la isla y la península. Menos gente por los alrededores y los sonidos de algunas grúas manejando mercancía, para ellas no hay descanso.
 

Anda que no sería interesante poder adentrarse en alguna de las zonas para ver de cerca a los operarios mientras manejan los containers, eso sí, con mucha precaución. Dudo que dejen entrar a cualquiera al recinto, y eso que no estamos hablando de la HIT (Hong Kong International Terminal), que son palabras mayores.
 

Cada noche de vuelta a casa en el tren paso por este puente. Mi reacción es siempre la misma, mirar al canal y observar el tráfico, las luces de los barcos, hasta que entramos en el túnel de la estación de Tsing Yi y se bajan los pasajeros. En dos estaciones habremos llegado a casa. Mañana en el camino de vuelta volveremos a pasar sobre el canal, es parte del día a día.
 

 

Angry Birds

 

Unos de los personajes más conocidos que entraron con fuerza en el mercado de los videojuegos hace algo más de un año y algo, fenómeno mundial y que han tenido mucho tirón a raiz del juego con el mismo nombre: «Angry Birds». Ya no hace falta que diga nada más, ¿verdad?

En esta ocasión la compañía de metro de Hong Kong (MTR) ha querido hacer un guiño a estos personajes sacando una edición limitada de billetes de metro además de unas figuritas a modo de vagones en distintos colores. La promoción empezará el día 15 de abril y se extenderá hasta el 5 de mayo.
 

La gente se estará frotando ya las manos a la espera de hacer con alguno o sino la colección completa. No hace falta decir lo que le gusta a la gente estar antes que nadie para hacerse con las últimas promociones, bien sean billetes conmemorativos o arrasar con las entradas para las actuaciones de Lady Gaga para el mes de mayo.

¿Me haré con alguno de estos? no es algo por lo que me vuelva loco, pero si confieso mi simpatía por estos pajaritos y he tenido mis momentos adictivos con el juego. Y si han seguido la trama, hace no mucho que está disponible una nueva entrega: Space. No dejen de probarlo porque pasarán un rato entretenido. ¡Aún queda «Angry Birds» para rato!
 

 

Quietoo!

 

Todos sabemos que hay unas normas básicas de comportamiento ciudadano y especialmente cuando usamos el transporte público. Algunas tales como: dejar salir antes de entrar, respetar las colas o ceder el asiento a las personas mayores, madres con niños… En el caso que nos ocupa para esta entrada, nos centramos en las marcas del suelo que es habitual ver en la paradas de tren o de metro.

Sin duda, en las primeras son las que debemos prestar mayor atención ya que quedan estaciones en las que aún no hay compuerta de seguridad, con lo que debemos respetar las distancias junto con las indicaciones que vemos en la foto siguiente. Nada nuevo, ¿verdad? pero la gente cuando va a su aire es como si de repente olvidase estas reglas básicas de comportamiento, especialmente cuando es hora punto, todos queremos llegar a casa lo antes posible y nos olvidamos de lo principal.
 

Las líneas nos indican que debemos ponernos a los laterales y dejar que la gente que viene en el vagón pueda salir por el centro, pero una vez más, muchos se saltan esto y se plantan en el medio como si tal cosa, así luego, vienen los empujones y se ralentiza el intercambio de pasajeros. Con el uso de caritas simpáticas en los recordatorios, nos invitan a no apurarnos y no bloquear las puertas, igual a los más pequeños les entra mejor este mensaje que a los mayores, al menos seguro que captan más su atención.
 

Y no sólo es Hong Kong, esta imagen está tomada en uno de los andenes de una estación en Tokio de cuando estuvimos hace unos meses atrás. Aquí si que no tengo quejas, porque los japoneses siempre conservan la compostura y son correctos, de ahí lo eficiente de su sistema de transportes. Si nos apuramos, al final todos perdemos.
 

Del sistema de transporte de la ciudad no tengo queja, pero si a veces del comportamiento de alguna gente que se cree al margen de todo. Por suerte he visto que alguno ha saltado para decir: «a la cola», «no empuje que no entramos más en el vagón». En todos sitios siempre tendremos a los clásicos listillos, pero eso es inevitable, ¿no creen? y no será porque no vean las marcas en el suelo o escuchen los anuncios por la megafonía. En fin… para el resto de nosotros, quietitos y a esperar nuestro turno buenamente.

 

Al metro

 

Una de las formas más cómodas de desplazarnos por una ciudad, es hacer uso de la red de metro. Una ciudad como es Tokio, no iba a ser una excepción y también todo lo que rodea a este medio de transporte tiene un cierto aire más auténtico. El interior de las estaciones es amplio y algunas tienen los andenes sin protección, algo que contrasta con el metro de Hong Kong u otras ciudades asiáticas, aunque seguro que poco a poco hagan un esfuerzo por renovarlo e incluir esta medida de seguridad.

La presencia del aire acondicionado no es tan intensa a lo que estoy acostumbrado, y simplemente con la brisa que sopla por los túneles o cuando pasa el tren es sufciente o bien ayudado de algún ventilador para mover el aire. Y siendo finales de verano, el calor aprieta afuera, concentrándose un poco bajo tierra. En otro sitio ya nos hubiéramos sentido como cubito de hielo, y experimentado un gran contraste entre dentro y fuera de la estación, en Japón no nos pasó así, el metro tiene su propio ritmo.
 

Pero hay algunas estaciones que si tienen barreras como las que vemos en esta foto, pero que sólo cubren hasta media altura, pero al menos es algo.
 

Si hay algo que tenga el metro tokiota es: diversidad de líneas. En la foto tan solo unas pocas y teniendo en cuenta que son varias las compañías de metro que operan, tales como: JR, Tokyo Metro… y cuando queremos cambiar de una a otra, los intercambios pueden llevar un poco de tiempo.
 

Una de las cosas que me gustan, es el poder comprar en alguno de los estanquitos existentes en el interior de la estación una vez pasadas las compuertas. Y es que no habiendo restricción de comida y bebida en el andén y los vagones, podemos comprar algo si nos apetece sin tener que esperar a estar fuera de esta zona. Me pregunto qué pasaría si en Hong Kong sucediese lo mismo, pero de momento, tenemos que andar con ojo de no comer o beber dentro de la estación o los vagones, no obstante, la gente lo hace de forma discreta y hasta la fecha nunca he visto que hayan pillado a nadie. La multa que te puede caer es de 150 euros si no recuerdo mal. Creo que es todo cuestión de educación, y si la gente supiese guardar las formas como hacen en Japón, no habría estas medidas.
 

Otro servicio muy práctico son las taquillas. Recuerdo haber hecho uso de ellas en mi primer viaje al país. Era mi último día de estancia y debía salir del hotel temprano, aproveché para ir de visita a Yokohama y para no estar cargando con el equipaje, lo dejé en unas de las taquillas de las estación por la que pasaría más tarde de camino al aeropuerto. Las hay de varios tamañitos en función de las dimensiones de nuestras maletas y con ello, el precio acorde.
 

 

La publicidad que cuelga del techo de los vagones no pasa desapercibida. Suele ser de lo más variada como de anuncios de bebidas, estética… Lástima que no tuvieran su versión en inglés para enterarnos un poco mejor lo que cuentan.
 

Desde por la mañana hasta cuando empieza a hacerse de noche, el metro lleva a la gente a su trabajo o a su casa, y siempre con la puntulidad japonesa característica. Siempre todos en orden y respetando las señales de quien sale y quien entra. Mientras tanto podemos elegir cómo hacer que nuestro viaje se haga más llevadero: escuchar música, jugar con nuestra PSP o el móvil, leer…
 

Podría decir muchas bondades de este transporte, pero lo mejor es experimentarlo nosotros mismos. Seguro se acuerdan de la línea Yamanote cuando vayan de visita. ¡Vaamos al metro!