Este fin de semana que hemos hecho una pequeña escapada a China al pueblo de los padres de mi novia. Nos marchamos el sábado a la tarde después de comer y regresamos ayer por la tarde-noche. Lo bueno es que no está demasiado lejos, pero aún así con el trasiego del tren hasta la frontera, luego pasa inmigración y pilla otro tren, hasta finalmente el coche a la casa, es un cachito.
Lo bueno de ir esos días es que uno puede desconectar un poco. El móvil fuera que sino el roaming sale muy caro con el twitter o el correo. ¿Qué puede hacer uno entonces? pues comer, echarse una siesta, comer otra vez y entre tanto pues ver la tele un rato (en mandarín o cantonés). Anda que no fue simpático ni nada ver la peli de Señor y Señora Smith de Brad Pitt y Angelina Jolie hablando en mandarín 🙂
La nota simpática del fin de semana o al menos sorprendente, fue que después de darme una ducha e ir al cuarto para cambiarme de ropa, de eso que me giro y veo algo dando vueltas por la habitación. Parecía demasiado grande para ser una palomita y me doy cuenta que es… un murciélago que revoloteaba en círculos desorientado en la habitación. ¿Cómo entró? pues yo creo que igual ya estaba metido dentro del cuarto. Y no veas lo que costó sacarlo, que sino, no había quien durmiese esa noche.
¿Igual andaba buscando a Robin su compañero de aventuras? mmmm… cosas de estas no me han pasado por Hong Kong desde luego. La emoción de salir fuera desde luego.