España de invitado

Llegó el mes de noviembre y con ello la actividad de las ferias se intensifica durante las primeras semanas. Una de ellas, la «Hong Kong Wines and Spirits» con especial protagonismo entre los días 7 al 9, además en esta ocasión el papel del pabellón español sería algo más protagonista de lo habitual. Cada año, la organización otorga a uno de los países participantes el poder ser país invitado con lo que requiere mucha más atención y se vuelcan con él. Mucho más trabajo entre bastidores pero seguro que el resultado merece la pena.

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No sólo es el pabellón en sí que este año ha contado con un total de 85 empresas, sino también son las actividades que se iban a realizar en paralelo como eran diversos seminarios sobre: vinos tintos, blancos y espumosos o maridajes. En tres días de feria hubo un total 9 seminarios, que no está nada mal aunque siendo el último día un poco más relajado que los iniciales.

Sin olvidarnos que el mismo día del inicio de la feria, se celebraba una cena de gala en la que no sólo los vinos serían las estrellas de la noche sino la comida a cargo de la «Asociación de Chefs Españoles en Asia».

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Por supuesto que otro punto importante era el material promocional, aquello que la gente se lleva a casa y hace que luego se acuerden de los vinos de España. Entre folletos, bloc de notas, bolígrafos, mapas D.O y bolsas para llevar el diverso material; muchos de ellos se iban bastante surtidos, y la bolsa les venía como anillo al dedo para llevar el resto de folletos que seguro recogerían en otros pabellones.

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En una zona de la feria que era la «galería del vino», cada país había expuesto una muestra de material promocional junto algunos elementos representativos del país. Como no, unas banderitas y unos abanicos.

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Y por el resto de la feria había repartidas más señalizaciones apuntando al pabellón situado en el Hall 3C-D. Azafatas vestidas con traje de sevillana y todo para crear más ambiente 🙂

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Unos días bastante cargaditos como habrán visto pero con la satisfacción del trabajo bien hecho durante la feria y en todos los meses previos.

Obras en marcha

Que haya obras de por medio es algo inevitable, se quiera o no, pero también hay distintas formas de llevarlas a cabo para que supongan el menor trastorno posible para el entorno. En este caso, son obras del tranvía en una de las arterias principales del distrito de Wan Chai, Johnston Road, y que hace de eje para las vías del tranvía.

Los trabajadores se encargan de picar el pavimento entre las vías y posteriormente limpiar los escombros sobre la marcha. No por ello el servicio se interrumpe, sino que se aprovechan los momentos en los que no pasan tranvías para picar y cuando viene uno hay un operario que detiene el tranvía unos instantes en lo que la maquinaria se aparta y todo sigue fluyendo. Puede que parezca complejo, pero teniendo una buena sincronización las obras avanzan con buen ritmo.

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En poco menos de un mes habrán terminado este tramo que va desde la trasera de la salida del centro de tiendas de informática hasta el cruce con Wan Chai road.

La red de tranvías continúa modernizando su flota y a la vez que mejoran su infraestructura, que es parte vital para que siga funcionando por otros cien años o más.

Pasado y futuro

Son los negocios de antaño que conservan su estética y le dan ese tono místico a zonas de la ciudad como Wan Chai, que con el tiempo se ha ido transformando pero manteniendo una identidad propia. Los mercadillos, las tiendas o por ejemplo, esta casa de empeños.

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También edificios que cumplían su cometido hace muchos años atrás y hoy en día quedan para los turistas y los residentes que seguro pasaron alguna vez por esta pequeña oficinita de correos.

A su alrededor crecen se elevan los bloques de oficinas y viviendas. Situada en una de las arterias que conecta Causeway Bay, la calle Queens Road East y si no recuerdo mal, hasta allí llegaba la línea de costa. Mucho terreno se ha ido reclamando hasta nuestros días; la ciudad siempre ha sido pionera en esta técnica.

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Seguro muchos se preguntan cómo será el Wan Chai del futuro, no tengo respuestas. El gobierno tendrá un papel fundamental en sus decisiones y que permita se conserven las zonas de interés o históricas mientras que a la vez se modeniza. Por eso no es de extrañar de vez en cuando los entramados de bambú que indican una renovación en proceso o bien la casi finalización de un nuevo bloque. El entorno convive con los ruidos habituales de la calle, el olor de los puestos de fruta y el gentío.

Historias

Un simple escaparate que lleva a muchas reflexiones, simples objetos que tendrán mil historias que contar y las vueltas de su corta o larga vida como juguetes. Entre medio de tanto plástico también hay intrusos como son algunos relojes de pulsera, pero los protagonistas son otros. Principalemente de pequeño tamaño, son figuritas variadas y entre las que alcanzo a reconocer algunas de los clásicos «Happy Meal». Es todo un poco aleatorio pero dentro de un orden aparentemente razonable y los precios deben de serlo también.

El dueño de tal peculiar tienda se encuentra en un rinconcito, no llego a ver qué hace puesto que está de espaldas. Calculo que son poco más de seis metros cuadrados pero suficientes con otra vitrina al otro lado. Pequeño taller también para reparar algunas de las figuras que no estén en las mejores condiciones. Un cierto aire de nostalgia recorre el lugar aunque mi paso es fugaz. Seguro para algunos coleccionistas es todo un regalo.

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Y la pregunta, ¿cuántos años llevará este hombre dedicado a su tiendita? Son pequeños negocios, que a ojos de algunos no parezcan indispensables pero harán felices a niños y mayores. Mientras pueda seguir subsistiendo y haya mercado, las historias seguirán fluyendo de mano en mano.