Laguneando

Una ciudad por la que da gusto pasear, con calles tranquilas, casitas bajas y con mucho colorido. Han sabido conservar su parte histórica y de ahí que se haya ganado ser patrimonio declarado por la Unesco. Es otra de las ciudades principales en la isla y que rivaliza a veces con su vecina Santa Cruz, en efecto estamos hablando de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, o La Laguna.

Lugar en el que también está ubicada la ciudad universitaria pero que cuando llegan los meses de verano se vuelve algo más deshabitada, que se agradece para disfrutar de la tranquilidad de sus calles. Está llena de rinconcitos que explorar y también muy buenos sitios donde comer, algunos un poco desconocidos pero que hay que ir descubriendo poco a poco. Y eso mismo hicimos en compañía de mis padres y unos amigos, un almuerzo en una tasquita muy acogedora.

Desde luego que tendré que ir cuando regrese de nuevo a la isla. éxito asegurado aunque por lo visto se llena bastante y a veces es recomendable reservar. Nosotros tuvimos suerte ya que llegamos algo tempranito para almorzar y no tuvimos problema cogiendo mesa.


 

Balcones canarios…

Me encanta lo bien conservadas que están las casas. Los muros de piedra y el color de las fachadas. Donde no sólo abunda el blanco sino también tonos ocres en amarillo de distintos tonos, hasta alguno con toque rosa salmón como podrán ver en algunas de las fotos un poco más abajo. Llama mucho la atención y no sólo a los turistas.


 

 

 

 

Otro elemento que también destaca es la presencia de las palmeras. No me atrevería a decir que todas sean de la variedad autóctona pero seguro que en su mayoría lo son.


 

Este paseo en concreto me trae muy buenos recuerdos cuando de pequeño cogía la bicicleta y mi hermana con sus patines ¿puede ser? mmmm. Subíamos desde Santa Cruz en el coche con mi abuelo y por unas horitas podíamos campar a nuestras anchas a lo largo del paseo sin peligro del tráfico. Domingo sí, domingo no no faltábamos a nuestra visita. Está tal y como lo recuerdo a pesar del paso de los años.

Espero que los que no hayan estado aún en esta ciudad, no dejen de visitarla cuando estén por la isla. Pasear por sus calles, tomarse un cafecito en alguna de las terracitas, visitar los comercios locales y disfrutar de sus edificios y monumentos históricos.

Matrículas (I)

Me parece interesante abrir una nueva sección sobre este tema. Las matrículas de los coches que se mueven por la ciudad pueden dar mucho juego y algunas de ellas con nombres muy curiosos. Intentaré ir recopilando aunque sea una vez al mes las que vaya captando por la calle, sino también tiraré un poco del archivo de vez en cuando.

Sabiendo que en determinadas fechas al año uno puede solicitar su matrícula personalizada, seguro que alguno se lo piensan bastante a la hora de escogerla o bien lo tienen claro desde el principio. Y la pregunta: ¿cuánto costará? Una incógnita para mi, pero de enterarme, no duden que lo compartiré.

Adelante con los ejemplos de hoy:


 

Las dos mejores para el.final, en especial la última que seguro le es familiar a mucha gente.


 

No se pueden imaginar.la cantidad de ellas, aunque hay días que no veo tantas como me gustaría o soy demasiado lento para capturarla con el móvil. Hagan sus apuestas y ver cuál de ellas será la más popular 🙂

Cajas

Muchas veces se ve a gente con carritos cargados de cajas dentro del tren, especialmente en la línea del KCR que lleva hasta la frontera con Shenzhen. Es habitual ver esta escena a diario. No sólo una persona sino a veces en grupos de dos o tres personas y bastante bien preparados que van con sus carritos y bolsas de mano con el objetivo de facilitar el transporte. Es en el mismo vagón del tren donde desarman las cajas y separan la mercancía en bolsas de mano, o bien, se bajan un par de estaciones antes de la frontera para realizar la operación con más calma en el andén aunque muchos no se cortan nada.

Aunque en la foto no se puede apreciar bien, pueden intuir o saben ¿qué producto se trata? Y no es el único desde luego, este y un par de ellos más tienen una circulación importante entre la ciudad y la cercana Shenzhen. Imagino que algunos se queden por los alrededores o algunos incluso viajen más hacia el norte hacia la zona de Cantón.

Con razón luego la gente de Hong Kong se queja de que se lleven cada vez más estos productos. A veces las marcas en China son de dudoso origen y con el tema de las falsificaciones la gente anda con más cuidado sabiendo lo que paso años atrás con algunos casos. Siendo aquí las cosas más limpias, prefieren darse el viaje y así es como se van de cargaditos para aprovechar lo más posible. He llegado a contar más de 10 cajas una sola persona, y sabiendo que en cada una van doce botes. Hagan cuentas.

Creo que debiera existir una forma en la que se controle mejor todo este trasiego de mercancía pero de momento hay libertad para ello, que no consuela a nadie. Mientras tanto la imagen se seguirá repitiendo.

Hong Kong sur

En ocasiones les he contado acerca del sur de la isla de Hong Kong, aunque creo que permanece como un sitio poco explorado y con tan sólo unos pocos puntos de interés como pueden ser Stanley o Aberdeen. No muy lejos de este último, nos encontramos como la zona de Ap Lei Chau, el cual es un pequeño islote que hasta hace poco era desconocido para mi. Tan sólo había escuchado su nombre o de haberlo visto escrito bien el periódico o en algunas rutas de guagua.


Ver mapa más grande

Como se ve en el mapa, su tamaño es bastante chiquito pero un espacio bastante aprovechado como se suele dar aquí. Bastante bloque de edificios que se concentran en él pero un lugar alejado del ruido y que me pareció tranquilo para vivir, y para nada mal comunicado. El estrecho de agua que separa Aberdeen de Ap Lei Chau está repleto de barquitos de pesca, una de las actividades principales en esta zona de Hong Kong aunque ha ido decreciendo poco a poco.

Tiene un paseo muy agradable a lo largo de la costa, además, cuenta con una zona para hacer ejercicios y un trazado de 400 metros con ligera pendiente para que la gente pueda correr. Un sitio perfecto también para que tenga lugar una carrera de dragon boat, motivo por el que estaba allí y qué mejor forma para conocer un nuevo sitio de la ciudad.


 

Allí estuvimos prácticamente todo el día, descansando entre carrera y carrera en la caseta resguardándonos del intenso sol. Una carrera fuera de temporada pero una buena práctica y ver que los resultados acompañaron alcanzando una de las finales, teniendo en cuenta que estaban los mejores entre los equipos de pescadores; les plantamos cara hasta el final. Ni que decir que al día siguiente el cuerpo estaba de molido. Qué mala es la falta de ejercicio y lo desagradecido que es el cuerpo a nada que uno deja de hacer deporte, jeje.

Parecía que el día quería acabar más temprano que de costumbre, pero tan sólo era un amago con algunas nubes. Cogiendo la ruta de la guagua nº 90 que me dejaría de vuelta en la estación de Hong Kong mientras cruzaba el puente que une a la isla.

Dejando atrás el pequeño lugar y con buen sabor de boca. Nunca mejor dicho, porque en la panadería local los bollos que compré estaban súper buenos, tanto que repetí comprando algunos antes de marcharme.