Refrescante

No será la primera vez que les nombre un sitio muy refrescante en los Nuevos Territorios. Las cataratas de Ng Tung Chai son el sitio perfecto para estar en un entorno privilegiado dentro del parque de Tai Mo Shan a las afueras de Tai Po.

A pesar de la dureza de algunos tramos en la ruta, la excursión merece mucho la pena. Justamente cuando fui el fin de semana pasado me encontré bastante gente subiendo y eso que hacía un calor importante, por suerte el tramo a través del bosque se agradece pero el factor humedad si que no te lo quita nadie.

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A medida que vamos subiendo nos encontraremos con distintas secciones de las cataratas: baja, media, alta y la del final (por decirlo de alguna forma). En las dos primeras tenemos que salirnos un poco de la ruta bajando unos metros para acceder a ellas. Sin embargo, cuando llegamos a la principal tenemos que «atravesarla» casi y nos regala una vista magnífica del agua cayendo. Momento refrescante donde los haya y poder afrontar el último tramo de subida a través de la zona de piedras que se nos viene.

refrescante

Quedarnos un rato contemplando cómo cae el agua y el bonito efecto de los rayos del sol atravesando las gotitas de agua en suspensión. En ese momento estaba completamente solo, pero seguro que no tardaría en animarse con los grupos que había pasado algo más abajo.

catarata grande

Pasado lo más gordo, el último tramo que discurre entre rocas de cierto tamaño nos permite experimentar otro tipo de subida. Rodeados de vegetación muy diversa, incluso alguna platanera. Por si no lo había dicho antes, nos encontramos casi a 500 metros de altura.

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Ya podemos respirar tranquilos tras divisar el último tramo de catarata, el camino se relaja un poco y empieza a llanear hasta llegar a un cruce. Dos opciones: seguir subiendo un poco más en dirección a Tai Mo Shan o bien coger el camino alternativo de vuelta a la carretera principal. Nos vamos montaña abajo para darle caña a las piernas.

último trozo

Una excursión hecha con calma que nos llevaría sus 2-3 horitas y también se tercia para un picnic cerca de alguna de las cataratas. Consejo: sean previsores con el tiempo antes de salir de casa para que no les pille desprevenidos con una tormenta o bien con el sol intenso; sobre todo algo que no debe faltar es agua en abundancia y también algo de comida. De resto, a disfrutar con el trayecto.

Y antes de despedirme quería aprovechar para presentarles una web que se ha puesto en funcionamiento desde hace bien poquito: HK Outdoor Adventures. Un espacio que pretende ser un punto de encuentro para conocer los rincones más recónditos del territorio de Hong Kong; en un fin de semana se pueden montar excursiones muy chulas y es Iurgi quien nos trae de la mano de esta web. Espero se pasen a darle un vistazo.

¡Buen fin de semana a todos!

Paseo por el lago

Nada mejor que empezar el día con un paseo por el lago antes de ir a desayunar. No hay excusa que valga para salir a recorrer el caminito que empieza a pocos metros de nuestro hotel y va bordeando el lago hasta meterse más adentro en parte del bosque. Con un poco de brisa y los rayos del sol que van calentando lo que sería otro día caluroso y de cielo espectacular.

paseo por el lago
Las montañas

Con las montañas de testigo al fondo atravesando campos verdes. Mirar a un lado teniendo el lago cerquita y justo en el opuesto las montañas casi a tiro de piedra. Un muy bien sitio para los amantes de la naturaleza bien sea para correr, bicicleta, montañismo o remo.

prados verdes

De la abundante vegetación podemos destacar desde los omnipresentes olivos, pasando por otros arbustos de diverso tamaño o bien hierbajos bastante creciditos. Me imagino que de vez en cuando les den una buena poda porque seguro que con el tiempo empiezan a adueñarse del camino, jeje; aunque justamente esta sección tenía anchura considerable.

siguiendo la senda
El bosque

Mucha tranquilidad en lo que atravesamos el bosque, tan sólo el clásico zumbido de algunos insectos que suelen ser bien madrugadores. No somos los únicos que han decidido disfrutar de la naturaleza de buena mañana. Nos cruzamos con varias personas que vienen casi de terminar su salida a correr (yo haría lo propio al día siguiente).

atravesando el bosque

un día de calor

Realmente imponente esta montaña, el pico más alto de la zona. Si no me equivoco, se trata del monte Legnone. Y la verdad que invitaba a poder hacer una rutita hasta la cima, quizás en otra ocasión.

caballos en el campo

El lago proseguía hacia la izquierda pero justo en un lateral había este riachuelo que se adentraba hasta que poco a poco iba perdiendo anchura por lo que pude ver en el mapa. En paralelo seguía el caminito-carril bici para continuar hasta la siguiente población con unos cuantos kilómetros por delante pero totalmente en llano. Seguro que cuando bajan las temperaturas y en época otoñal el paisaje tiene que verse muy bonito.

riachuelo

Volviendo sobre nuestros pasos en nuestro camino de vuelta al hotel. Como había puesto la aplicación del móvil registrando nuestro paseo, salió que habíamos hecho unos 6 kilómetros que no está nada mal.

de vuelta al hotel

Lo bueno de haber estado en un lugar así es evadirte durante unos días. No obstante, dando un paseo hacia el pueblo había un par de restaurantes y gelaterías que disfrutamos durante esos días. De esta forma, no teníamos que coger el coche necesariamente para ir a comer algo y eso se agradece.

Como en casa

Como les adelantaba en el último post pasaríamos nuestra primera noche en un hotel que nos hizo sentir como en casa, a la vieja usanza como cuando uno visita la casa de los abuelos y siente como si el tiempo no hubiese pasado. Situado a menos de diez minutos del núcleo urbano de la localidad de Blevio y con unas vistas estupendas al lago Como desde el balcón de nuestra habitación.

Aquí nada de ascensores, escalerita y hasta el segundo piso. Piedra de la buena y pasador en madera, además la temperatura era bastante fresquita en comparación con el calor que hacía en la calle en ese momento. La única pega sería que la habitación sólo contaba con ventilador, pero la verdad que dormimos bastante bien y dejando una rendija del balcón abierta. De noche, menos ruidos que de día y es que la carretera provincial pasaba justo por la puerta principal del hostal.

como en casa

En la habitación al otro lado del pasillo de donde se encontraba el comedor, muy bien aprovechado el espacio para una tiendita en la que poder encontrar desde toallas o paños o utensilios de cocina o bien elementos decorativos para nuestra casa.

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Al día siguiente tras un buen descanso, momento de recargar las pilas con el desayuno para luego salir en dirección a Menaggio. Siguiendo por la carretera que iba bordeando el lago a medida que cogíamos altura y cruzando la masa verde del bosque.

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No pude evitar el pararme un rato delante de este marco que contenía el certificado original de cuando el abuelo de la dueña actual registraba el establecimiento dando así comienzo su actividad como alojamiento. Mucho ha llovido desde el año 1920, de ahí el nombre Albergo Milano 1920.

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Algunos de los elementos presentes en el comedor que le dan ese aire clásico y tan especial a este hotel. Sobre todo esta máquina de escribir o una báscula.

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En la barra del bar tampoco faltaban detalles y uno se podía imaginar cómo serían esas tardes de verano de hace muchos años en los que la gente de pie disfrutaba del ritual del café o quizás un aperitivo.

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Las recomendaciones que habíamos leido sobre este sitio fueron más que acertadas y no podíamos haber estado más contentos a pesar de una estancia un tanto breve. El trato de María fue súper bueno y nos hizo sentir como en casa con su hospitalidad. No duden en alojarse si tienen ocasión si es que un día pasan por la zona.

El viaje no había hecho más que comenzar, aún teníamos unos días más para seguir disfrutando del lago Como y sus parajes. ¡Vamos allá!

Escapada veraniega

Para que este viernes no sea tan solitario, a modo de aperitivo aquí va una pequeña introducción de lo que ha dio de sí la escapada veraniega de las últimas dos semanas que nos llevó hasta Italia.

El punto de comienzo era Milán, después de haber hecho escala en Doha, y seguidamente dirigirnos en dirección norte hacia los alrededores del lago Como para pasar nuestra primera noche en un hostal rústico con muy buenas vistas desde nuestro balcón.

escapada veraniega

Entre que llegamos al aeropuerto, luego nos tocó esperar un rato hasta recoger el coche y casi una horita de camino hasta el pueblo, se nos habían hecho como las 5 y pico de la tarde pero con eso que los días en verano hay más horas de sol aún tuvimos tiempo para disfrutar cómo se iba poniendo el sol.

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Como no teníamos ganas de andar cogiendo el coche para buscar un sitio para cenar, habíamos dado con un restaurante cercano al que podíamos llegar dando un paseito. La dueña del hostal tuvo el detalle de dar una llamada y nos habían reservado una mesa por si las moscas; no pudo estar más acertada porque justo esa noche al ser 4 de julio el restaurante organizaba un buffet para luego poder ver los fuegos artificiales que empezaban a eso de las 11 de la noche al otro lado del lago desde el hotel Villa d’Este.

Entre un vino y otro, acompañado de algunos entrantes y luego pasta. Más tarde vendría la música en directo para ir animando el ambiente; empezaba a soplar un poco de brisa y las últimas luces del día iban dejando paso a la noche.

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Tras un comienzo de viaje ajetreado con la escala y luego el viaje por carretera, aunque no demasiado largo, una noche tranquilita para reponer fuerzas y al día siguiente seguir con nuestro itinerario perfilando el lago más hacia el norte. El viaje recién empezaba y teníamos por delante 10 días yendo de norte a sur. Dentro de poquito, más crónica del viaje 🙂

¡Buen fin de semana a todos!