Toque dulce

Seguro que este post le alegra la vista a más de alguno/a 🙂 Para empezar la semana con buen sabor, vengo cargadito de dulces: chocolates, caramelos, galletas… entre otros. Otra de las tradiciones durante las celebraciones del Nuevo Año Chino es regalar todas estas delicias, y para la ocasión suelen poner algunos puestos dentro del centro comercial donde está el supermercado, para promocionar los productos y claro es inevitable que uno caiga en la tentación.

Aprovechando que mañana iremos a casa de los padres de mi novia, llevaré de mi parte un par de latitas de galletas belgas y otras como de barquillo. La verdad que tienen muy buena pinta y con lo que le gustan al padre las cosas dulces, seguro que las disfruta. Por nuestra parte, nos hemos quedado una lata para nosotros, aunque me da que me terminaré la caja solito porque mi novia para lo dulce como que no le hace del todo tilín, mejor para mi 😀

La verdad que a uno se le hacía difícil elegir con tanta variedad:


También hay cabida para trufas, chocolates belgas… para poner los dientes largos 😛




En casa hemos puesto un platito con algunas monedas y sombreritos de chocolate, para darle un toque colorido y también ambientarnos en el Nuevo Año


Es muy curiosa la forma de este sombrero de «oro». Elemento decorativo que no falta en estas fiestas.


¿Qué les parece lo de regalar galletas, chocolates y otros dulces? seguro que los más pequeños se ponen morados, y bueno, los no tan pequeños. Cualquier cosa es buena para regalar en estas fechas tan señaladas y acompañados de algún toque rojo o dorado, eso sí que no falta.

Crujientito

Dentro de la cocina cantonesa, tenemos la especialidad de carnes a la barbacoa, principalmente usando el cerdo o también el pato. Uno de los platos que más me gusta y del que hablo a continuación, es el BBQ crispy pork o cerdo crujiente a la barbacoa.

Es bastante habitual encontrarlo en restaurantes de barbacoa, bastante populares y que llaman bastante la atención cuando pasamos por delante de ellos, digamos que tienen como un «escaparate» con algunas de las carnes que se ofrecen. Estos tienen también tienen otras variantes como la que vemos en el cartel con miel, algo más dulce pero de sabor no tan crujiente y no tan tierno en textura.


Este es el plato una vez listo para comer, troceadito con un poquito de arroz junto con unas verduritas. Suele vernir acompañado de una salsita ligeramente dulce para mojar los trozos de carne. Aunque en otras ocasiones, es un poco de mostaza que le da un toque interesante, basta con mojar ligeramente sin llegar a sopetear demasiado en la salsa.


Aunque esta vez que lo comi venía en plan menú junto con sus bebida correspondientes, si vamos a algunos restaurantes, este plato sirve también a modo de aperitivo.

A ver si en próximas entradas hablo un poco más sobre otros platos tipo barbacoa de la cocina cantonesa, que tiene su variedad.

De esos lugares

Seguro que muchas veces después de estar tiempo caminando, llegado el momento de querer comer algo, nos entra el dilema a la hora de elegir el sitio, no? Y que los lugares que nos encontramos más cerca, no «nos llaman» lo necesario para entrar porque el cuerpo nos pide probar cosas nuevas.

Después de un día movidito visitando la ciudad, era hora de reponer fuerzas con digamos, un almuerzo tardío 🙂 Fue entonces cuando dimos con el sitio siguiente, de aspecto bastante familiar y sencillo, que nos animamos a probar. Fuera zapatos y a sentarse en el cojincito, a ver lo que aguantaba con los pies recogidos por eso de la falta de costumbre.


Después de un rato de repasar el menú e intuir por las fotos, porque en esta ocasión el inglés no estaba presente. Nos decidimos por un plato con trocitos de cerdo y bien acompañado con kimchi, además de unas hojas de lechuga y poder hacer los correspondientes enrolladitos.

Ojito con lo rojo del fondo, que tenía cierto parecido a unos calamares (creo recordar) pero no veas lo rabioso que era. La sensación de ardor en los labios tardó un rato en desaparecer, a base de un par de vasitos de agua fresquita que se agradecieron. Seguro que viéndome en un espejo, parecererían unas bembas auténticas, como las que les ponen a los dibujos animados, exagerado, pero no por ello dejamos de comer, aunque no llegamos a terminarlo todo, ufff.


En esta foto un poco más de cerca, los platos de acompañamiento que en la cocina coreana se presta a bastante, entre los que tenemos: brotes de soja, chili verde y una salsita que tenía cierto parecido con la boloñesa (yo mojé el rollito ahí sin más, y rico que estaba)


Conclusión: El sitio nos dejó una sensación muy agradable, el haber probado algo auténtico, de esos lugares que uno descubre por casualidad y le dan un toque especial a nuestros viajes. Sin duda, repetiríamos el sitio sin dudarlo, a pesar de lo picante que fue de lo más fuerte que probamos en el viaje con diferencia.

¿Alguien se atreve a probar? Espero que no se me echen para atrás por el picante 😀

Snack time

Paseando por la zona de Insadong, lugar conocido por cantidad de tiendecitas de souvenirs y centros de arte, nos llamó la atención cómo elaboraban el snack que les muestro a continuación. Tenían con dos ingredientes, pero nosotros al final nos decidimos por el segundo de ellos y compramos una bolsita para llevar de vuelta a Hong Kong. Aunque lo he comido, digamos a palo seco, pues conjuntaría bastante bien con una de nuestras comidas diarias.
Por más que he intentado mirar, no he dado con el nombre en coreano. Si se fijan hay una web www.koreasnack.com, pero no tiene versión en inglés y no puedo traducirla con Google Translate.

Según la pinta que tiene, ¿es dulce o salado? a ver si nuestro amigo de Paella de Kimchi o Manolo, me echan una mano para conocer el nombre de este snack, ahora nos quedamos todos con la intriga.

Update: Pues es un snack dulce, y como decía nuestro amigo uvepece, es como de cereal inflado, mezclado con trocitos de pistacho y caramelo. De apariencia algo compacta, pero crujiente. Aún me queda algo por casa, habrá que hincarle el diente en los desayunos 🙂