Correr en Tokio

Parece mentira que hayan pasado ya casi 5 años desde la última vez que estuvimos por Tokio, de cuando Alberto estaba con su máster. Los que me vengan siguiendo de cerca durante los últimos años, me he aficionado a correr y he aprovechado para participar en algunas carreras tanto en carretera como en montaña.

Algo que empezó como un simple reto de cara al año 2103 y que le he seguido dando continuidad a la par que he ido alternando con las temporadas de dragonboat. Las medias maratones han sido digamos mi punto fuerte, aunque tampoco han faltado otras distancias de cara a cuando preparamos el Oxfam Trailwalker de hace unos pocos meses.

Finalmente, le toca el turno a mi primera maratón y será todo un honor correr en Tokio. Una ciudad que digamos conozco bien, aunque parece que el tiempo siempre parece escaso y también es una buena excusa para regresar a redescubrirla. Pasar corriendo por algunas de sus calles principales y vivir el ambientillo de ese día, seguro que va a ser algo muy especial.

correr en tokio

Hoy estamos volando para tener unos días con tranquilidad y también recoger el dorsal de la carrera en la Expo de la maratón. Alguna carrerita suave quizás y de resto descansar y estar preparado para la carrera.

No faltará la buena comida y hacer carga de hidratos en los días previos. Seguro que un buen bol de ramen ayuda, entre otras cosas 🙂

Nos leemos a la vuelta, y mientras tanto estaré al hilo a través de las redes sociales.

Mi mejor media maratón

Después de haber participado por primera vez en el año 2015 en la carrera «China Coast Marathon» y habiéndome puesto como objetivo participar de nuevo, aquí estamos en la edición del año 2016 (un domingo 31 de enero) y hacer una mejor media maratón. La rutina volvía a repetirse: despertar temprano para ponerse las pilas con el desayuno, prepararse e ir hasta Tai Po para coger la guagua que nos llevaría hasta Pak Tam Chung que es donde empezaba la carrera.

Los días más largos de otoño-invierno haciendo que la primera luz del día empezase pasadas las 7 de la mañana. Dorsal ya recogido y listo para dejar mi maleta en la bolsa para dar a los voluntarios que se encargarían de organizarlas.

mi mejor media maraton

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El nivel de actividad iba en aumento a medida que iban llegando más corredores y por la megafonía iban anunciando las zonas para recoger el dorsal, además de cuánto tiempo faltaba para el inicio de la carrera. Lo normal en los preparativos previos es que la gente aproveche para ir al baño con las consiguientes colas. Algunos ya empezaban a calentar, y es que el tiempo estaba fresquito además se preveía que hubiese algo de viento en la parte alta al paso de la presa.

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Faltando poco más de de media hora para el comienzo y en las cercanías de la línea de salida tras un calentamiento previo. Mejor ir cogiendo algo de sitio que sino luego con todo el mogollón se hace un poco más difícil avanzar posiciones para posicionarse bien cogiendo un buen ritmo.

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Por la megafonía anunciaban que serían casi 3000 corredores los que estarían participando entre las modalidades de media maratón y maratón completa. Algunas caras conocidas de unos amigos del equipo de dragonboat, deseándonos suerte para la carrera. Pasaban los minutos y la gente se iban agrupando un poquito más, el comienzo estaba próximo y ahora sólo quedaba ajustarse los tenis y poner nuestro reloj / móvil en marcha para hacer el seguimiento de la carrera. Un minuto y la cuenta atrás 10, 9, 8… y ¡arranca la carrera!

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Sabiendo que nos espera una primera rampa de subida, hay que ser conservador sin apurar mucho en los primeros kilómetros. Reconozco que el año pasado me costó un poco en el tramo final pero esta vez con el recorrido ya en mente y conociéndolo bastante bien de cuando estuvimos entrenando para el Trailwalker, no habría dificultad. Ahora sólo quedaba que las piernas respondiesen bien al recorrido un tanto ondulante y mantener un buen ritmo. Lo más importante: disfrutar de la carrera y escuchar a mi cuerpo.

El factor viento a la hora de afrontar las subidas si que se notó un poco pero tan sólo algunas ráfagas y de igual forma cuando nos tocó dar la vuelta al recorrido en los tramos de bajada, había que tener cuidado para no ir demasiado rápido animados por el empuje del viento. En todo momento me encontré bastante cómodo y las piernas no se quejaron, sabiendo el trechito que me quedaba poco antes del final y luego encarar la parte final de la carrera. Miraba el reloj de vez en cuando y estaba yendo más rápido, me daba confianza y sabía que podía apretar un poco para mejorar mie tiempo. Últimos metros y haciendo el sprint final, yeah! había conseguido mejorar mi tiempo con creces pero aún tendría que esperar a ver el tiempo oficial. Finalmente la marca sería de1h45m44s, bajando mi tiempo en casi 13 minutos respecto al año pasado. Qué gran sensación desde luego, mi mejor media maratón hasta la fecha.

Tras finalizar ir a la zona para recoger la camiseta-souvenir, plátano, magdalena y bebida isotónica. No olvidarme de hacer unos estiramientos mientras estaba aún en caliente y luego devorar la comida. Recoger mi bolsa y ponerme una camiseta fresquita junto con el suéter; listo para coger la guagua de vuelta que nos llevaría hasta la parada de tren «Universidad». Ya en el tren de regreso a casa, y con la mente puesta en un buen almuerzo para recuperar las energías.

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Muy contento por cómo se había dado la carrera y cumplido el objetivo de mejorar mi tiempo. Además, esta carrera me ha venido muy bien como preparación de cara a la maratón de Tokio que estaré corriendo el próximo domingo 28. Ya no queda nadita, y ultimando los entrenamientos estos últimos días esperando tener las piernas listas para el gran día.

Primera carrera

Apenas había comenzado el año y me proponía empezar con buen pie para no perder la costumbre de correr, aunque esta vez con la desventaja de haber hecho un parón navideño en la rutina habitual de salidas pero confiaba con que retomando la semana antes de la primera carrera de 2016 lo haría sin problemas. Me enteré de la existencia de «The Green Race» en lo que buscaba el calendario de carreras y me llamó la atención por su recorrido que pintaba bastante bien. Tenían dos variantes de 10 y 15kms, siendo esta última a la que me apunté.

La noche antes como es habitual, dejar las cosas preparaditas para la carrera aunque no iría muy cargado porque al tratarse de una distancia ni muy larga ni muy corta podría correr más ligero además que las previsiones del tiempo apuntaba que haría algo de fresquito y nublado pero eso luego cuando empieza a correr arranca a sudar si o si. Botellita de agua en mano y un gel por si acaso.

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La carrera daba comienzo desde Braemar Hill que queda en la zona alta de North Point y desde allí ascendía un poco para luego ir llaneando en zig-zag entre la montaña para luego emprender el descenso hacia la presa de Tai Tam, empezar el ascenso hacia Park View y la subida final hacia Mount Butler para terminar en el mismo lugar donde empezamos. A las 8 de la mañana se daba el pistoletazo de salida, vamos allá!

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En los metros finales haciendo un poco de sprint para arañar un poco el crono pero no estuvo nada mal hacer 1h47m y sobre todo disfrutando mucho de las vistas a lo largo del recorrido a pesar de tener algunas nubes. Para ser la primera edición de esta carrera, no se me dio nada mal pero seguro que con el tiempo pueden ir puliendo algunos detallitos de organización.

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¿Qué tal fueron las sensaciones durante la carrera? La verdad que me encontré bastante bien e intenté ir siempre a mi ritmo sin dejarme llevar por la emoción o salir persiguiendo a otros corredores para pillarles el ritmo que seguro luego me podría pasar factura.

A priori parecía un recorrido fácil por las zonas llanas y de bajada pero había que reservar fuerzas para los tramos de subida, y ahí creo que fue donde más sufrí pero no justamente durante la carrera sino en el día después por las agujetas que tuve en uno de los gemelos; fue cuestión de un par de días y como luego nuevo.

Oxfam Trailwalker 2015

Creo que no sé por dónde empezar, aunque lo mejor será como todo yendo desde el principio. El gran día para el Oxfam Trailwalker 2015 había llegado. Atrás quedaban 4 meses de preparación con los chicos, tanto a nivel de equipo como a nivel individual. ¿Nervios? Para qué engañarnos.. Pues algo si, pero eramos conscientes de lo que teníamos por delante. Cien kilómetros que nos llevarían desde Sai Kung hasta las afueras de Yuen Long al campamento Po Leung Kuk en Tai Tong. Cruzando monte, playas, asfalto, senderos de roca y muchos escalones.

Con el tiempo suficiente para registrarnos, recoger nuestros dorsales y brazaletes para controlar nuestro tiempo en cada punto de control. Ya sólo quedaba calentar un poco, ver que todo estaba en orden y meternos en el grupo para no salir rezagados. Se notaba que había ganas de salir cuando por la megafonía anunciaban: «15 minutos para la salida». Sonidos de aplausos y vocerío del resto de participantes dispuestos a empezar.

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Aquí metidos en el mogollón a falta de unos instantes para que se inicie la última tanda de equipos a las 2 de la tarde. Empezamos la cuenta atrás de los diez últimos segundos y se empieza a estirar el grupo a medida que la carretera va ascendiendo ligeramente hacia la zona de la presa. Tenemos suerte que el tiempo acompaña y estaba un poco nublado, porque de la vez anterior mira que sudamos.

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Los primeros kilómetros que sirven a modo de calentamiento hay que tomárselos con calma. A pesar de que esos diez kilómetros de asfalto hasta empezar lo que es sendero se puedan hacer un poco largos, vamos alternando un poco de trote suave en las zonas llanas y tramos de bajada. Poco a poco nos vamos acercando al final de la presa y empieza la parte buena de la carrera: la montaña, y seguidamente bajaremos a la primera de las playas por la que pasaremos.

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Las secciones 1-2 no entrañan mucha dificultad pero es a partir del tercer tramo cuando se vienen algunas subidas con zonas rocosas un tanto técnicas. A eso de las 6 de la tarde ya se ha hecho de noche y toca hacer uso de las linternas, vamos pasando varios grupos como buenamente podemos hasta llegar al punto de control nº3 en la que nos esperan algunos amigos para darnos algo de material que les habíamos dado el día previo. Primero el registro y luego a la zona habilitada, no hay tiempo que perder. Rellenar el tanque y comer algo, entre cinco y diez minutos que se aprovechan al máximo. Ya llevamos 35 kilómetros pero vamos con buena motivación y eso cuenta mucho, más aún a la hora de encarar la subida hacia Ma On Shan.

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Recién habíamos coronado Tai Mo Shan, y era todo un alivio saber que tras pasar las cimas de «Needle Hill» y «Grassy Hill», se terminaban los ascensos y la parte más dura de la carrera había pasado. La noche no se hizo tan larga como me había imaginado (algo a lo que le había estado dando vueltas los días previos) y con las primera luces del día estábamos de camino por la zona de grandes rocas en la sección 7 tras haber pasado un punto de control previo y habiendo recargado las pilas con un poco de cafecito caliente que entró de maravilla.

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Yendo cuesta abajo todo bien, y con nuestro amigo Jon que se unió para los dos últimos tramos que nos animó con musiquita además de más conversación. Unas secciones aparentemente fáciles pero que también requerían de fortaleza mental para afrontar esos últimos 22 kilómetros, ya casi estaba hecho pero no había que cantar victoria.

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¡Qué felicidad el haber llegado a la meta! y es que los kilómetros finales se ha hecho un poco cuesta arriba, todos estábamos con ganas de terminar porque las fuerzas ya iban fallando. Cada uno sabía por dónde estaba pasando, ser fuertes de moral y seguir tirando hasta el final. Sobre todo Juergen se merece un gran elogio por haber peleado con una de sus rodillas durante casi toda la carrera; entre todos nos hemos apoyado y no distanciarnos demasiado, conversando de lo que sea para mantener la mente distraida y eso no veas lo que ayudaba.

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Nuestro objetivo inicial eran 24 horas, incluso vimos factible el poder ir hacia las 22 horas pero como decía antes en el tramos final con las fuerzas algo justas se alargó un poco más de lo que nos hubiese gustado. No obstante, un tiempo total de 22horas 53 minutos es algo que firmamos con mucha alegría. Lo habíamos conseguido y sobre todo mantener la sonrisa hasta el final. Un sentimiento de satisfacción enorme y hasta alguna lagrimita también se me escapó. ¡Tremenda la experiencia Oxfam Trailwalker 2015! y sobre todo gracias a mis compañeros Ricky, Pete y Juergen por haberlo hecho posible, ¡juntos hasta el final!