En una de las rutas que he probado para correr por los alrededores de casa, puesto que es bueno romper con la monotonía de siempre la misma ruta e ir haciendo variantes. Esta en cuestión va en dirección hacia el sur, concretamente en dirección hacia Tai Wo que es la localidad más cercana a donde vivo yo. Y en este tiempo que llevo viviendo por la zona, esta ruta ha ido mejorando bastante ya que se han puesto las pilas con un carril-bici que va a quedar la mar de bien.
En lo que respecta a correr, se puede hacer sin mayor problema puesto que hay una acera habilitada para ello o sino seguir el sentido del carril de las bicis y sin molestar, es lo suficiente ancho para que no haya problemas y siempre estar al loro por si viene alguien para adelantar. Poquita sombra en algunos tramos y cuando pega el sol como estos días se hace algo más duro, pero es reconfortante porque el paisaje que uno se va encontrando bien merece la pena, incluso uno se puede llegar a encontrar algunas joyitas escondidas.
Pasados unos kilómetros y adentrándome en las cercanías de Tai Wo, decido desviarme un poco de la ruta principal mientras cruzo un canal de agua y con una zona ajardinada muy chula. Cantidad de banquitos, algunas máquinas para hacer estiramientos, baño público.. y de repente como si saliese de la nada esta pequeña casita que parecía como rescatada de alguna novela histórica. En un paraje verde, silencioso y sólo se escuchaba un ligero zumbido del pasar de los coches en la autopista que discurre unos cuantos metros más hacia el norte. Muy interesante el descubrimiento, las preguntas me asaltan.. ¿ustedes qué pensarían al ver una casita como esta? la única sobreviviente en el entorno rodeado de plantas y que ha sobrevivido y testigo de la evolución de la zona.
No será la última vez que pase por allí porque me agradó mucho, seguro que puedo descubrir algún que otro tesoro escondido que tanga la zona. Mantendré los ojos bien atentos mientras disfruto del espacio verde y la tranquilidad del campo.