Cómo va…

Y bueno, se preguntarán qué tal le va la cosa al chicharrero por Madrid. La verdad que con poco tiempo para mucho, entre el curso por la mañana-tarde y luego reencuentros con la gente como Alberto o mis amigas Llanos y María con las que trabajé el año pasado en la ofcome de Hong Kong.
Ya estamos en el ecuador del curso y se está llevando bastante bien, aprendiendo cosas nuevas que me serán útiles y también repasando otras que siempre viene bien 🙂 El trato con los compañer@s de otras ofcomes de distintas partes del globo está siendo muy buena, además, que así uno le puede poner cara a la gente que uno a veces sólo ha tenido contacto por mail o teléfono.

Quedan algunas tardes más de estar por aquí, aunque una visita algo rápida pero que está valiendo mucho la pena. Ya me dice la gente que aproveche para comer cosas de la tierra, y así estoy haciendo, faltaría menos 😀


A su salud, rica tortillita y croquetas.

Intentaré seguir disfrutando de la capital y de la gente. El chicharrero sigue activo por los madriles 🙂

Cenando en Lamma

Una de las cosas que aún no había hecho desde mi llegada a Hong Kong era ir a visitar la isla de Lamma donde se puede comer marisco y bien de precio, sino que se lo pregunten a la gente de Shanghai que estuvieron por ahí.

En los muelles centrales de la isla de Hong Kong, se coge un ferry, servicio gratuito que pone uno de los restaurantes de la isla, el Rainbow. Se tarda como unos 30 minutos desde la isla de Hong Kong a Lamma. El mar no estaba muy movidito pero luego a la vuelta si que se notaba un poquito más de movimiento.

Una vez llegada a la isla, nos llevaron hasta uno de los restaurantes de la isla. Al que fuimos nosotros está en la parte este de la isla, también por la parte norte hay más restaurantes que se pueden llegar cogiendo otro ferry en los mismos muelles de Hong Kong o también desde nuevos territorios en Tsim Tsa Shui.

Como había cantidad de platos donde elegir, al final optamos por una opción más fácil e igual de acertada. Elegimos uno de los menús ya hechos donde se incluían varios platos y por un precio adecuado. Entre los platos del menú teníamos:

  • Calamares.
  • Langosta.
  • Arroz frito.
  • Vieira.
  • Verduras salteadas


Y de postre unas frutitas: melón y piña. La verdad que el menú para dos está muy completito y uno se queda muy a gusto. Así que, después de la cenita nos fuimos a dar un paseo para hacer tiempo hasta que saliera el ferry de vuelta para Hong Kong.

Había un caminito que iba bordeando la isla, no muy iluminado del todo pero suficiente. No había nadie por ningún lado, y si hubiera aparecido alguien de repente, creo que nos hubiéramos llevado un buen susto. Y es que daba un poco de cosilla con tanta oscuridad, sólo mirar la foto que me salió tan chula.