El haber tenido mi primera experiencia el año pasado y sentir buenas vibraciones, hizo que este año no quisiera dejar de participar en la edición 2014 de la maratón de la ciudad. Así que, levantarse a eso de las cinco y media para ir con tiempo, prepararse el desayuno con calma. Todo en la mochila, camiseta con dorsal puesto y rumbo a coger el metro. En mi estación empezaría a encontrarme algunos corredores más, se distinguían por la bolsa plástica que te dan para meter tus pertenencias y que luego las puedas recoger al terminar la carrera. Yo la llevaba dentro de la mochila y una vez tuviese todo listo iría a dejarla al furgón que tenía asignado.
El móvil conmigo junto con el soporte para llevar en el brazo, ir al baño a desalojar líquidos y hacer el calentamiento pertinente. Mucha más gente iba de un lado a otro, bien haciendo trote suave o haciendo estiramientos. Se respiraba ambiente de carrera, qué ganas de empezar!
Esta vez no cometí el fallo de quedarme demasiado atrás, así que me fui aproximando lo más que podía a la línea de salida. Aún quedaban quince minutos para el comienzo pero por la megafonía estaban animando el ambiente y mientras tanto hacíamos la ola con nuestras voces. Todos estábamos deseosos de ponernos en movimiento; una ligera brisa soplaba por la calle Nathan y es que el día de cielos grises también presagiaba que pudiese llover, pero finalmente se aguantaría. La cuenta atrás estaba al llegar y todos poníamos a punto nuestros relojes y/o móviles. 3,2,1… Piiiiii! Empezaba el trote suave y avanzando la masa mientras se escuchaba el sonido de las pisadas.
Por delante los 21 kilómetros hasta la llegada al parque Victoria. Teniendo en mente el tiempo anterior, mi idea era acercarme a las 2horas o si fuera posible bajarlas. En los primeros kilómetros fui cogiendo ritmo suave, adelantando cuando hacía falta y sabiendo que luego podría apretar algo más de cara al final según me viese de fuerzas.
El punto de retorno a la altura del km 6,5 es cuando se vuelve en dirección hacia el túnel de Kowloon Oeste que te permite soltar un poco poco las piernas en el tramo que tiene algo de bajada. Una vez dentro del túnel, que se hace más largo de lo que es, aflojé un poco y sabiendo la pequeña rampa con peralte justo a la salida. Llegados hasta la isla, sólo nos quedan 6 kilómetros por delante pero que tiene algunos sube-bajas interesantes.
En alguna ocasión comprobaba el reloj y viendo el tiempo me iba haciendo una idea de la hora de llegada estimada, creo que iba bastante bien aunque los últimos tres kilómetros si que se me hicieron un poco más pesados pero me centré para hacer el esfuerzo final.
Tiempo final: 1h55m19s. No podía estar más contento y es que había conseguido bajar en casi catorce minutos en relación a mi tiempo del año pasado. Los meses de entrenamiento habían dado sus frutos. Ahora a continuar con el buen hábito.