El pronóstico para el día era que iba a hacer bastante calor. Con el cielo azulito y despejado de buena mañana nos encontrábamos en Aberdeen para asistir al día grande del dragonboat: el festival de Tuen Ng que se celebró este pasado lunes. No era la primera vez que asistía ni mucho menos pero si que era la primera vez en esta carrera y siendo un sitio con tanta historia como es Aberdeen, lo hacía doblemente especial.
Ver todos los barcos pegaditos, las banderas al viento y ver cómo discurrían los carriles estando tan cerquita del muelle del paseo marítimo, una sensación indescriptible. Y a un lado se encontraba la tribuna en la que se sentaría el público y miembros del comité organizador junto con algunas personalidades para la posterior ceremonia al terminar el día, pero aún teníamos que arrancar.
Una vez asentados en nuestro barco junto con nuestro equipo anfitrión «Shum Woo» nos disponíamos a calentar un poco y mientras tanto observamos el paso de algunos botes que se preparaban para las primeras carreras del día. Las nuestras no tardarían y había que ir estando preparado. Tanto en el bote largo (50 personas) como en el bote estándar (22 personas) del equipo de chicos y mixto, siendo este último en el que teníamos las mayores aspiraciones puestas.
Como pocas veces podríamos ver a los largos botes de dragón tan cerca y más aún el honor que suponía para los miembros de nuestro equipo el participar en uno de ellos mediante invitación de nuestros anfitriones. Seguro que entraríamos en sintonía 🙂
Y vaya que si se dio bien el día que nos alzamos con el 1er puesto en la gran final mixta, 2º puesto en la final de plata para los chicos y 1er puesto en otra de las finales con el bote grande. Guau! menudo día para recordar!
Lo mejor de todo después del largo día de competición: la cena con todos los compañeros. Era el momento de la celebración y el hermanamiento con el otro equipo, todo eran risas y con las cervezas en mano brindando por los trofeos obtenidos. Ahora sólo nos queda pensar en este fin de semana que viene en Tsim Sha Tsui para redondear la temporada. ¡A por ello!