La ciudad revisitada

Aunque con algo de retraso pero finalmente llegaba la hora de que viese la luz el libro «City of Darkness – Revisited«, una versión mejorada del libro original que veía la luz unos cuantos años antes. Un libro que trata sobre la Ciudad amurallada de Kowloon y de cómo transcurría la vida en su interior. Historias cercanas y fotos que nos dan una idea lo que llegó a ser uno de los puntos más densamente poblados del globo hasta su demolición en el año 1996.

Ayer por la tarde era la presentación y también la ocasión para recoger el ejemplar, tenía muchas ganas de tenerlo en mis manos. Además de poder contemplar a gran tamaño una selección de fotos incluidas en el libro. Los autores Greg Girard e Ian Lambot han hecho una gran labor de investigación, un trabajo minucioso para juntar todas esas historias en torno a un lugar que ha despertado un interés especial con el paso de los años.

A eso de las 7 de la tarde daba comienzo el evento y cuando llegué algo de gente empezaba a entrar. Empecé dando una vuelta por la sala viendo las fotos. Había algunos corrillos de gente que charlaban mientras otros tomaban un refrigerio que nos obsequiaron junto con algún canapé. La casualidad que cuando fui a recoger el libro, coincidí con una señora y entablamos conversación en torno al libro. Curiosamente ella tuvo ocasión de visitar la ciudad en el año 1968 y decía que aún recuerda el laberinto de calles que se mostraban en algunas de las fotos. Fue una charla agradable y el conocer cómo había llegado a Hong Kong por primera vez; resulta que el libro era un regalo de cumpleaños que su hijo le había hecho, se pueden imaginar la ilusión que le hacía poder tenerlo y más sabiendo que ella pudo vivirlo más de cerca.

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Con el libro ya en casa y con ganas de ir disfrutándolo poco a poco porque hay contenido con fotos e historias para rato.

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Me alegra el haber contribuido junto con el resto de colaboradores en la plataforma de Kickstarter para que se pudiera llevar a cabo la reimpresión de este libro.

Cuando me haya puesto un poco más en detalle con el libro podré compartir mejor las impresiones con todos.

¿Se imaginan haber podido visitar el lugar? Ahora gracias al libro es casi como haberlo presenciado, un legado que permanecerá por muchos años y seguro seguirá levantando.

Callejero

Hace no mucho publicaba una foto en mi Instagram y diría que es una de las que más ha gustado en lo que va de año. Aunque no me dejo llevar mucho por los números, si que recuerdo otra foto que saqué en la zona de Sham Shui Po y que también gustó bastante, curiosamente también tenía parte de un mercadillo de por medio.

Respecto a la que nos ocupa, está sacada en uno de los pasos elevados que conectan la zona de Prince Edward y Mongkok. Desde lo alto la visión de las cosas nos da cierto privilegio y más en las escenas en las cuales son protagonistas los mercados de la calle.

Hay algo en el ambiente que nos llama, y más cuando empieza a anochecer. Muchos de los puestos después de llevar todo el día abiertos como son los de frutas, verduras o cárnicos se disponen a recoger pero en cambio otros son los que inician su particular actividad algo más intensa como son aquellos que venden utensilios, ropa o incluso juguetes. Este mercado poco se parece al conocido de Ladies Market, que es de los más turísticos; para mi gusto, éste tiene mucho más encanto.

Son un reclamo importante para los turistas, una inmersión en la actividad diaria y donde la mezcla de colores, olores y la gente hace de todo una experiencia que bien define el ritmo de la ciudad. Uno de los mejores sitios en los que practicar fotografía callejera donde captar los rostros en sus momentos cotidianos, asignatura que a veces no resulta tan fácil como uno quisiera. Éste sería un sitio que a Quicoto o Dani les encantaría. Anda que no sería genial poder hacer un photowalk con ellos por la zona 🙂

Techados

Un escenario visto a los ojos desde lo alto de unas conocidas escaleras mecánicas, la actividad diaria transcurre unos metros más abajo. ¿Qué creen que se oculta?

Techos de metal y lonas de color verde, protegen de la lluvia y el sol intenso, crean un ambiente más familiar por debajo.

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Seguro muchos lo adivinarán rápido y más los que hayan estado de visita. Se habrán parado a sacar alguna foto, llama mucho la atención, es fotografía de la calle en estado puro.

De noche, mejor

Creo que no será la primera ni última vez que me vean decir, en Asia las ciudades de noche tienen otra vida y hasta diría que más vida aún, porque cuando muchos duermen, son otros los que comienzan la actividad. Es cuestión de adaptación y también el estilo de vida de cada uno. Hay sitios que es mejor visitar cuando ha caido la noche y en especial los mercadillos, como este del Shilin.

Las luces de neón ya nos anuncian algunos de los negocios de la zona, tales como: restaurantes, salones de peluquería, accesorios… pero aún hay mucho más que ver y está más adelante. Y tampoco nos olvidemos de lo conocida que es la comida callejera, donde a base de poquitos podemos ir saciándonos probando de esto y lo otro.


 

Los puestos están puerta con puerta y con zonas de mesas para servir la comida. A veces no sabes cuál es cuál, pero todo está muy bien organizado y bastante limpio. Al menos dentro se está fresquito y algo más cómodo que estar de pie comiendo en la calle mientras uno pasea, que también tiene su puntillo.

Los cocineros no pierden ni un segundo atendiendo los distintos pedidos de las mesas. Ya ven que tenemos bastante cosas donde elegir aunque por lo que nos dimos cuenta casi todos los puestos ofrecen lo mismo pero con algunas variantes. Quizás algunos estén más especializados en temas de pescado o marisco, en cambio otros son más de fideos, tortillas o pinchitos varios.


 

 

Cuando nos dirigíamos a la salida, me llamó la atención este panel que indicaba el número total de personas que había en el recinto actualmente y así como el número máximo permitido. El marcador no hacía más que oscilar mientras lo observaba durante algunos segundos, no hay tiempo que perder.

Ya de vuelta a la calle, continuamos el recorrido por algunos puestos más. Ni hace falta decir que la afluencia de gente es constante y sobre todo en aquellos que tienen cierta fama. En concreto, la segunda foto en la que vemos a la gente haciendo cola: sitio de pollo frito. Doy fe que era una porción bastante sustanciosa.

Tampoco podían faltar los puestos de frutas que resultan los más coloridos.

El ambiente que se respira en el mercadillo es muy intenso en lo que respecta a los olores y con mucha mezcla de gente, locales junto con turistas bien sean chinos o japoneses, aunque lo que son occidentales eran se podían contar más fácilmente. Es un lugar de visita obligada para descubrir una de las zonas populares de la ciudad de Taipei. Comprar recuerdos, ropa o incluso algún gadget y también disfrutar de comida a buenos precios.

Tal y como lo recordaba de la vez anterior, aunque se nota que ha habido un cambio a mejor. Sobre todo por el centro de comida, más resguardado del calor y cómodo pero sin perder la esencia de los puestos más de la calle que hacen su día a día, más bien, noche a noche.