Wan Chai y la historia

La zona de Wan Chai como la conocemos hoy en día dista mucho de lo que era hace muchos años atrás. Lo más significativo es cómo con el paso de los años el terreno ganado al mar ha ido modificando la línea de la costa. En este gráfico de la foto tenemos algunas fotos de la época que van desde 1890 hasta 1930 y las modificaciones que fue sufriendo en este periodo. He aprovechado para ampliar el mapita que se indica y que puedan apreciar el eje que conforma Queensway junto con el comienzo de Hennessy Road y la bifurcación de Queens Road East. Es en este punto y marcado por las vías del tranvía, donde a pocos metros rompían las olas del mar. De ahí en adelante y con sucesivas reclamaciones de terreno se han construido zonas como la que ocupa el recinto de ferias y congresos o el hotel Grand Hyatt entre otros en los alrededores.

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Como esta zona queda cerquita de la oficina, solemos ir a menudo a almorzar a algunos sitios. Hay mucha más variedad que debajo de la oficina, y podemos encontrara varios vietnamitas, japonenes o de cocina local hongkonesa. Es en el camino de vuelta cuando en un pequeño jardincito que terminaron de habilitar hace poco donde han puesto un mural con algunos datos significativos sobre la historia y la transformación que ha sufrido este distrito tan conocido de la ciudad.

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Es a principios de los años 80 cuando se empieza la construcción de algunos de los iconos de la actualidad. Edificios como el Hopewell Centre, el centro de congresos mencionado antes o el más reciente en tiempo, el Central Plaza.

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En los últimos años y con la presencia del Three Pacific Place junto con los bares y restaurantes de Star Street, ha sido como un soplo de aire fresco. Entre bloques residenciales se alternan sitios donde reunirse con los amigos después de la jornada de trabajo o ir de cenar con tapas (Plaza Mayor) o algunos sitios algo más sofisticados (The Principal)

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Menos mal que aún quedan edificios en pie que son parte de la historia de este distrito. Este en particular siempre ma ha llamado bastante la atención por lo bien conservado que se encuentra. Justo viniendo de una de las perpendiculares a Hennessy Road desde Happy Valley, nos lo encontramos de frente en un transitado cruce entre las calles y las líneas del tranvía. Podrán reconocer el símbolo de un establecimiento, que aunque cada vez están más contados, sigue subsistiendo. ¿Lo identifican?

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Es esta una zona que se ha ido adaptando con el tiempo, mezcla del pasado y que se ha ido modernizando poco a poco pero sin renunciar a sus raíces. Los mercadillos abundan y la vida en la calle en un flujo constante de gente son también el alma de este distrito. A caballo entre Central y Causeway Bay, sitio de paso obligado.

Repulse Bay

Pequeños rincones que uno creía haber descubierto pero que con el paso del tiempo uno se olvida de su existencia. Así es como pude aprovechar para visitar el templo «escondido» en uno de los laterales de la playa de Repulse Bay en nuestra reciente visita. Las carreras acababan muy cerca de este rinconcito donde se juntaban estatuas de vivos colores; un templo en honor a la diosa Tin Hau que es la protectora de los pescadores y toda la gente del mar.


 

Después del día de competición fue cuando tuve un poco más de tiempo para recorrerlo y siendo un poco más de las 5 de la tarde la marea estaba algo baja dejando al descubierto una pequeña calita justo en frente del templo. Los rayos del sol se reflejaban y el color dorado resaltaba más aún.

Pequeñas figuras de budas a la sombra de los árboles y otras de gran tamaño con todo lujo de detalles, sino fíjense en algunas de las fotos que pongo a continuación. ¿Cuál de ellas les llama más la atención?


 

 

No podían faltar los dragones y hasta incluso se cuelan algunas cabras, mmmm, interesante.


 

 

Todo un trabajito minucioso el de estas estatuas que se componen de muchos pedacitos de mosaico. Un gran trabajo sin duda y que requiere de paciencia, eso me recuerda que tiene un parecido similar al complejo del Parque Güell.


Desde lo alto asoman algunos de los edificios residenciales cercanos que gozan de una vista magnífica, pero claro está, no al alcance de todos los bolsillos. Quien pudiera, no?

También podemos aprender un poco más de la historia del lugar y saber el por qué se denominó al lugar como Repulse Bay. Data del año 1841 cuando los piratas hacían de las suyas por la zona atracando a barcos mercantes que pasaban por allí, pero la intervención de la flota inglesa frenó los ataques de estos.

El nombre en chino: Tsin Shui Wan, que significa agua poco profunda y que también tiene un doble significado que implica longevidad. Me imagino cómo sería por aquel entonces cuando no había nada en los alrededores. Más tarde, casi cien años, llegarían los japoneses hasta estas cosas durante la Segunda Guerra Mundial y uno de los generales nombraría el lugar como: «Green Seaside Beach» por los árboles cercanos a la playa, entorno de arena blanca y aguas transparentes. Desde entonces se intentó potenciar el turismo y hacerlo un lugar atractivo para la gente.

Es bonito contemplar el reflejo del sol a medida que va atardeciendo. Pensar que es parte de la historia de la ciudad, bahía por la que pasaban piratas y buques mercantes, hasta nuestro días en los que se disfruta de una tranquila playa y lugar de paso para los turistas.


 

 

Que se conserve así por muchos años más, aunque sea por otros mil más como su propio nombre indica 🙂

Restos del pasado

Con la carrera ya finalizada pero echando la vista atrás en uno de los entrenamientos de unas semanas atrás y lo gratificante que es encontrar cosas nuevas mientras uno va haciendo deporte. Había salido de casa y empecé a correr por los alrededores de Tung Chung como de costumbre, primero en llano haciendo una primera vuelta al bloque de edificios cercanos y poco a poco me fui alejando hasta la parte alta de la zona. Fue en el descenso cuando decidí hacer una variante del recorrido y cruzar el puente que une el aeropuerto con la isla de Lantau.

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Al otro lado del estrecho quedaba la zona residencia y el centro comercial de Citygate y con el pequeño muelle que recibe algunos ferrys un par de veces al día. Como se puede observar, un día algo gris pero con una suave brisa muy agradable. La gente aprovechaba para pescar por los alrededores, uno de los pasatiempos preferidos de fin de semana.

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Y en la ruta que recorría tras haber cruzado el puente, hubo algo que me llamó la atención en estos cartelitos: «Ancient Kiln«. En el camino de ida me lo había pasado de largo pero a la vuelta hice una pequeña paradita y me di cuenta del jardín donde estaba esa misteriosa formación. Había que investigarlo..

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Leyendo un poco, nos cuentan que fue por los años 70 cuando se llevaron a cabo las excavaciones y dieron con estos hallazgos. Algunos utensilios y vasijas se encontraron también además de la construcción que veremos a continuación. Fue un grupo de arqueólogos y en nombre de la sociedad para la conservación del patrimonio los que llevaron a cabo todas las labores. Por aquel entonces, nada se sabía del futuro aeropuerto que ocuparía la ubicación actual en la isla de Chep Lap Kok.

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Aquí tenemos una réplica que nos da una idea de cómo era la estructura originalmente. Según contaban en las placas, databa del periodo Tang.

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Los alrededores están llenos de plantas y la vegetación ha crecido ocultando parte de un pequeño murito de pieda que muchos años antes sería parte de la excavación que allí tuvo lugar. Poco más queda a parte de la réplica que hemos visto antes y las placas explicativas con la historia del lugar.

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Un lugar muy poco transitado que seguro muchos desconocen. Un recuerdo de lo que allí hubo un tiempo atrás y conservar parte de la historia del lugar para las nuevas generaciones.

Torre del reloj

Por allá en 1910 se iniciaban las obras de la estación de tren de Kowloon, el inicio de la ruta hasta Cantón, el KCR. La torre que hoy sigue en pie hasta nuestros días se terminó en 1915 aunque el resto de la estación no fue hasta el año siguiente. Con el tiempo la ruta se trasladaría hasta Hung Hom. Por suerte, aunque se demoliese la estación, se pudo conservar la torre del reloj y pasó a ser declarado monumento de la ciudad en 1990.

Es un símbolo destacado de la zona junto al Centro Cultural y el cercano Museo del Espacio. Una zona de fuentes y palmeras conforman los alrededores.

Nuevos tiempos corren pero el reloj ha seguido fiel a sus orígenes, un símbolo más del pasado de la ciudad y nos trae recuerdos de hace ya más de un siglo casi.

Una pena que no se lleve aquí lo de hacer las campanadas porque es un lugar propicio para su celebración 🙂