Pasión roja

A falta de no haber pasado por la ciudad de Maranello que es la cuna de la marca Ferrari, me pude consolar con la tienda que había en el aeropuerto de Malpensa. Llevado por la curiosidad no me pude resistir a entrar y curiosear un poco. Y nada más entrar: «un zumbido de Fórmula 1» nos daba la bienvenida.

image

Dando un vistazo entre algunos de los artículos tenían: tazas, bloc de notas, gorras, camisetas… no les faltaba variedad. Con los colores amarillo y rojo tan característicos dominando. Y entre tanto, había algunos elementos intercalados del mundo del motor como: un volante de un modelo antiguo o un cigüeñal en uno de los escaparates.

image
 
image

Éste era el rincón de la tienda más goloso de todos, qué indecisión! entre los polos, las gorras, algunos coches a escala.. finalmente me probé una camiseta y listo, compra hecha y tan contento con mi souvenir de il cavallino rampante 🙂

image

Lo suyo hubiera sido hacer una visita a las instalaciones cerca de la casa Ferrari o la casa museo. Una tarea pendiente que dejaré para un próximo viaje si surge la ocasión, y es que en Italia se respira mucho mundo del motor y para un aficionado como yo del mundo de las cuatro ruedas hubiera sido lo más. Más adelante..

Mi primera media

Ayer domingo 24 de febrero, no era una fecha cualquiera en el calendario, al menos para mi. El día de la maratón de la ciudad, a la vez que las carreras de 10 kilómetros y las medias maratones, esta última es en la que iba a participar yo. Hace unos meses atrás decidí apuntarme para participar en lo que sería mi primera media maratón y con bastante ilusión para afrontarla.

Hasta ahora, el hecho de correr había sido algo un tanto aislado, bien en la cinta de correr o bien en algunos entrenamientos con el equipo de dragonboat en la pista de Happy Valley. Quería ponerme a prueba y ver si podía llegar en buenas condiciones para la carrera. Me estuve documentando sobre planes de entrenamiento, recomendaciones y demás, finalmente lo hice un poco a mi medida y según me iba viendo en cada entrenamiento e incrementando poco a poco en cada sesión.

Lo que empezó como algo lento fue cogiendo cada vez más velocidad y cuando me vine a dar cuenta se nos echaban encima las Navidades y su consiguiente parón, con la carrera a falta de 2 meses. Un mes después vendría el Año Nuevo Chino y entonces quedarían apenas unas semanas para la carrera. Reconozco entre las celebraciones, una semana que estuve algo pachucho del estómago y alguna semana menos intensa, me sentía falto de algo más de entrenamiento. Sin que ello me desanimase, iba con la cabeza fría y en mente conseguir el objetivo de acabarla lo mejor posible. Fue la semana pasada cuando recogía la bolsa con el material para la carrera entre ellos el dorsal y un folleto de instrucciones sobre la carrera en sí. Ya sólo quedaba descansar la noche anterior para estar fresco.

image

La carrera empezaba desde el lado de Kowloon en Tsim Sha Tsui en la céntrica Nathan Road. A las 9.10 de la mañana sería la salida, con lo que llegué con tiempo para hacer el calentamiento previo y luego dejar en el camión mi bolsa debidamente etiquetada con algo de ropa, para luego recogerla al finalizar la carrera. Mientras tanto algunos corredores haciendo sus estiramientos previos y a la espera de que llegase la hora de la carrera.

image

Los minutos iban pasando y era hora de dirigirnos a la zona de espera cerca la salida de carrera. La concentración de corredores iba en aumento, se podía sentir la emoción en el ambiente en los minutos previos. Allá a lo lejos veía el arco que marcaba el inicio de la carrera; puse en marcha la aplicación del móvil para rastrear la ruta y tan sólo esperar a que diese comienzo, poco a poco la gente empezaría a moverse. Esto estaba en marcha…

image

A partir de este momento, era yo sólo y con la carrera en mi mente mientras iba disfrutando el ambiente de los alrededores. Al principio había poco espacio para moverse debido a lo estrecho de la carretera, mientras uno mira a lo lejos y sólo vez cabezas en movimiento. A paso ligero, esquivando algunos participantes y haciendo hueco por donde se puede, la carrera va cogiendo forma a partir de los primeros 3-4 kilómetros cuando la carretera se va ensanchando y eso facilita las cosas.

Yo voy a mi ritmo constante y sin apretar demasiado porque aún es temprano, compruebo el reloj y mi ritmo es de unos 6 minutos el kilómetro, no está mal para ir con tanta gente, me lo tomo con calma a medida que van pasando los kilómetros.

Es a la altura de Lai King donde está el punto de retorno y de ahí volviendo sobre nuestros pasos por la misma autopista y en dirección hacia el túnel de Kowloon Oeste, justo al lado del ICC, que conecta con la isla de Hong Kong. El tramo más largo estaba casi superado pero la salida del túnel con una ligera rampa algo peraltada, era una de las partes duras y había que dosificar las fuerzas ya que luego vendrían algunos subes y bajas de los puentes siguientes junto con unos tramos llaneando.

En los tramos que eran de bajada intenté hacer la zancada más grande para soltar las piernas y luego en las subiditas, paso algo más corto y rápido. Sabía que una vez llegados a la isla, ya las tenía todas conmigo pero ni mucho menos relajarme porque quedaban casi 6 kilómetros hasta llegar al parque Victoria en Causeway Bay donde estaba ubicada la llegada. Seguía a ritmo constante, sorteando corredores y posicionándome bien en zonas menos concentradas, pasando por los muelles de Central, luego Wan Chai con un último repechito algo matador y casi enfilando el último kilómetro de carrera. Me vi con fuerzas para esprintar y arañar unos segundos más a mi tiempo final que era por debajo de las 2 horas 10 minutos, aunque aún estoy esperando a que mañana publiquen los tiempos oficiales en la web y comparar.

Había tenido buenas sensaciones a lo largo de la carrera aunque con esos momentos algo más duros con los repechitos que siempre pasan factura cuando llevas ya unos cuantos kilómetros a tus espaldas. Con una gran satisfacción el haber cruzado la meta y sin pararme en ningún momento de la carrera. Ahora sólo me quedaba recuperarme, beber líquido en abundancia y hacer algunos estiramientos. Ahh! y como no, ir a por mi bolsa que debía recoger en un campo contiguo al parque. Un diez para la organización por lo bien organizado y saber dirigir bien a casi 73000 corredores que participaron en esta edición de la carrera, y también a la gente que animaba a nuestro paso: ga yau! ga yau! que traducido sería: «añade aceite» pero más coloquialmente es un: «no te rindas», «vamos» o «adelante», y eso quieras que no, también da alas a los participantes 🙂

Ahora sólo me queda el recuperarme del esfuerzo de ayer, que las piernas se resienten, pero mejor de lo que esperaba. Espero mañana no arrepentirme de mis palabras, jeje. Y este objeto conmemorativo del día de la carrera y comenzando el año de la serpiente.

image

Aunque aún es pronto para pensar en ello, el año que viene repetiremos si nada me lo impide. Me ha gustado mucho la experiencia y con más motivación si cabe. Para los que aún no lo hayan hecho, no dejen de apuntarse a una carrera bien sea de 10kms o una media maratón, eso ya según las posibilidades de cada uno. De momento una maratón completa lo veo lejos pero no imposible, requiere mucha más preparación, pero nunca digas nunca.

Actualización: Finalmente he conocido el tiempo oficial de la carrera -> 02:09:34 y siendo el tiempo neto de 02:07:03, éste último el que cuentan desde que pasas por la alfombrilla que mide el tiempo a la salida y hasta que llegas a la otra alfombrilla de la llegada. Pero el tiempo que cuenta es el primero, que sigue estando muy bien.

Nocturno

No valen las excusas aunque el tiempo esté más fresco y no apetezca tanto salir a correr, a pesar de tener la opción del gimnasio, nada como estar al aire libre. Tung Chung es un sitio genial con cantidad de espacio y eso se agradece. De momento parece que el madrugar me está costando con lo que sólo queda ir por la noche después del trabajo, bien sea antes de cenar o luego un pelín más tarde. Coger el hábito de ir varias veces por semana e ir probando varios recorridos, y tirar pa’lante.

Ayer fue una noche con ligeras gotitas de lluvia pero agradable, pues así refrescaba una vez había arrancado a sudar. Con poca sensación de humedad en el ambiente. En comparación con días anteriores parecía que había menos gente de lo habitual, bien sea corriendo o en bicicleta también.

El recorrido que suelo hacer es partiendo desde casa y en dirección al final de la calle donde vivo pasando el siguiente bloque de edificios, media vuelta y hacia la zona donde está el teleférico y con vistas al aeropuerto, zona muy tranquila y donde te puedes encontrar alguna gente pescando. De ahí se puede coger unos subterráneos que llevan hasta la zona alta y así no tener que pisar la calle, está genial.

En modo preparación de cara a la medía maratón de la ciudad el próximo 24 de febrero. ¡Vamos a por ello!

Ruta ligera

Algo tiene el otoño en Hong Kong que apetece salir más al monte y salir a caminar. La humedad del calor ya no está tan presente aunque extrañamente como había comentado unos días atrás, parece que el verano no quisiera irse del todo. No obstante, el fresquito por las tardes se agradece. Plan de un día para otro, me llama un amigo y me comenta que piensa ir de caminata con otro amigo que recién llegó a la ciudad, y nada mejor que descubrir la otra cara de la ciudad. Inicialmente había pensado hacer la subida al pico Lantau que curiosamente hicimos justo hace un año por estas fechas, pero finalmente variamos la ruta y hacemos otra un poco más suavecita.

Saliendo desde el centro de Tung Chung, nos vamos alejando hacias las afueras y en dirección a la carretera que conecta con el sur de Lantau. Nos sirve de eje hasta que llega el punto donde nos desviamos a la derecha y nos metemos más en naturaleza. Ciertamente el GPS no hizo mucha falta porque me acordaba bien de cabeza, y eso que la vez anterior yo simplemente seguía al grupo. Sólo un momento de duda tuve, pero una pareja local que pasaba cerca nos indico el camino a seguir. Íbamos en dirección hacia el Ngong Ping, famoso por ser la ubicación del Gran Buda sentado y un punto turístico destacado de la ciudad.

Durante el ascenso nos cruzamos alguna gente que hacía el recorrido a la inversa, pero por lo general todo muy tranquilo. Nuestro ritmo bastante rápido en comparación con la otra vez, pero eso no quitó para hacer algún descansito, tomar agua y coger el aliento, porque hay algunos tramos de pendiente que realmente son un poco rompepiernas, jeje. Parar a disfrutar y sacar alguna foto del paisaje, cubiertos por la sombra de los árboles. Un día especialmente nublado, con una capa de neblina flotando en el ambiente y la humedad un poco alta; buen ejercicio desde luego.

image

Llegado el punto que si queríamos desviarnos un poco, siempre podríamos volver hasta la carretera principal y retomar el ascenso via Pak Kung Au, pero creo que mejor hoy vamos con algo más ligerito para ir cogiendo el tono.

image

Una ruta sencilla, con algunos puentecitos y todo el camino muy bien pavimentado como suele ser habitual en las rutas que hay repartidas por el territorio, cosa que se agradece aunque a veces uno echa en falta tener el camino un poco más salvaje 🙂

image
 
image

Las lluvias poco se han hecho aparecer pero seguro que no tardará en caer algún buen chaparrón que hará que el agua fluya entre las rocas. Comentábamos durante la caminata, lo bien conservadas que están las zonas donde hay pendiente, sin obstáculos para que el agua corra sin problema y además de bien catalogadas.

image

De vez en cuando alguna casita en medio de la nada, algunas de ellas hasta con un huerto bastante completito. Seguro que con lo que produzcan les da para abastecerse sin problemas, a lo que surge una pregunta: ¿cada cuánto bajarán hasta el centro de la ciudad? porque es un buen paseito…

image

El color del otoño: los tonos marrones y algunos rojizos. Muchas hojitas caidas a lo largo del camino, es una época bonita y en la que apetece perderse por los montes, salir de la ciudad y sentir como la temperatura baja unos graditos conforme subimos en altura. Al cabo de un rato, junto con la humedad, el efecto del sudor y la presión en las rodillas, pero ya sólo nos quedaba el último trecho. Luego ya sólo quedaría llanear.

image

Total que entre que salimos desde Tung Chung y hasta llegar a las cercanías del Buda, invertimos algo menos de 2 horas, pero diría que la ruta en sí apenas 1 hora 20 minutos, un ritmo bastante bueno, paso ligero y constante, además de incluir dos paraditas técnicas, y claro, de vez en cuando sacar la foto de rigor y coger el ritmo de mis dos compañeros de ruta. Ya que estamos había que hacerle los honores al buda, no?

image

Una ruta recomendable para cualquier persona y que no tiene dificultad extrema sin ser unos tramitos algo empinados, pero también es bueno contar con escaloncitos en los laterales para facilitar la subida de la rampa.

Buena ruta de domingo para después terminar en la playita de Cheung Sha al sur de la isla. Bastante gente a eso de las 3 de la tarde cuando llegamos. Reponer fuerzas comiendo algo y luego una cabezadita en la arena, nos quedamos KO al poco, de lo más relajante.

image