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O lo que es lo mismo, de vuelta a Singapur. Y es que hace ya más de 1 año que estuve por primera vez allí, no ha llovido ni nada, y la de buenos momentos que pasé con mis compañeros ICEX, Juan de Kuala y Mike del mismo Singapur.

Esta vez será un poquito más de tiempo por la ciudad, sin tantas prisas para ver lo más importante del lugar. Mi novia y yo nos lo tomaremos con calma: paseito, cenar, ver cosas, comprar… de todo un poco. Desde mañana por la mañana en un vuelo tempranito hasta el lunes por la tardecita. Espero que se aproveche el tiempo, ya contaré a la vuelta.

Y aunque el año pasado no pude pasarme por cerca de la estatua tan famosa de Merlion, esta que se ve con la cabeza del león escupiendo agua, no dejaré pasar la ocasión esta vez. Esperemos que el tiempo acompañe… cruzaremos los dedos 😀

!Buen finde a todos!

Comer, comer

Si hay algo que uno no puede dejar de hacer cuando viaja, es probar la gastronomía del lugar propiamente dicho. Seguro que Pau está de acuerdo en eso, a que sí? 😀 En esta ocasión no hablaré de platos demasiado elaborados, sino más bien, de aperitivos para tomar sobre la marcha mientras paseamos por la calle.

En Taiwán, como en otros lugares de Asia, nos podemos encontrar con cantidad de puestecitos en ciertas zonas, especialmente cerca de mercadillos. El que visitamos fue el mercado nocturno de Shilin (士林夜市), bastante conocido. En la foto se puede apreciar el continuo ir y venir de la gente por una de las entradas a este mercado.

¿Y qué nos vamos a encontrar en él? no solo tiendas de ropa, complementos, zapatos… todo lo que nos ocurra, sino también, entre mezclados entre tienda y tienda, sitios para comer desde: pinchitos, noodles, helados, postres… hay donde elegir, eso seguro.

En el primero puesto que paramos, fue en el de este señor especializado en pinchitos varios. La verdad que era un artista de la parrilla, ver cómo se manejaba entre la comida y atendiendo a los clientes, un continuo no parar.

Desde pinchos con champiñones, de calamar, de pollo o cerdo… sólo de pensarlo se me hace la boca agua, será que la hora de la comida se va acercando por aquí 🙂 y luego acompañado con un adobito para darle gustito y un toquecito de limón a gusto del consumidor. Nosotros probamos uno de champiñones y otro de unos rollitos de cerdo con verduras, muy ricos, y lo mejor que super bien de precio.

Pero claro, no todo va a ser cosas sólidas, habrá que echarle algo de líquido pal cuerpo 🙂 A elegir entre varios sitios de zumos naturales bien fresquitos: de limón, grosellas o naranja. O eso creo recordar, porque aún no acierto a leer bien los caracteres.

Y como no, el recorrido gastronómico no se puede terminar sin comerse un postrito. El señor que aquí ven, se dedicaba a hacer una especie de pastelitos muy fofitos y rellenos de una crema a elegir: chocolate, fresa… entre otras. Muy ricos también. O sea, que nos pusimos las botas, jaja 😛

Y todo esto mientras paseabamos entre las tiendas, curioseando aquí y allá, pero sin perder el ojo a algún que otro puestito de comida por si caía algo más interesante para probar. Una forma diferente de comer e ir probando un poco de todo, interesante sin duda.

Mientras, vamos a dejar que la gente haga cola para contentar sus estómagos. ¡Buen provecho para ellos/as!

Eso me pregunto

El otro día que me di una escapadita a Macao para pasar el rato y de paso renovar mi estatus por cosas del visado. Me encuentro paseando por una de sus calles este curioso establecimiento. Quien diría que podría ser una Iglesia si no tuviera el susodicho cartel.

Así que, tenemos una iglesia de gospel y todo. Pero eso no era en las pelis de las iglesias de EEUU… o igual me he perdido algo. Claro, en toda iglesia tiene que haber un coro que se precie para amenizar las ceremonias.

¿Y qué demonios hago yo aquí? uisss… esa no sería la traducción exacta, pero habría que buscar la respuesta en el interior de tan peculiar sitio, igual nos puede ilustrar 🙂

¡Calamarrrr!

Será que la hora de comer se va acercando o es que tengo demasiadas ganitas yo. Mientras algunos vayan a empezar con el desayuno, yo tendré más que digerido el almuerzo, jeje. A lo que iba… si uno visita Taiwán, una de las cosas que no pasa desapercibida, es la comida y vaya si hay puestecitos.

En concreto, en la zona de Danshui, fue donde empezamos a probar algunos de los aperitivos que nos podían ofrecer los diversos puestecitos de la zona. Y al tratarse de una zona costera, ahí es donde aparece nuestro amigo marino. De entre muchos de los puestos, llamaba la atención este por la cantidad de gente que hacía cola, y otros curiosos que no podían evitar girar la cabeza para echar un vistazo a lo que se estaba allí cocinando.

Tal y como nos comenta el cartel de la foto izquierda, nos podemos llevar 3 calamares por 100 TWD, o lo que es en euros: apenas 2€. ¿Barato o caro? yo diría que para la cantidad de calamar resultante, es un chollo y te pones las botas. Como no, compartiendo, aunque seguro que si me pongo los calamares vuelan, y no por ser glotón, sino que estaba realmente bueno, ahí con una salsita medio agridulce-medio barbacoa que le daba un toque rico, rico.

Siempre quedará elegir la opción de llevarnos tan solo 1 calamar mediano o sino, 1 grande, pero a la larga no sale mejor comprando los tres y compartirlo. Tanto nos gustó a mi novia y a mi, que a la vuelta creo recordad que pillamos otro más, un vicio la verdad.

La parrilla a rebosar de calamares, la chica no daba a basto. Y una vez bien hechito, siguiente paso en la cadena: se lo pasa a la chica de al lado que lo trocea y coloca en el correspondiente cacharrito con sus palillos, y a comerrr!!

Después de hablar de ello, los dientes largos que se le ponen a uno, jaja. Aunque también por Hong Kong se pueden encontrar puestecitos, no tan abundantes, pero para hincarle el diente a un calamar, bolitas de pescado… tengo que hablar de ello 🙂 Que aproveche!