Disfrutando del campo

De esta vez no podía dejar de llevarme los tenis de correr durante los días que pasaríamos con la familia. Tiempo hay para todo y mejor aún disfrutando del campo.

Tierras llanas y que se extienden ante tu mirada con alguna montaña a lo lejos. Son campos de cultivo atravesados por canales de agua, torres de alta corriente o también algunas autopistas elevadas. El progreso en China a base de mejorar sus infraestructuras uniendo campo y ciudad.

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La calma de la montaña

Pat Sin Leng es un bello paraje en los Nuevos Territorios situado a las afueras de Tai Po y Tai Mei Tuk. Una red de senderos que nos permiten disfrutar de la calma de la montaña durante las primeras horas del día. En verano puede ser mortal cuando pega el sol y conviene ir bien hidratado, pero en cambio en otoño con cielo nublado es una gozada. Aún así, en la montaña uno nunca se debe confiar e ir preparado para lo que pueda pasar; siempre con los sentidos en alerta.

Una zona un tanto selvática en la que discurrimos por un camino empedrado con árboles a nuestro paso. Algunos de ellos cedieron ante el paso del tifón como se puede apreciar.

La primera subida de 1km y con 300+ se hace algo dura. Hay que saber dosificar fuerzas. Más adelante nos llega la recompensa en forma de llaneo aproximándonos a la zona de cresteo. Zona de roca blanca, un poco suelta y no muy técnico.

Nos desviaremos en la primera indicación a mano izquierda y luego descender por el valle que da hacia Nam Chung y una de sus sendas.

En los primeros compases del día algunas nubes y bruma que le daba un aire místico. Lejos de ello, el día de abriría unas horas más tarde. Un día soleado de otoño y disfrutando de calorcito algo atípico en estas fechas.

la calma de la montaña

Un vistazo al panorama nos permite divisar parte de Shenzhen al fondo. El conjunto de casitas en primer plano están en la zona de Kwan Tei que discurre a lo largo de la carretera de Sha Tau Kok.

Bonita ruta, ¿no les parece? y esta es tan sólo una de las opciones a nuestro alcance. Bien podemos alargar o acortar nuestro recorrido en función del tiempo y/o ganas 🙂

El paso del tifón Mangkhut

Ya han pasado casi tres semanas desde el paso del tifón Mangkhut y la cara que presenta la ciudad se ve bien distinta. Aún así, queda trabajo por hacer para terminar de limpiar muchos de los árboles afectados.

Ante la llegada del tifón, la ciudad se había preparado bastante bien y todo el mundo estaba resguardadito en casa. Fue en la noche del sábado al domingo cuando el efecto de los vientos azotó la ciudad. Las zonas costeras y cercanas al río (como en Shatin) serían las que más afectadas se verían por la subida del nivel del agua. El azote de las olas, sótanos y paseos inundados. Y donde sí ha afectado al todo el territorio por igual: los destrozos en la vegetación. Además, algunos edificios de oficinas y residenciales con daños en sus ventanas. Vídeos virales que circulaban a toda velocidad por las redes sociales.

A la mañana siguiente éste era el aspecto que presentaba justo debajo de donde vivo. Decir que sí a pesar de notarse el soplar del viento, quizás por la orientación de nuestro piso no se notó nada en las ventanas. También tener otra hilera de edificios delante y no estar tan expuestos.

Los restos a la espera de ser recogidos después de cortar las ramas con más peligro.

el paso del tifón mangkhut

Y las zonas de paso entre los edificios con ramas pendientes aún de limpiar. Árboles pequeños y algunos bastante grandes no pudieron seguir en pie ante el poder de la naturaleza.

La cabina más próxima resistió como buenamente pudo tras impactar una rama en su techo. Por suerte no ha habido que lamentar desgracias personales y tan sólo daños materiales, aunque bastante cuantiosos. El tifón más fuerte en la historia de la ciudad desde que se empezaron a registrar.

El lunes tras el paso del tifón fue un tanto caótico en lo que al transporte se refiere. El servicio de trenes estaba interrumpido en algunos tramos (averías por caídas de árboles sobre el tendido) y las guaguas no estaban operando en su totalidad. No obstante, la gente intentó llegar hasta su lugar de trabajo dando lugar a escenas de gran colapso como en la estación de Tai Wai. Hubiera sido mucho mejor sin duda el declarar el día festivo; una de las críticas que se le ha reprochado a la jefe ejecutivo del Gobierno de la ciudad.

Así que, ese día lo pasé en casa por la imposibilidad de coger un transporte que me llevase hasta la isla de Hong Kong. La estación de Fanling y Tai Wo se habían quedado aisladas del resto de línea debido a las averías. Sin las guaguas en funcionamiento pleno, imposible llegar en un tiempo razonable. Era lo más prudente para malgastar tiempo en vano; el martes todo volvería a la calma, al menos en lo que al transporte se refiere.

La ciudad demostró un claro ejemplo de cómo se puede enfrentar ante el poder de la naturaleza y sus efectos. Las reparaciones y trabajos de limpieza siguen su curso, pero aún faltarán semanas o inclusos meses hasta tener todo en su estado normal.

Agradezco desde aquí a todos aquellos que se preocuparon por la familia y por mí para saber si estábamos bien. Sólo con decir que las niñas ese domingo se pegaron una siesta bien profunda y que ni se enteraron de los fuertes vientos. ¡Eso sí que es felicidad!

Hasta la próxima, y espero no demorarme demasiado tiempo en escribir de nuevo.

Y eso que se pone a llover

Si no me falla la memoria, este verano es uno de los que más ha llovido con diferencia. Por suerte, en lo que respecta a tifones estamos teniendo pocos. Justamente ayer que salí a correr y eso que se pone a llover en cuestión de minutos. Correr con lluvia es una sensación única y más cuando hay esa humedad en el ambiente. Estaba llegando a la cima de Victoria Peak, con algo de bruma. Después sólo me quedaba realizar el descenso, la parte divertida de la ruta.

Es una pasada el poder salir por los alrededores, empezar a subir y encontrarse en medio de la naturaleza. Algunos trozos de camino empinado pero que merece la pena. Y en el día de ayer, pocas vistas desde el mirador (para otro día).

El olor a la tierra mojada, el verde de las plantas resaltando y el sonido de las gotas de luvia. Una sensación de tranquilidad y además refrescante.

Agua fluyendo

Al principio penseé que sería lluvia suavita, pero se fue intensificando. Se podrán imaginar como a los pocos minutos el agua corría montaña abajo. Pasando por uno de los caminos, el agua rebosaba las piedras y seguía a gran velocidad. El camino invitaba a deslizarse cual tobogán, pero tranquilos que era seguro para pasar.

y eso que se pone a llover

Este camino en concreto se llama «Hospital Path» que conecta Severn Road con Barker Road.

Las canalizaciones estaban a plena capacidad y era inevitable que se desbordasen. Menudo torrente de agua. Y sí, mis tenis estaban totalmente calados de agua pero yo tan a gustito.

Seguiremos con lluvia

Los días de lluvia aún no se acabarán mientras dure el verano. El sol lucirá algún día que otro si se lo permiten claro. Lo dicho, que está siendo un verano bastante atípico pero agua que viene bien para llenar las presas. Se podrán imaginar que luego se pone la humedad por las nubes y se nota el ambiente cargadito.

Para salir a correr me viene la mar de bien, sobre todo en los tramos donde el sol suele ser justiciero. A veces es mejor tirar para la montaña que se está mejor rodeado de verde; y si la bruma lo permite, las vistas son mucho mejores.