Lo acumulado

 

Hablando de temas monetarios, hoy quiero comentar lo poco conveniente que puede ser el acumularse las monedas en la cartera. Que yo recuerde cuando manejo euros, siempre consigo deshacerme de gran parte de calderilla para que la cartera no vaya tan abultada o será también que nuestros euros son algo más estilizados en comparación a las monedas locales de Hong Kong.

Un claro ejemplo lo tenemos en la colección de monedas que llevo hoy encima. Curiosamente tengo casi todas las posibles a excepción de la moneda de 10 HKD (menos mal). Desde las de 10, 20 y 50 céntimos hasta las algo más grandes de 1,2 y 5 dólares. A ver si de aquí a la noche teniendo que comprar algo puedo dejar algunas por el camino, sino van de cabeza a la hucha que tengo en casa 🙂 Por cierto, ¿cuánto tendré acumulado ya? a ver si un día se las enseño.
 

Y aunque un poco oscuro, espero que puedan apreciar lo que abultan viendo el grosor de cada una de ellas. Viendo la moneda de 5 HKD (50 céntimos de euros aprox.), que como la llamo yo: mini oreo, mejor no juntarnos con unas cuantas de ellas o nuestra cartera corre serio peligro.
 

Nuevamente vuelvo a remitirme a nuestra querida Octopus que nos permite sustituir buena parte de estas monedas, pero es inevitable tener que llevar algunas con nosotros. Es el día a día.
 

Prohibiciones

 

Está claro que las normas están para todos y hay que cumplirlas, aunque luego haya casos en los que la gente se las salte a la torera, pero claro, luego tienen que pagar las consecuencias. En el caso de Hong Kong, uno puede sentir la diferencia de modales y formas de ser de sus ciudadanos respecto a los del resto de China y quieras que no, eso se agradece. No obstante, hay que tener presentes algunas normas y recordarlas por si acaso.

En los espacios públicos sobre todo en los parques y jardines, nos podemos encontrar con carteles de este tipo. Algunas de las prohibiciones son claramente obvias como el «No fumar» o «No escupir» pero algunas, creo que limitan a cierto sector como son los niños y más en un espacio como un pequeño jardín. Si lo pensamos de forma detenida, también de esta forma se pueden evitar accidentes entre los más pequeños (pelota o monopatín suelto) y siempre es mejor prevenir que curar, como dice el dicho.
 

Otros carteles en cambio van más allá con prohibiciones que son del tipo: «por si se te ocurriera…». Me explico, si nos fijamos en la señal donde aparece una camisa colgada con un palo y hasta con el detalle de las gotitas de agua, nos advierte que en ese lugar no está permitido dejar la ropa tendida para que se seque. No es la primera vez que he visto ropa tendida en alguna vaya cercana, aprovechando el solecito mañanero. Teniendo en cuenta el poco espacio que hay en algunas casas, que «mejor» sitio que la calle para tender unas sábanas, la gente se las ingenia como puede.
 

No se llega a ser tan estricto como puede ser en Singapur, que ya se sabe la fama que tiene (ej: multar por comer durian en el metro o cruzar la calle por sitios no permitidos…) De momento no he visto a ningún policía en acción multando a alguien por haberse saltado alguna norma, eso es buena señal. Y para ver cosas más auténticas, tenemos China continental a un pasito, eso si que es una experiencia.

 

«Como» en el baño

 

¿Qué se puede hacer cuando el tiempo está feo y lluvioso? lo mejor es estar en interiores echando un vistazo a tiendas o bien comiendo algo, y eso fue lo que hicimos ayer por la tarde mientras estabamos dando una vuelta por Mongkok. Aprovechamos la ocasión para estrenar este sitio que me había llamado la atención de todas las veces que pasamos por la calle en que está. Su nombre: Modern Toilet y ¿en qué está inspirado? pasen y vean…
 

Aquí tenemos una muestra de la decoración de las paredes, como por ejemplo: tapas de retretes con la bandera de distintos países. Una muy buena ocasión con la excusa del Mundial que se juega estos días. Y bueno, de las lámparas que me dicen? seguro que la imaginación sabe «descifrar» lo que éstas representan 🙂
 

Y en todo buen baño que se precie, no pueden faltar tuberías de PVC que estaban colocadas a modo de reja entre las divisiones del local. Bastante original el sitio, pero aún quedan algunas cositas por ver.
 

Como no, estabamos sentados en… (ver foto), pero bastante cómodo que era el asiento, acolchadito que sino.
 

Bueno, y a todo esto, habrá que comer algo, no? como habíamos tenido un almuerzo un tanto tardío y por la novelería de ver el sitio y tomarnos algo, nos decidimos a pedir esta «barquita» de helado de 3 sabores (vainilla, chocolate y sésamo) acompañado de plátano + fresa con un toque de sirope de chocolate. Su precio estaba genial para la cantidad (40 HKD, 4€ poco), y no estaba mal, que por el precio no se le puede pedir mucho más. Estando todo tan pesado, los platos también tenían ese toque baño que envolvía todo el local.
 

 

Para lo que se decidan a visitar este peculiar local, pueden hacerlo tanto en Mongkok como en Causeway Bay, seguro que la visita no les deja indiferentes. Más información en su web
 

Compartir

 

Una de las costumbres principales relacionada con la cultura china y en otros países asiáticos y ligada al campo de la comida, es: compartir. Este es un aspecto que es ya conocido por los occidentales, basta con ir a cualquiera de los restaurantes chinos en nuestra ciudad y lo normal es pedir distintos platos (arroz, verduras, carne…) bien para comer en el sitio o si preferimos llevar a nuestra casa.
  

Hasta ahí nada extraño, pero yendo un poco más allá, tenemos algo que es algo menos conocido y que sólo lo podemos experimentar una vez viajemos por esta parte del globo. Compartir la mesa con «extraños», algo que puede resultar chocante la primera vez que uno lo experimenta, pero que sin duda, es hacer un buen recurso del espacio disponible en el sitio donde estamos comiendo.

  • Situación 1:

Nos encontramos en alguno de los restaurantes de comida rápida china (Café de Coral, Fairwood…) de los que aún tengo pendiente hablar. Pillamos nuestro sitio para disfrutar de nuestro almuerzo o cena y al poco se nos acerca alguien preguntando si no nos importa que se siente con nosotros. Tampoco es tan raro visto de esta forma, si uno va solo y en la mesa hay espacio de sobra, todos son bienvenidos 🙂 Si que se me hace algo más extraño cuando uno está en pareja o con un grupo de gente, digamos que la «privacidad» se rompe un poco aunque bueno, mis conocimientos de cantonés son limitados con lo que poco me iba a enterar de lo que decían, jeje.

  • Situación 2:

En el otro extremo tenemos: Desalojar una mesa y hacer que se muevan los integrantes de la misma a una mesa más pequeña, para hacer hueco a un grupo más grande de gente que acaba de llegar al restaurante. ¿Problemas? desde luego ninguno, la gente accede a cambiarse sin problema aunque mi primera vez con eso, la sensación es rara.

Trasladando estas situaciones al entorno europeo, la primera de ellas estaría bien vista pero respecto a la segunda, sigo teniendo mis dudas. Por ejemplo: ¿Accedería un grupo de españoles a moverse en medio de un almuerzo o cena para ceder su mesa a otro grupo? Por supuesto, no ocurre esto en todos los restaurantes pero no deja de ser curioso cuando se ve por primera vez.

Uno ya está acostumbrado y lo ve con buenos ojos. Todo sea por aprovechar el espacio del lugar y claro, más clientes, más ingresos 😀