Tradición

 

Cuando somos pequeños pocas veces somos conscientes de lo importante que resulta el apoyo de nuestros padres para tener una vida lo más fácil posible y que no nos falte de nada, no obstante, ese es el deseo de todo padre y madre. Conforme pasa el tiempo y tenemos más conciencia, sabemos de los esfuerzos que han realizado y realizan por nosotros y como nos gustaría poder compensarlo de alguna forma.

¿A dónde quiero llevar esta reflexión? desde luego que todo esto que se nos ofrece y es ley de vida, no está escrito en ningún lado que debamos «devolver» el dinero invertido en nuestra educación, pero si que querramos portarnos con ellos como se merece con alguna comida o detallito. Ahora bien, hay ciertas diferencias entre la cultura occidental y la oriental, que es el tema que quería tratar con esta entrada.

Por suerte, nuestros padres pueden tener acceso a una pensión, ya que, bastante años trabajando para que luego puedan vivir bien cuando les toque la hora de jubilarse. Ya sé que no todo el mundo no tiene la pensión que le gustaría, pero es algo a lo que uno se puede agarrar para salir para delante. En cambio, hasta hace unos años, este derecho no existía aquí hasta que se implantase el sistema denominado MPF (Mandatory Provident Funds) y viene a ser como nuestra Seguridad Social, reteniendo del salario un porcentaje que aporta a partes iguales la empresa y el trabajador. ¿Y los años anteriores hasta que se implantase este sistema? una pena que todos aquellos que llevaban años trabajando, estos años «no cuenten».

Pero detrás de los padres en Hong Kong, siempre ha estado y estará la figura de los hijos. Una vez que estos empiecen a trabajar y de forma mensual aportarán parte de su salario para sus padres. Una ayuda que siempre permanecerá a pesar de que cuando llegue el momento de ser independientes y ya no estén en el domicilio familiar. En mi opinión es una ayuda merecida, pero a veces algo no tan justa, ya que, si uno está empezando y no tiene un sueldo tan alto, apenas le da para independizarse. Desde luego que es una tradición respetable pero no deja de ser un poco estricta, ya que, he sabido de algún caso en que ese mes una persona estuviera ajustada de presupuesto y los padres digamos exigieran su parte mensual sin importar explicación alguna, y eso si que es un poco duro. Respecto a China continental, desconozco si este sistema funciona de igual forma.

Espero que el MPF ayude con el tiempo a que los ciudadanos puedan gozar en un futuro de unos fondos suficientes para su tranquilidad el día en que se retiran y no depender de la ayuda de sus hijos, aunque siempre es bienvenida y se tiene la obligación moral con ellos.

Desde luego que la tradición de ayudar a los padres con parte del salario perdurará en el tiempo, pero puede que las cosas cambien con el tiempo, no?
 

 

A las 8

 

Una de las cosas que no puede faltar al terminar la jornada de trabajo, es llegar a casa y poder disfrutar de un buen sofá y un poco de las series de televisión preferidas. Y respecto a la temática se preguntarán… pues la verdad que la producción de series es bastante activa y tenemos:

– sobre familias.
– de policías/bomberos
– de «época», ambientadas en la China antigüa.
 
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Destacaría de este último tipo que la gente las sigue más que otras, o es la impresión question me da. Sobre todo estando en familia a la hora de la cena y hay silencio total, concentración máxima. Yo intention seguirla dentro de mis posibilidades, limitadas con el cantonés y sus caracteres, pero algo se puede sacar de las escenas pero cuesta, ya se imaginarán…

Las series vienen durando normalmente 1 hora (20.30-21.30 / 21.30-22.30), salvo la excepción la de las 8 que se puede tirar unos buenos meses en antena. Es increíble como pueden alargar las historias, casi que me recuerda un poco al estilo Santa Bárbara, jeje 🙂

A ver si a base de más series me agudiza el oído, en ello estamos. Y no vean la alegría que es cambiar el chip viendo algo en inglés, como la serie Dexter que llevo enganchado un tiempito.

Lo dicho, a las 8 empieza el show.
 

El otro balcón

 

Uno de los motivos principales por los que uno decide irse de vacaciones es el cambio de aires, ver otros paisajes, conocer otra gente, comida, cultura… en mi caso, puede que me quede poco por conocer de mi isla pero eso no quita para que la disfrute mucho cada vez que esté de vuelta aunque no sea por todo el tiempo que me gustase, pero no nos podemos quejar.

Siempre quedan sitios por re-visitar y re-descubrir, día o noche, solo o acompañado; esta vez íbamos mi novia y yo, una «excusa» inmejorable para recorrer los rincones de la isla y mostrarle todo lo que estuviera en mi mano. Y aunque en nuestra casa de Hong Kong no es que tengamos balcón como en mi casa de Tenerife, si que tenemos buenas vistas pero con gran contraste entre uno y otro lugar. Como en su día les comentaba, este es el turno de las vistas chicharreras y con un tiempo fantástico de bienvenida.

En esta primera foto nos encontramos con el edificio justo en frente y con la presencia de los árboles que se encuentran a lo largo de toda la rambla de la capital. Un espacio para poder pasear tranquilamente o descansar sentaditos en un banco, si el ruido de los coches lo permite que a veces el tráfico puede ser algo intenso.

Y si echamos la vista un poco más a la derecha, eso amarillo es un castillo? sé que su tiempo era un hotel pero de eso queda poco, ya que, en la actualidad y desde hace ya bastantes años es un colegio, que cambio, no? y con algunas casas «trepadas» a bordes de las montañas, que por cierto, zona nada barata aunque no creo que los precios lleguen a los de por aquí.

¿Con cuál de las vistas de se quedan? Hong Kong o Santa Cruz.. creo que la elección no es fácil, cada paisaje tiene sus elementos que los hacen diferentes y únicos a la vez. Todo un placer contemplar de nuevo el simple hecho del paso de la gente, los coches, el mismo ruido o el sonido del aire, y como si no hubiera pasado el tiempo.

Por delante, tiempo para mostrarle la isla a mi novia, a ver qué tal impresión saca al final. Seguro que no la decepcionará 🙂

 

¿Dónde andaré?

Igual les habrá extrañado a muchos/as que de repente el blog haya dejado de tener actividad en los últimos días, no? ni mucho menos me he olvidado de querer contar historias, pero era parte de mi plan para sorprender a la familia, y que bien me ha salido 😀

Andaba con la incertidumbre si al final vendría o no aprovechando las fechas de las vacaciones de Semana Santa y no llegué a concretar nada con mis padres. Así que por sorpresa me he plantado ayer en Tenerife tras haber estado un par de días en Londres, ya que, la combinación de vuelo directo Londres-Tenerife y el precio, era la mejor para el día de ayer.

En lo que iba de camino desde la estación de guaguas hasta mi casa, iba dándole vueltas a ver la forma de sorprenderlos al tocar en el portal, hasta que una vez llegado allí se me ocurre: «Comida china» (traida desde muy lejos), a lo que mi madre responder: «Aquí no es» y cuelga, jeje. Con lo que llamo de nuevo para decirle que era yo.

Por fin en casa después de casi otro añito, como pasa el tiempo desde julio del año pasado. Pero nada, aquí estamos para disfrutar de la gente y la isla durante un par de semanitas hasta el día 10 que coja rumbo de nuevo, pero mientras a disfrutar que hay días por delante.

Espero poder ir escribiendo alguna entradita de vez en cuando, siempre y cuando el tiempo lo permita. Estamos en contacto.

¡Saludos desde Tenerife!