Para esos días que a uno no le apetece estar cocinando y poder tener un almuerzo o cena a precios razonables y sabor auténtico. Dentro de la variedad de restaurantes que tenemos por la zona, además de los habituales «cha caan teng» hay para elegir sitios como este tailandés llamado Golden Durian. Al poco de habernos mudado a Fanling, mi novia ya me había comentado sobre este sitio y lo que recordaba de las veces que había estado hace unos años atrás, y siempre con buenas críticas. Tarde o temprano iríamos por allí, y vaya que si hemos ido unas cuantas veces ya desde entonces.
Empezando por las bebidas, nos gusta pedir un batido de mango y una gaseosa con lima para acompañar con la comida. En verano es cuando se agradece más y ahora que la primavera va despertando poco a poco. Siempre nos queda la opción de beber un coco o la clásica cerveza Singha.
Momento comida con dos elecciones siempre claras: pinchitos de satay (pollo o cerdo) y un pad tai bien servido. En este caso, las fotos son de un día que fuimos a cenar y en el caso del almuerzo a veces añadimos algunas verduras u otro plato de entrante como un frito de gamba o ensalada de pomelo.
Curiosamente, no es el único tailandés del vecindario puesto que hay uno más en otro bloque de edificios cercano como a unos 10 minutos a andando pero que aún no hemos visitado. No queda ahí la cosa, puesto que he descubierto un tercer establecimiento en una de mis salidas a correr aunque este si queda un poco más alejado y lo suyo sería aprovechar para ir durante un fin de semana.
No podemos quejarnos con la oferta de restaurantes y poder desconectar de vez en cuando de lo chino si nos apetece.