Que mejor forma de entrar en calor, a parte de tomar algo calentito, que con algo de alcohol pero en su justa medida. Antes de ir a Corea del Sur, sabía por mi amigo Manolo de la existencia de este licor típico, denominado soju. Que menos que una vez allí, había que probarlo. Y durante la cena en nuestro primer día por Seúl, me animé a pedir una botellita de este licor.
La botellita la trajeron acompañada de dos vasitos tipo chupito, pero al final me bajé entera yo la botella porque mi novia prefirió algo más ligero como agua fresquita. La graduación típica del licor es de un 20% y tiene aspecto similar al vodka, de color transparente pero con un toque algo más dulce.
Se elabora principalmente de arroz, aunque también a base de otros almidones como la papa, el trigo, la cebada, el camote, o la yuca. Y la historia de este licor según parece viene de lejos, desde hace unos 5000 años en la zona de del sur de Mesopotamia por parte de los sumerios. Fue en el siglo 13 cuando se introdujo en Corea. Se conviritió en una bebida muy popular especialmente apreciada por la clase noble. Siendo el soju más famoso es de Andong con una graduación de un 45%
¿Y me gustó? la verdad es que si, y a pesar de tomarme yo solo esa botellita, sus efectos no los noté mucho aunque también ayuda acompañar de una cena sustanciosa. Durante el resto de la estancia, hubo alguna otra ocasión que tomé de nuevo y casi siempre de la misma marca (la que sale en la foto), imagino que sería la más popular, y el nombre? una ayudita Manolo, jeje 🙂
Ya saben, si se dejan caer por tierras coreanas, no dejen de probarlo.