Budas en la montaña

En las salidas de montaña que suelo hacer el fin de semana, no hay tiempo para aburrirse y poder descubrir cositas nuevas. Como bien apunta el título de este blog, hay un rinconcito donde hay budas en la montaña. No es que sea la primera vez que paso por esa zona, pero fue un día que me dio por hacer un desvío tras ver un caminito entre los árboles. La última vez que pasé, como se aprecia en la siguiente foto había un poquito de bruma lo que le daba un ambiente algo más místico.

Tempranito por la mañana con apenas gente y disfrutando de la brisita, por suerte no hizo un día de calor pero si con algo de humedad.

siguiendo el camino

La sorpresa de los budas en la montaña se la encuentra uno en el sitio más inesperado porque desde el camino principal pavimentado no se aprecia. Coger un camino de tierra unos metros a la derecha y tras una gran roca entre los árboles: salta a la vista! me quedé contemplando la escena durantes un rato porque bien merecía la pena. Este pequeño santuario en medio de la montaña y que ha debido costar su trabajo para juntar tantas figuritas. No tiene desperdicio si nos podemos a apreciar los detalles.

budas en la montaña

Seguro que la gente del lugar, es un sitio que no entraña mucho misterio pero que seguro es frecuentado de vez en cuando por todos aquellos que gustan de ir de paseo a la montaña. Ejercicios matutinos en la naturaleza y también espiritual para velar por la familia y los antepasados. Lo más inquietante es que había una voz como de cántico de monje que salía de entre las rocas; un pequeño transistor colocado junto a una de las figuras. Igual alguien tiene como misión el ir a cambiar las pilas de vez en cuando.

La ubicación me la guardo para mi porque seguro que así lo querrían los demás. Un secreto de la montaña que comparto con ustedes y que estará a buen recaudo 🙂

Amaneciendo

En los días fríos y en los que el sol le cuesta salir un poco más y salir de la cama también nos cuesta. Una vez uno se pone en marcha y puede contemplar que el día está amaneciendo, todo cambia.

amaneciendo

Como rutina mañanera, me gusta salir a disfrutar corriendo y más sabiendo que tengo sitios bien cerquita con buenas vistas.

Cierto es que hay días que me cuesta más pero tras un cafecito y una tostada; luego el calentamiento e ir cogiendo ritmo. Ver el cielo así es un subidón de energía, llegar a la cima y respirar hondo. Prepararse para la bajada mientras se siente la primera brisa del día.

Aunque esta última es de cuando nuestra estancia en China durante el Año Nuevo Chino, merecía su lugar en este post. Justo el último día antes de regresar a Hong Kong.

Lo mejor de todo es que así el día se aprovecha mucho más. De vuelta para el desayuno en casa y recuperar energías, así da gusto. ¿No creen? 🙂

Carrera de trail

Sabiendo que a la vuelta de las vacaciones de Navidad tenía la primera carrera de trail del año, esta vez no me ha pillado tan mal como el año pasado. Los entrenamientos previos se pudieron hacer sin problema y me notaba mucho mejor que la vez anterior donde acusé el parón por nuestro viaje con la familia a Tenerife. Como nos hemos quedado por aquí, han sido unas fiestas bastante tranquilas con días de descansar más y seguir dándoles a las piernas.

En cambio, esta edición de «Green Race 15k» no la haría solo sino que me apunté en equipo con un compañero del dragonboat. A él le venía de maravilla para coger algo más de rodaje de cara a una próxima carrera que iba a disputar; al ir en equipo había un extra de motivación y con ganas de mejorar mi registro de 2016.

Mucho mejor la organización, y se nota que han cogido nivel con otros más eventos que han ido preparando a lo largo del año. La salida de la carrera mejor gestionada y los voluntarios del diez.

El circuito de la carrera se mantenía igual que el año pasado. El recorrido en la isla de Hong Kong se iniciaba en Braemar Hill para hacer una vuelta en dirección al sur hacia la presa de Tai Tam y luego volver en dirección norte al punto de salida.

El clima no pudo ser mejor, con algo de brisa en las zonas más altas pero un poco de calorcito casi al final. A veces siempre es una incógnita, porque los días anteriores había estado más fresco pero muy agradabable finamente.

Muy buenas sensaciones durante la carrera y consiguiendo rebajar en 3 minutos el tiempo de referencia de la edición anterior. En los últimos dos kilómetros lo dimos todo metiendo gas porque era todo llano y en bajada, los cuadriceps al fuego pero con ese tan buen sabor de boca al llegar a la meta.

¿Alguna carrera de trail más a la vista? de momento no pero tener una motivación adicional siempre viene bien, pero lo importante es mantenerse en movimiento para no perder la costumbre. Ya sabe uno lo vago que se vuelve el cuerpo si dejamos las cosas de lado, y lo mucho que cuesta ponerse después.

Los fines de semana disfrutando de una salida de un par de horas por las montañas cerca de casa, respirar monte y exigirse un poquito más para probarnos.

Al calorcito

Una mañana de sábado bien temprano para aprovechar el día cuando el sol empieza a despertarse. Parece que va a ser un día al calorcito y eso que estamos ya en el mes de Diciembre. El mes pasado también ha sido algo más caluroso de lo normal para las fechas, la gente lo agradece pero también como que choca.

El cambio climático está latente y es algo por lo que debemos luchar para evitar que se nos vaya de las manos; aún estamos a tiempo de hacer cambios significativos y mejorar nuestro entorno.

Tirar hacia la montaña es lo mejor que tiene empezar el día tempranito y contemplando las vistas desde lo alto de Cloudy Hill. Abajo la zona de Tai Po y los primero rayos reflejándose sobre el agua.

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