HK en Lego

 

Mira que me lo digo siempre: «no salir sin la cámara de casa», pero por h o por b, nanai. Esos momentos en los que nos pilla desprevenidos y nos quedamos con las ganas de sacar fotos y más fotos, ¿verdad? Algo similar me pasó cuando daba un paseo por TST y en concreto por el centro comercial Harbour City. La intención primera era la de encontrar la réplica de un galeón español que iba a estar estos días por la ciudad. Es cuando me encuentro esto por unos de los pasillos…
 

Nada más y nada menos que la Gran Muralla aunque en su versión reducida. Habrá que seguirla a ver hasta donde nos lleva, no?
 

 

Mientras seguía curioseando los distintos tramos de la muralla. Cada uno de ellos tenía un «dueño» distinto con su correspondiente cartelito. Hasta con hombrecitos del espacio y todo, que currado verdad?
 

Hasta el mismísimo Dr. Watson, lupa en mano. Me pregunto si andaría algo despistado y en busca de su fiel compañero de aventuras el bueno de Sherlock Holmes. Poco a poco la muralla iba dando a su fin, ¿sería el final de los ladrillitos de Lego?
 

Muy lejos de eso, ahora venía la mejor parte de todo. Se trataba de una exposición de Hong Kong hecha íntegramente con pieza de Lego y reproduciendo algunos de los rincones más característicos de la ciudad, así como, otros elementos de la cultura china.

Ni que decir tiene, que estaba a rebosar de gente. Todos expectantes y cámara en mano para retratar las pequeñas maravillas dispuestas para esta exposición.
 

 

Empezando con el templo de Won Tai Sin, situado en Kowloon y al que se puede acceder desde una parada de metro de la línea verde del mismo nombre.
 

No se pierdan los detalles que están muy logrados: flores, dragones, gente haciendo ofrendas con incienso…
 

O este otro del Monasterio de los 10mil budas en Shatin. El cual visité no hace mucho y tengo un post para contarles 🙂
 

Tampoco podía faltar el clásico junco que se ve a menudo surcar las aguas de la bahía.
 

Y en este de aquí. A ver cuantos símbolos de la ciudad saltan a la vista, sin pistas 😀
 

 

 

La actividad entre los expositores era constante. Tanto los peques como los mayores se acercaban a curiosear con detalle cada una de las réplicas. Dicho sea de paso, estaban bastante logradas y bastantes horas invertidas para que el parecido con la realidad sea el más aproximado. Yo disfruté como un enano.
 

Para cerrar el post, me quedo con esta escena. Toque friki, y lo que mola 😀
 

 

Nostalgia

 

¿Qué hacer cuando uno tiene cosas acumuladas y que no usa? lo más lógico es deshacernos de ello o bien si puede seguir siendo de utilidad, regalarlo a alguien que le pueda sacar más partido. En este caso, se trataba de de un calendario del año pasado pero que seguía queriendo conservar por los motivos que detallaré a continuación.

Se trataba de un calendario con fotos del viejo Hong Kong y la verdad, me daba pena tener que tirarlo. Hasta que se me vino a la cabeza una idea: ¿y si lo escaneo? dicho y hecho. Lo «despedacé» quitando el canutillo que servía para pasar las hojas y me quedaron las láminas sueltas. Ya estaba listo para pasarlo por el escaner y almacenarlo en un fichero a mi elección, pdf para tenerlo más organizado en vez de archivos de imágenes sueltas.

Las fotos fueron tomadas por la fotógrafa Hedda Morrison durante una breve estancia de unos meses por la ciudad. Fue entre el año 1946 y 1947 cuando pudo capturar estos instantes de cómo la gente desarrollaba su vida en aquellos tiempos. No ha llovido ni nada y poco queda del Hong Kong de aquel entonces, bueno o malo, siempre habrá diversidad de opiniones. Sólo nos queda disfrutarlas, siempre serán inmortales.

Los mercados siempre rebosantes de gente…
 

el puerto en el distrito de Central..
 

..o los dos lados enfrentados. Tsim Sha Tsui en la parte superior y en la inferior la isla de Hong Kong. Ni rastro de rascacielos y fácilmente reconocibles algunas edificaciones que aún siguen en pie a día de hoy, ¿sabrían decirme algunas?
 

También la calle Pottinger, conocida por sus complicados escalones pero que sirven de escenario ideal para fotos de los turistas o las parejas que están a punto de casarse.
 

Todo este archivo fotográfico se encuentra en la biblioteca de Harvard-Yenching en la Universidad de Harvard, la cual es lugar de referencia en lo que a material del sudeste asiático se refiere. Me pregunto:¿cuántos tesoros guardarán entre sus paredes? y éste, tan sólo un pedacito de ellos.

 

La mansión

 

Bienvenidos al «lujo» de uno de los lugares emblemáticos en el otro lado, en la parte de la península de Kowloon en la zona de Tsim Sha Tsui, las famosa Chung King Mansions. Seguro que ya por el nombre, les suena a sitio peculiar, no? y en verdad lo es. Situado casi al principio de la larguísima calle de Nathan Road y en pleno centro del bullicio de la zona de compras. En este edificio se concentran gran cantidad de negocios entre los que tenemos:

– Restaurantes indios.
– Tienditas de electrónica.
– Casas de cambio.

Sin olvidarnos del motivo principal para que visitemos este edificio: los hostales. La abundancia de alojamiento en este edificio, lo hace muy atractivo para la gente que vaya buscando un sitio barato donde pasar la noche. Siendo el alojamiento en la isla de Hong Kong algo más caro, es una buena opción quedarnos en Kowloon, y es que siempre y cuando tengamos una boca de metro a pocos pasos, no tendremos problemas en nuestra movilidad por la ciudad.
 

Merece la pena acercarse a su interior y recorrer los estrechos pasillos de cada planta, sitio laberíntico donde los haya y con pequeños ascensores que nos llevan de una planta a otra. Todo un submundo y buen escenario para alguna película que se precie. Ese interior de aspecto descuidado, de paredes grises y metal oxidado, mezcla de razas y culturas…
 

A modo de curiosidad, hay una película que lleva por título Chung King Express que me la recomendaba un día Carla, que por cierto aún tengo pendiente de ver. Para aquellos/as que se quieran «sumergir» en una visión más cercana de este edificio tan particular.

Es uno de esos sitios que le da ese encanto particular a la ciudad donde se mezcla lo moderno con lo viejo, lo bello con lo cutre, pero todo en armonía y es lo que crea la expectación al paso del turista.
 

Pequeño dragón

Para muchos el título de esta entrada les resultará más que familiar, aunque puede que otros no le suene tanto. Aprovechando que hace poco escribía sobre la peli de Ip Man, maestro del personaje que nos ocupa a continuación. El gran Bruce Lee.

Dando una vuelta por Tsim Sha Tsui bordeando la cosa en la bahía de Hong Kong, nos encontramos con la «Avenida de las Estrellas». Un paseo por lo más destacado del panorama del cine y las artes en la que descubrir los personajes más celebres de Hong Kong. No podía faltar la figura de «el pequeño dragón», símbolo de las artes marciales y referencia de la ciudad con sus películas de alcance internacional.

La estatua levantada en su honor, luce desafiante con el fondo característico de esta ciudad de gigantes del asfalto. ¿Qué diría el propio Bruce sobre los rascacielos que cubren la panorámica de la isla? a muchos les gustaría que estuviera aquí para continuar disfrutando de sus espectaculares movimientos y seguir con sus teorías.

Ni que decir el realismo de la estatua. Los que hayamos visto sus películas, tendremos grabadas en la mente escenas de algunas de sus peleas. Fibra en estado puro.

No podía faltar su correspondiente estrella en el paseo, lástima que no haya podido plasmar sus manos e inmortalizarlas.

Y como quien no quiere la cosa, han pasado más de 35 años desde que dejara el mundo de las artes marciales, y con él, miles de seguidores que lo siguen recordando y comparten sus ideales.

Un grande de Hong Kong que siempre será recordado.